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Lunes, 18 de agosto de 2003

Calma y clase

- Vélez logró imponer el ritmo de partido que pretendía, con mucha velocidad, pero a la vez con demasiada fricción. Boca entró en esa vorágine y por eso le costó encontrar su juego.

- Boca no se desesperó a pesar del gol en contra. Primero emparejó, más tarde pasó a dominar y luego comenzó a generar situaciones. Así fue lógico que llegara al empate.

- El desequilibrio individual de Tevez y la capacidad aérea de Schiavi resultaron vitales para el triunfo de Boca. Por esa vía llegaron sus tres goles.

- A medida que perdía energías, a Vélez se le fue complicando la posibilidad de sostener el triunfo. Y luego en desventaja, ya no tuvo armas para cambiar la historia.

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