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Lunes, 19 de julio de 2010

LUCIANA AYMAR, ELEGIDA LA JUGADORA MáS VALIOSA DEL CHAMPIONS TROPHY

Siempre Lucha para ser la mejor

Más como un homenaje a su fantástica trayectoria que como reconocimiento a un rendimiento que no fue superlativo, la rosarina sumó otra distinción para su abarrotada vitrina. “A las holandesas les hicimos sentir la presión”, señaló.

Si la sencillez y la humildad son virtudes, Luciana Aymar es un claro ejemplo de esas bondades llevadas a su máxima potencia. Tras ganar el Champions Trophy y levantar la copa con el carisma y la sonrisa que la caracterizan, la capitana del seleccionado argentino de hockey fue elegida ayer como la mejor jugadora del torneo que Las Leonas obtuvieron en Nottingham, aunque haya estado lejos de su mejor versión. La distinción viene acompañada de una confirmación: Aymar se convirtió en la jugadora más entrañable de la historia del hockey argentino. “Les hicimos sentir la presión a las holandesas –dijo–, estamos felices de ser tricampeonas.”

Inicialmente, sus pretensiones no eran muy ambiciosas, ya que quería hacer una carrera en el deporte y luego ser profesora de educación física. Su primer logro fue la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Sydney, en 2000, cuando Las Leonas llegaron a la final, contra todo tipo de pronósticos. En ese momento, Aymar no pasó inadvertida, pero no fue la cara visible del seleccionado, que contaba con otras figuras de mayor peso como Vanina Oneto y Magdalena Aicega.

A partir de allí, la rosarina creció a pasos agigantados y ganó una enorme cantidad de títulos. Entre sus logros más destacados se encuentran la Copa del Mundo de 2002, dos medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de 2004 y 2008, el tercer puesto en el Mundial de 2006 y cuatro títulos de Champions Trophy. Fue elegida la mejor jugadora del mundo seis veces y por eso la Federación Internacional de Hockey (FIH) la rotuló como “leyenda del hockey”, en 2008. Lejos de declarar con demagogia, Aymar expresó tímidamente que el premio fue “un estímulo para mejorar”.

Sin la exposición mediática de algunas de sus compañeras, pero con una personalidad avasallante a la hora de jugar, Aymar siempre se caracterizó por tener una timidez que ahora, a los 32 años, dice haber logrado vencer. La cancha número uno del club Fisherton, donde la rosarina se inició a los siete años, lleva su nombre. Aunque prefiera ser una persona común que disfruta de sus amigos y su familia, el destino de Aymar es el de ser recordada como la cara visible de una generación que llevó al hockey argentino a lo más alto.

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Luciana Aymar, otro logro para su sensacional carrera en el hockey sobre césped.
 
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