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Lunes, 25 de noviembre de 2002

CUANDO EL APAGON ROJO NO PERMITIA VER NI LA SOMBRA DEL TITULO, EL SE ENCENDIO

Pusineri, cabecita iluminada

Independiente y Boca empataron en Avellaneda y los locales quedaron a un pasito del título. Barros Schelotto sacó ventajas en el primer tiempo y Pusineri igualó sobre el final. Boca hizo las cosas mejor, dominó todos los aspectos del juego y en el segundo tiempo dispuso de reiteradas oportunidades para liquidar el trámite. No supo, y el Rojo se lo hizo pagar caro. El domingo, con empatarle a San Lorenzo Independiente es campeón.

 Por Ariel Greco

Lo perdió Boca? ¿Lo ganó Independiente? Si bien el resultado indica que fue un empate 1-1 que postergó la definición hasta la semana que viene, Independiente festejó lo que ya parece un campeonato definido. Porque fue superado durante buena parte del encuentro, consiguió la igualdad cuando ya ni se lo imaginaba y un nuevo empate ante San Lorenzo el próximo domingo le alcanzará para celebrar el título. Por eso, el gol de cabeza de Lucas Pusineri fue un desahogo muy esperado, y a la vez, el inicio de una fiesta casi interminable. Por el contrario, Boca se fue con el gusto amargo de haber merecido la victoria y haber quedado a cuatro minutos de acceder a la punta.
El primer tiempo fue parejo. Arrancó mejor Boca, pero Independiente no tardó en empardarlo. Incluso durante un lapso impresionó mejor. A partir de la zurda de Federico Insúa, insinuaba una ofensiva que finalmente no logró concretar. Por el contrario, el conjunto de Tabárez levantó su producción con el correr de los minutos, y el gol de Barros Schelotto luego de una buena combinación entre el propio Mellizo, Clemente Rodríguez y Delgado terminó de abrir el partido. Mientras que a Boca lo agrandó, a Independiente lo paralizó. Ya en esos minutos finales de la etapa se podía intuir cómo se plantearía el segundo tiempo. La mejor muestra fue otra gran jugada de colectiva de Boca, que Delgado culminó con un remate alto cuando tenía todo el arco para elegir.
Más allá de lo previsible del desarrollo, las diferencias que existieron entre ambos conjuntos sí resultaron llamativas. Boca dispuso de todo lo imaginado para liquidar el partido. Tras un pasaje en que Independiente lo arrinconó contra su arco y pudo igualar con un toque de Silvera que se fue por encima del travesaño, el conjunto de Oscar Tabárez manejó el desarrollo casi a su antojo. Primero se solidificó en el fondo, con lo que Independiente no pudo generar situaciones de riesgo. Luego, se adueñó de la pelota, aprovechó el desconcierto del rival y encontró espacios en el fondo de Independiente. De esa manera contó con innumerables contragolpes para pegar el golpe decisivo. Sin embargo, sus tres atacantes, Tevez, Delgado y Barros Schelotto, importantes en la generación de juego, se obnubilaron en el momento de la definición. Fallas en el último toque en alguna ocasiones, excesivo individualismo en otras, y hasta imperfecciones en los remates al arco, le impidieron asegurar una victoria merecida.
Del otro lado, lo de Independiente era pura impotencia. No encontraba la pelota, no podía armar su circuito ofensivo, perdía en cada mano a mano y sus jugadores lucían nerviosos. De otra manera no se entiende que Leo Díaz regalara cuatro envíos seguidos a los pies de los rivales, que a esa altura se adueñaban de todas las divididas. Claro que el conjunto de Américo Gallego contaba con Milito, capaz de sostener solito las esperanzas de Independiente. Sus cruces milagrosos, su personalidad para imponer presencia y su don de mando para empujar desde el fondo fueron los únicos argumentos reales en los que Independiente sostuvo su ilusión.
Pero como Boca no lo liquidó a tiempo, los de Gallego llegaron al último segmento del partido con oportunidades. Primero lo tuvo Castagno Suárez, pero Abbondanzieri tapó de manera notable su cabezazo. Hasta que apareció Pusineri y borró todo de un cabezazo. Ya no importaba el dominio, las situaciones perdidas, ni todas la especulaciones a cuenta. Era tiempo de fiesta y celebración anticipada del título.



Cancha: Independiente.
Arbitro: Héctor Baldassi.
Goles: 38m Barros Schelotto (B); 87m Pusineri (I).
Cambios: 68m Rivas por Montenegro (I); 74m Ríos por Guiñazú (I); 83m Christian Gómez por Eluchans (I).

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Pusineri y crosa en un duelo que refleja la forma en que se jugo el partido. Fue un clasico caliente hasta incluso despues de finalizado.
 
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