Este año los insumos anticonceptivos, en la ciudad de Buenos Aires, se entregaron en forma irregular. La Coordinadora del Programa de Salud Sexual porteño, Silvia Oizerovich, hizo lo imposible para que se compren y se distribuyan, pero la burocracia lo impidió y para sus superiores no es una prioridad la salud sexual y reproductiva y, por eso, entorpecen las cosas.

Por suerte, todos los que trabajamos como efectores del programa tenemos muchísimo compromiso con la tarea y colaboramos para disminuir los problemas que acarrea la falta de insumos y de recursos humanos. Sin embargo, desde hace más de un año que no hay personal del Ministerio de Salud porteño que cargue los datos en el sistema para tener las estadísticas de las prestaciones de salud sexual y reproductiva.

Las actividades en reducción de riesgos y daños siguen siendo de sumo aporte para disminuir la mortalidad materna. Pero la objeción de conciencia es un serio problema, porque muchos profesionales son objetores sólo a nivel público, no en sus consultorios privados. Además, en muchos lugares se está cumpliendo con la ligadura tubaria y, en otros, se buscan excusas para no realizarlas, como por ejemplo que no hay anestesiólogos. Respecto de las vasectomías hay poca demanda y poca oferta. Aunque es claro que falta mucha información al respecto. Mientras que son pocos los hospitales que realizan abortos no punibles en la ciudad de Buenos Aires. Un panorama que deja mucho que desear.

* Ginecóloga infanto-juvenil del Servicio de Adolescencia del Hospital Argerich y miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad de Ginecología Infanto-juvenil.