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Sábado, 19 de enero de 2002

En el mercado del Delta

Oriente ya no está y lo que vuelve es industria local: cestería y caña, mimbre y junco, viveros, papel y velas. Todo hecho a mano y con un escenario de ventas con algunas de las mejores puestas de sol.

En estas jornadas calientes, el Puerto de Frutos del Tigre es el oasis más cercano a la ciudad. Inaugurado en 1938 sobre la calle de Las Casuarinas y Sarmiento, a orillas del río Luján, hoy reacciona bien a los avatares económicos: algunos de sus puestos más tradicionales se apuran a dar un giro al negocio apelando al rescate de lo nacional. Van desapareciendo los muebles y ratanes de Oriente y vuelven a tomar protagonismo productos como los muebles de caña y mimbre, la cestería, todo tipo de artesanías y las flores y plantas típicas de la región. Que sumados al encanto de las barcazas, el bailoteo de los sauces y el perfume que se desprende de las frutas que llegan de las islas del Delta, lo convierten en un paseo único y gasolero para escaparse del cemento.

Cestería y muebles
de la cooperativa
En enormes galpones que se levantan en las dársenas ubicadas en la desembocadura de la calle Sarmiento y el río Luján se apila la más grande producción de mimbre, caña y junco. Pertenecientes a la Cooperativa de Mimbreros, ofrecen la más amplia selección de muebles y objetos en varillas claras, peladas, hervidas o barnizadas. Sillas, hamacas, baúles, estantes, reposeras, bandejas, y por supuesto, una amplísima variedad de cestería. Todo tipo de cajas y canastos que hacen las veces de moisés, panera, cubiertero, alhajero, florero y hasta paragüero. Además, los que dispongan del tiempo podrán ver a los maestros mimbreros trabajarlo en el momento.

Flores y plantas
Aunados en los locales 1, 2 y 3, la Casa Stella Maris se presenta como el supermercado de las ramas secas y artículos de floristería. Fabricantes mayoristas y minoristas de flores y follajes deshidratados y secos para la decoración, hoy, dejan completamente de lado las importadas para hacer hincapié en la enorme producción local. Hortensias, margaritas, achileas, colitas de visón, trigo, lentejitas, lino, siemprevivas, azafrán y hasta ramas de eucaliptos que ofrecen desde un peso el ramo.
Los que estén a la caza de flores o plantas naturales pueden recalar en el primer vivero del puerto, Samba Bahiana (local 108), que ostenta una enorme selección de plantas típicas de la zona como hortensias ($ 4), azaleas ($ 2,50), Santa Ritas ($ 3) y palmeras ($ 20), además de todo tipo de especies como romero, curry, perejil crespo, ciboulette y ajíes varios ($ 1).

Muebles para chicos
Pimpo (local 194) es el paraíso del color. Fabrican todo tipo de muebles –cunas, camas, moisés, cajoneras, percheros, mesas y sillas y sillas de comer– para chicos en madera de pino patinada con motivos infantiles. Además producen infinidad de accesorios como percheros con forma de margarita o pez ($ 7), bancos con forma de vaca ($ 15) y perchas con ositos ($ 5).

Para regalar y regalarse
En Sol y Luna (local 204) tiene la más amplia variedad de carillones de caña y de hierro desde $ 6 ideales para colocar en el balcón, terraza o en una galería. Cuánto Arte ofrece todo tipo de marcos en madera patinada, dorado a la hoja o enchapados con motivos infantiles, marinos, de frutas, verduras o animales, entre otros (desde $ 8 el par de 15 cm x 18 cm). En A-G Velas (local 26) apuntan a una selección exquisita de fanales de todos los colores y tamaños (desde $ 3). Además venden velas grandesrectangulares con varias mechas ($ 15 las de cuatro), flotantes para piletas o estanques ($ 15) y jabones hechos a mano ($ 1).
Por último, Cinderella (local 48), especializado en iluminación, se presenta como otro puesto donde la calidad, precio y buen gusto hacen la ecuación perfecta ¿Su oferta? Lámparas y veladores (desde $ 10), pantallas a ($ 14) y lámparas de pie ($ 20) de papel reciclado con detalles de hojas, frutos o pétalos.

Detalles al margen
Si la idea es relajarse e ir en tren de paseo, conviene apuntar los deliciosos jugos tutifrutti del puesto Vitajugos (ubicado en la mitad del mercado) o los alfajores de dulce de leche del Bar Amarras. Una vista única y la brisa del río, ya son motivos más que suficientes para acercarse al mercado. Eso sí, antes de emprender la vuelta, bien vale aprovechar a munirse de las antorchas de kerosene y aceite de citronela ahuyenta mosquitos que en el local 66 rematan a $ 1.

*** Abierto todos los días de 10 a 20 horas. El mayor movimiento se da los viernes, sábados y domingos.

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