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Lunes, 14 de octubre de 2002

FúTBOL › OPINION

¡Qué partido más raro!

Por Diego Bonadeo

¡Qué partido más raro!
Si se acepta como axioma aquello de que “se juega como se vive”, en un mundo tan cambiante como en el que se nos obliga a vivir, no puede llamar demasiado a sorpresas que el fútbol que se obliga a jugar sea también cambiante como el mundo.
La constante contradicción en cuanto a que por un lado “cualquiera le puede ganar a cualquiera” y, por el otro “hay diferencias abismales entre los más poderosos y los más débiles”, también aporta a la confusión, porque uno y otro encomillado son utilizados por unos y por otros, según cuáles hayan sido los resultados de la última fecha. Así las cosas, River perdía bien con Unión hasta la primera media hora, con Independiente ya holgado ganador en Córdoba el sábado, y Boca por jugar con Colón en Santa Fe a última hora del domingo.
A los veintiuno, Leo Torres marcaba el 1-0, con Unión jugando mejor, con algunas de las mañas de ganar tiempo propias del chico que visita al grande, pero sin dejarle el manejo a River y sin especular demasiado buscando amontonarse atrás. Era importante San Martín de centrojás, el Beto Fernández aportaba lo suyo y entonces, recién después de la media hora, un impecable tiro libre del Chori Domínguez marcó el empate, cuando todavía D’Alessandro no era la manija que fue de allí en más.
Con Pereyra por Jersson González y Martín Zapata por el Mago Capria, arrancó un segundo tiempo totalmente distinto. Por mejor jugado, por más imprevisible, por los muchos cambios, por los varios goles. Pero seguía 1-1, y mientras tanto a los catorce entró Cavenaghi por Astrada, a los veinte Basualdo por Lezcano y a los veintitrés Lequi por Zapata el de River. Al ratito, un centro de derecha de D’Alessandro dejó solo a Pereyra para el 2-1. Otra vez D’Alessandro, pero esta vez de zurda y al arco: travesaño, atropellada de Cavenaghi y 3-1. Ya River era más que Unión, pero cuatro minutos después, a los treinta y nueve, un golazo de Martín Zapata pegándole como venía y desde fuera del área metió susto para el 2-3. De salida, menos de un minuto después, Cavenaghi le sacó la angustia para darle respiro a River cuando faltaban cinco más el descuento para terminar, Independiente le quedaba a dos puntos y en Santa Fe, Colón y Boca hacían el precalentamiento.

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