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Viernes, 2 de agosto de 2002

Participar

Por María Suárez *


Como todas las iniciativas de mujeres, fue hijo del impulso. Surgió de un “y si...” y fue tomando forma primero de charla, después de debate, por último mutó a Foro de la Mujer del Presupuesto Participativo.
En el Centro de Gestión y Participación 2 Sur una tarde meditamos la idea. Inmediatamente contamos con el apoyo de la Dirección de la Mujer y de la Secretaría de Descentralización. Ahí subimos la apuesta: ¿y si nos juntamos las mujeres para aportar al Presupuesto Participativo nuestra visión de género? ¿Y si abrimos en esta instancia de democracia directa un espacio para la participación política de la mujer? ¿Y si además logramos participar en la toma de decisiones sobre lo público?
Y lo hicimos. Nos juntamos más de 200 mujeres para discutir las prioridades que nuestra mirada detectaba en el ámbito de la Ciudad. Organizaciones No Gubernamentales, representantes de asambleas barriales, docentes, amas de casa, vecinas y no tan vecinas del barrio nos pusimos a pensar qué podíamos hacer.
El debate de las prioridades se trabajó en dos niveles de discusión. Por un lado, las mujeres de la Ciudad de Buenos Aires, que integraron comisiones –Salud, Plan de prevención del delito, Educación, Cultura, Desarrollo urbano, Medio ambiente y Espacio público, y Desarrollo socioeconómico y Empleo– en las cuales se analizó cada idea, cada iniciativa por quimérica que fuera, y las pusimos a consideración del plenario. En otro plano, funcionaron tres comisiones más –Salud y Educación, Desarrollo socioeconómico y empleo, y Seguridad– para las mujeres del barrio del Centro de Gestión y Participación, que se ocuparon más específicamente de las problemáticas de Once, Abasto y Almagro.
Finalmente, y contra todos los pronósticos, llegamos a un acuerdo y establecimos nuestras prioridades básicas. Uno de los temas excluyentes para ambos grupos fue la necesidad de duplicar los esfuerzos encaminados a la formación y promoción de empleo. Y de la mano de esta problemática, la necesidad de proteger a los niños y adolescentes ante el grado de vulnerabilidad que generan la falta de trabajo, la disgregación familiar y el resquebrajamiento de la red social. En este sentido, y de acuerdo con lo votado por los vecinos que integraron los primeros foros del Presupuesto Participativo, el Gobierno de la Ciudad inauguró las Oficinas de Intermediación Laboral que funcionan en los Centros de Gestión y Participación, brindando asesoramiento a los vecinos. Por otro lado, también profundizó los alcances de los Programas preexistentes –tanto los dedicados a los niños y adolescentes como a la tercera edad y a las personas con capacidades especiales– y decidió mantener en funcionamiento 96 comedores escolares durante el receso escolar para atender a los chicos de menores recursos.
Otro de los temas que tomó la delantera fue el cultural: la preservación del patrimonio edilicio y de la reserva histórica de la Ciudad de Buenos Aires, utilizando estos ámbitos para la promoción histórico-cultural de la ciudad por medio de festivales, foros, encuentros de colectividades, incentivando al mismo tiempo la convivencia pluralista de razas y culturas. Y la creación de la Universidad de la Mujer sobre la base del reconocimiento y respeto de los derechos fundamentales que nosotras tenemos.
Las mujeres que trabajaron sobre las problemáticas específicas del barrio solicitaron un aumento de la partida presupuestaria de Seguridadpara organizar actividades participativas que articulen la gestión del Estado con los vecinos, permitiendo el fortalecimiento de redes para la prevención del delito. Además, propusieron que desde los Centros de Gestión y Participación se facilite la obtención de documentos para regularizar la situación de las mujeres migrantes jefas de hogar con hijos a cargo.
En la comisión de Salud y Educación se hizo hincapié en la descentralización de los servicios de salud, dificultades de funcionamiento que presentan los hospitales por la falta de insumos, y en la creación de una Comisaría de la Mujer en el barrio, acrecentando el programa de Asistencia en Violencia hacia la Mujer, que incluye talleres y atención especializada.
A pesar de lo que muchos pueden llamar el sesgo de género, las mujeres del CGP 2 Sur que vienen de una larga experiencia en la participación ciudadana se destaparon con el siguiente párrafo: “Nos resistimos a discriminar entre las necesidades de jubilados, familias carenciadas, desempleados o pequeños comerciantes. Entendemos que los problemas sociales y económicos están estrechamente vinculados y deben ser analizados y tratados en conjunto. La discusión debe exceder la simple enumeración de prioridades para dar lugar a la realización de proyectos de desarrollo comunal integrales”.
Y no es poco. No es de género. No es femenino. Es quizás la comprensión más aguda y sutil de este bendito aquelarre participativo que nos dio la posibilidad de meter una vez más las narices en un mundo casi siempre pensado, hecho a la medida de otros y que, por demasiado estrecho, se pierde nuestra perspectiva.


* Directora General del CGP 2 Sur.

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