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Lunes, 13 de julio de 2009

FúTBOL › EL EQUIPO DE LA PLATA SE SALVó DEL DESCENSO CON DOS GOLES AGóNICOS DE FRANCO NIELL

Desde ahora lo llaman Gimnasia y Milagro

Necesitaba tres goles ante Rafaela para quedarse en Primera. Alonso marcó el primero cuando faltaban 18 minutos, y Niell anotó el segundo a un minuto del final, cuando jugaba con un hombre menos. Recién en el descuento llegó el tanto salvador.

“Esta tarde, cueste lo que cueste...” fue el mensaje para los jugadores que el DT de Gimnasia, Leonardo Madelón, llevaba escrito en su buzo cuando todos juntos ingresaron al estadio de Gimnasia. Y así fue, a menos de 20 minutos para el final del partido, cuando todos ya los daban por muertos, descendidos, los platenses arremetieron y, en una ráfaga que será inolvidable, descontaron uno a uno los tres goles que Atlético de Rafaela les había marcado en Santa Fe. El primero lo marcó Alonso, a los 72 minutos, tras un centro de Sosa, que unos minutos después salió expulsado por un codazo a Menghi; en medio de lo que era un final dramático, Niell conectó un cabezazo sobre el segundo palo y puso el 2-0, a los 89; y, ya en tiempo de descuento, el ex Argentinos encontró la salvación en una jugada calcada para poner el 3-0 y desatar la euforia de jugadores, cuerpo técnico e hinchas del conjunto platense.

Con esa impronta de Madelón, los jugadores de Gimnasia salieron a jugar su partido a todo o nada. Pero el apuro no los favoreció. El conjunto local llegaba, pero fallaba en los últimos metros y no llegaba a generar verdadero peligro.

La actitud de Atlético de Rafaela, en cambio, era más cauta. Es que para ascender a Primera, la categoría en la que jugó la temporada 2002-03, el equipo de Marcelo Fuentes sólo tenía que tratar de aguantar la embestida del Lobo y asegurarse que no le descuenten los tres goles que habían sacado de ventaja en Santa Fe.

Gimnasia presionaba en tres cuartos de cancha y trataba de ser incisivo; pero, más allá de algún que otro desborde de Cuevas, no conseguía inquietar al arquero Capogrosso. En cambio, parado de contraataque, Atlético de Rafaela contó con tres situaciones claras como para liquidar la serie.

Los platenses se quedaban en el plano de las intenciones, porque no lograban terminar sus jugadas. La más clara de todas recién la tuvo Alonso poco antes de terminar la primera parte, tras un desborde y centro fuerte de Ormeño, pero su cabezazo se fue desviado.

En el inicio del complemento no hubo cambios sustanciales. Gimnasia iba a buscar con mucho entusiasmo, pero seguía flaqueando en los últimos metros, donde se desinflaba. Y, para colmo, con el correr de los minutos, a los jugadores y a los hinchas de Gimnasia se les comenzaba a acabar la paciencia.

Rinaudo y González pelearon con Gil, que acusaba un golpe en la rodilla, y lo quisieron sacar de la cancha, y la cosa pasó a mayores. Hubo revuelta y el árbitro Collado terminó mostrándoles la roja a Gil y a González. El clima se calentó y los hinchas comenzaron a arrojar objetos al campo de juego; el partido se detuvo por espacio de cinco minutos.

Cuando se reanudó, los técnicos metieron mano a los bancos para equilibrar. Fuentes sacó un delantero, López, y metió al volante Zanabria; Madelón mandó a la cancha a Sosa, un delantero, y sacó a Messera, un volante. Unos minutos después, el DT de Gimnasia arriesgó más sacando a Maldonado por Niell, para quedar atacando con cuatro y defendiendo con sólo dos hombres.

Los rafaelinos continuaban replegados atrás, apostando todo a la contra. Pero Gimnasia no quería darse por vencido, seguía intentando, acumulando hombres cerca del área de Capogrosso y, cuando no encontraba espacios, probaba con remates de media distancia. Fue esa actitud, el no darse nunca por vencido, lo que le permitió finalmente encontrar lo que buscaba. La mufa la cortó Alonso: su gol empujó hacia adelante a sus compañeros y, ya con nueve jugadores tras la expulsión de Sosa, se consumó el milagro. Fueron dos jugadas iguales: dos cabezazos de Niell entrando solo por el segundo palo, a los 89 y a los 91 minutos. Y entonces Gimnasia –que pese a haber realizado una buena campaña en el Clausura, con triunfos frente a Vélez y Huracán incluidos, jugaba y penaba por la Promoción– explotó de alegría y convirtió su estadio en una verdadera fiesta.


Estadio: Gimnasia.

Arbitro: Javier Collado.

Goles: 27m Alonso (G), 89m y 90m Niell (G).

Cambios: 51m Fraire por Juárez (R), 60m Zanabria por López (R), 63m Niell (8) por Maldonado (G), 80m Castro por Ormeño (G).

Incidencias: 57m expulsados Gil (R) y González (G); 40m expulsado Sosa (G).

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Franco Niell, el nuevo ídolo de Gimnasia, tras anotar el primero de sus dos goles.
Imagen: Fotobaires
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