futuro

Sábado, 9 de julio de 2005

FINAL DE JUEGO

Final de juego

Donde el embajador inglés alaba la elección de Londres como sede Olímpica y confunde un poco la historia.

 Por Leonardo Moledo


–Esta semana eligieron la sede de los Juegos Olímpicos 2012 –dijo el embajador de Inglaterra– y eligieron Londres. Nada más apropiado, ya que Inglaterra es la Grecia de los siglos XX y XXI. Marguerite Yourcenar decía, en sus Memorias de Adriano, todo lo que hay de bueno en el mundo ya fue dicho por un griego. Y yo actualizo. Todo lo que hay de bueno en el mundo ya fue dicho por un inglés.

–¿Por Oscar Wilde o por Margaret Thatcher? –preguntó Kuhn– ¿O quizás por Tony Blair, cuando explicó por qué invadió Irak?

Pero el embajador ni lo escuchaba:

–Miren alrededor... ¡esto sí que es una facultad comme il faut! –¿no se daba cuenta que se apoyaba en citas del otro lado del canal?– ¡Está toda embanderada para festejar que los Juegos Olímpicos son en Londres! Aquí se sabe que la ciencia moderna nació en la rubia Albión: Newton, Darwin, Maxwell, Descartes, Pascal, Lavoisier forman la real guardia británica de la exploración y el conocimiento del mundo! –A Kuhn le pareció que la cita del embajador estaba plagada de inexactitudes, pero no dijo nada.

–Me temo –intervino entonces el Comisario Inspector– que las banderas y las escarapelas se deben al 9 de Julio.

–Una fecha inglesa –dijo el embajador de Inglaterra–. Al fin y al cabo, la independencia de estas tierras fue apoyada por Inglaterra.

–Más o menos –dijo el Comisario Inspector–. No hay que olvidar que para ese entonces Inglaterra era aliada y no enemiga de España, y entonces ya no interesaba tanto impulsar la independencia.

–Inglaterra siempre apoyó las causas nobles –dijo el embajador–.

–Sí –dijo Kuhn, que siempre había sido inglés y proinglés, pero que estaba un poco fastidiado–, como por ejemplo la independencia de Irlanda.

–Ah –dijo el embajador de Inglaterra–, esos detalles. Siempre las almas viles recurren a lo empírico cuando se han quedado sin argumentos.

–La verdad –dijo el Comisario Inspector– es que el 9 de Julio siempre me resultó ambivalente. El 25 de Mayo tiene ese componente jacobino, que siempre le gusta a la policía.

–Porque les da trabajo –interrumpió Kuhn.

–Pero Congreso de Tucumán fue una asamblea más bien conservadora, y bastante reaccionaria, y sin embargo, había que tener bastante coraje para declarar la independencia en ese momento, en que las tropas patriotas estaban en retroceso en todo el continente, cuando Bolívar estaba prácticamente derrotado, los ejércitos de Buenos Aires habían sido destrozados de manera definitiva en Sipe Sipe, México estaba en la ruina... y Fernando VII, siniestro y miserable como hubo pocos, reinaba en España con el apoyo del Congreso de Viena y la Santa Alianza. Era una conjunción verdaderamente espantosa. Y sin embargo, estos tipos van y declaran la independencia... La verdad, no estaba mal, y por eso pienso que es una muestra de coraje.

Pero el embajador de Inglaterra seguía ensimismado en su delirio inglés —Parménides, Platón, Aristóteles... –decía–, todos ingleses. Todos ingleses cien por cien.

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Están de acuerdo con la posición del Comisario Inspector sobre el 9 de Julio?

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