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Viernes, 3 de septiembre de 2004

CONSEJITOS DE MARU BON BON › ¡CUIDADO! FANTASIAS COMUNES, ACCIDENTES FRECUENTES

Conjure los peligros devenidos de deseos impetuosos

Además de poco originales, mis estimadas/os amiguetes/tas, los deseos intempestivos –llamando así a aquellos/as que asaltan a los amantes de improviso o bien se acunan durante largo tiempo como si fueran una aventura que todos y todas DEBEN en algún momento cumplir– ligados a la búsqueda de sitios no convencionales para las artes amatorias suelen encerrar peligros que es bueno tener en cuenta antes de lanzarse de lleno/a a su concreción. De cualquier modo la advertencia está hecha. Vuelvan a la cama, queriditas/tos, que es un buen lugar.
1.Conduzca con precaución: Ay, sí. Desde el Ford T en adelante todos quieren lo mismo, que el/la/le acompañante se pierda bajo el volante y ocupe su boquita en cositas lindas ¿acaso pensaron en los riesgos de una frenada brusca? ¿creen que están exentos de heridas varias, cuando no amputaciones? ¿Por qué no estaciona en lugar de cancherear frente a otros/as conductores/as? Piénselo bien ¿qué puede tener un auto en movimiento que no tenga Villa Cariño?
2. Tenga a mano el repelente: Que apoyados contra la corteza de un árbol –sí, todavía quedan hippies nostálgicos/as–, que perdidos en un terreno baldío, que entre los matorrales floridos de los parques públicos. Todo muy bonito. Hasta que descubre cuánto pica el pasto sobre la piel desnuda y qué festín se harán las alimañas con sus partes tiernas. Si no puede evitar la falta de originalidad, al menos tenga siempre a mano la lona y el repelente.
3. No crea lo que ve en las películas: Los baños de avión no sirven más que para contorsionistas, no lo intente, grite si es necesario, será preferible a engancharse el pie en el agujero destinado a desperdicios o ver el signo de interrogación en el rostro de la inocente niña que espera su turno en la puerta deleitándose con vuestros quejidos. Tampoco se recomiendan otros baños públicos so pena de ser confundida/o con adictos/as varios/as o verse en el brete de tener que pagar cuantiosas propinas.
4. Jamás en el templo: mucho menos en el confesionario. Los riesgos son varios: bien puede terminar su historia plasmada en telenovela, bien puede ser denunciado/a en programas políticos de toda laya, con opinadores a favor y en contra suyo/a. ¡Vade retro!

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