Sáb 29.01.2011
m2

Diseño patrio

Hasta el 27 de febrero, Casa de América de España presenta 200 años rediseñados, la muestra que nace del libro Antifichus de los hermanos Carballo. Una historia no oficial de Latinoamérica en imágenes.

› Por Luján Cambariere

La historia del libro y la muestra (la historia del país es infinitamente más compleja) comienza con el hallazgo de un tesoro de la infancia de tres hermanos: su álbum de figuritas. Como parte del trío tenía que ver con las artes visuales, el acontecimiento devino en nuevos formatos gráficos, dando vida primero a un libro, Antifichus, publicado por Pequeño Editor, lanzado el pasado diciembre en el Cceba; y a una muestra, 200 años rediseñados, que abrió sus puertas también en diciembre, esta vez en Casa de América en España, y continúa hasta el 27 de febrero.

Más de 100 ilustradores, artistas, diseñadores gráficos, que completaron a pedido de ellos, la historia que faltaba. Obviamente tratándose de estos personajes, con altas dosis de humor, libertad, sarcasmo y –por qué no– sacudones y bofetadas visuales. Es que bastan algunos golpes de retina, esos que consiguen algunas piezas, para recordar en un instante ciertos tramos de la historia no oficial revelada. Así dan el presente un genial, aunque muy doloroso: Argenchino, de Niño Rodríguez. Una bandera argentina fusionada con Whan Cau So, el chino que se hizo famoso en los saqueos de 2001 mientras lloraba ante las cámaras cuando era saqueado. También de Rodríguez, el rediseño del golpe del ‘55 en la Plaza de Mayo.

Un rostro del Che logrado en base a marcas del mundo globalizado por Patrick Thomas. También hay una Evita alfonsinista. Un amplio espacio, como no podía ser de otra manera, dedicado al fútbol con algunos stencils geniales de Camba. El Falcon verde, Ekekos reinterpretados y hasta las veneraciones nuevas como el Gauchito Gil junto a las de antaño, la Virgen de Luján y San Cayetano. En plus skates que reflejan 10 años de historia argentina, una puesta interesante junto a una rampa crisis/bonanza, audios y videos documentales, entre otros.

Antifichus, el origen

“Hace unos años, haciendo una mudanza, encontramos unas imágenes que nos transportaron directamente a nuestra infancia de guardapolvos, Pelikan azul lavable y alfajores Guaymallén. Se trataba de las figuritas escolares con las que todos los que pasamos por el colegio estudiamos nuestros hechos históricos. Vimos que algunas habían envejecido, mientras que otras aguantaban mejor el paso del tiempo. Encontramos también muchas repetidas y grandes vacíos de acontecimientos no representados. De manera compulsiva comenzamos a coleccionarlas, a buscarlas, a documentarnos, a comprarlas en librerías de barrio, en el interior del país y a rescatar en subastas este material que es parte de nuestra memoria. Luego nos preguntamos por qué no hacer público este material, además dar una nueva interpretación visual, completando los huecos e inquietudes que se nos presentaban”, cuenta Rapa Carballo, diseñador gráfico radicado en España, director de arte del diario Público de Madrid y el mayor de los hermanos, al que siguen Andrea (historiadora y docente) y Sole (otra gráfica).

Por lo antedicho, y valga el trabalenguas, Antifichus primero es un libro, un antiálbum de figuritas con imágenes argentinas de mucho más de 200 años. “La historiografía argentina produjo una multitud de discursos históricos, los cuales atravesaron gran parte de los debates a lo largo del siglo XX, y continúan vigentes hasta nuestro presente. En ese sentido, los festejos por el Bicentenario imponen nuevas reflexiones, otras miradas que permiten siempre enriquecer el debate. Es la propuesta que decidimos encarar para celebrar los 200 años de la Revolución de Mayo. Los festejos seguramente traerán multitud de trabajos de investigación, ensayos, novelas históricas, revisión de los acontecimientos, se derribarán mitos históricos, o tal vez se construirán nuevos en relación con tamaña gesta histórica. Pero, hay un elemento, que en nuestra opinión corre en paralelo a todo lo escrito acerca del 25 de Mayo: la supervivencia de la iconografía de Mayo de 1810, como una construcción del siglo XX. La imagen representada, lo que nos legó, lo que nos dejó después de 200 años. Los símbolos de la imagen, o la imagen como símbolo, las representaciones que nos llegaron a nosotros, a través de la escuela primaria. Es por eso que el siguiente trabajo de investigación parte de una premisa clara: la recopilación de todo ese enorme material gráfico que estuvo ahí en nuestros cuadernos de primaria, en nuestro inconsciente colectivo, todos las recordamos, todos las observamos alguna vez. Todos supimos por ellas que era un día de lluvia ese 25 de mayo y también esas figuritas nos mostraron las cintas que repartieron French y Beruti. Los pueblos originarios americanos gustaban de las plumas y parecían muy amables frente al desembarco español. Nos conmovimos por la abnegación demostrada por Manuel Belgrano y San Martín en las luchas independentistas. Sarmiento creció bajo la higuera sanjuanina, siguiendo el ejemplo de esa humilde madre. Roca supo imponer la fuerza de su ejército sobre los díscolos indígenas del Sur. Y así se sucedieron los retratos de los primeros presidentes constitucionales, esos que poblaron las aulas de los colegios nacionales. Ahora bien: ¿existen todas las figuritas para todos los acontecimientos históricos?, ¿cuáles nunca fueron realizadas?, ¿por qué?”, se preguntó a su tiempo el trío.

Por eso, después del libro, vino el compendio de obra de más de 100 artistas de todo el mundo, reinterpretando nuestra patria visual. América latina revisitada a la luz del Bicentenario de su independencia a través de una especie de “fuera de foco”, detallan en la muestra. “Años de historia(s) que exponen los cruciales momentos políticos, sociales y culturales que se sucedieron en el continente, pero con la lente distorsionada y corrosiva de una pléyade de creadores de ambos lados del océano Atlántico”, remata el texto de la expo, mientras Rapa Carballo, a la distancia, revela parte de la trama para m2.

–¿Cómo eligieron a los que eligieron? Los diseñadores, ilustradores....

–Elegimos a los artistas que más nos gustan, que pueden aportar cosas sobre temas que su representación en figuritas originales estaban puestos de manera neutra o seca, que aportasen opinión y registro gráfico nuevo. Es interesante mostrar que hay dos caminos, uno que es el del texto que narra episodios clave de manera bien documentada y rigurosa y la otra capa, la que dan los artistas, que es una reinterpretación de la historia donde se funde el humor, el recuerdo personal, la crítica ácida y la visión propia.

–Hablan de que faltaba completar la historia... ¿Con qué hitos o personajes más nuevos de nuestra historia se sorprendieron?

–Lo más nuevo es lo que está por venir, el futuro. El reto ahora es hacer un nuevo libro que diga cómo seremos, mucho más especulativo. Le estamos dando vueltas, pero sería apostar por cómo nos imaginamos mañana. En lo puntual, igual sorprende aquí la inmensa cantidad de cultos nuevos, las historias desconocidas de fondo, el vaivén político entre dictaduras y gobiernos civiles, los modelos económicos impuestos por los países hegemónicos a Latinoamérica.

–¿Qué cuestiones se repiten?

–La expo tiene ejes temáticos que de alguna manera definen el carácter de la americanidad: la violencia, el desequilibrio social y la brecha entre ricos y pobres, las letras, el caos vial, la política en su versión más pop, el genocidio perpetrado por las dictaduras, la idea de revolución o dependencia, el fútbol, el humor, la publicidad, la gastronomía, los ídolos retransformados y otros temas despiertan en visitantes extranjeros curiosidad y sorpresa. La expo, al estar apartada del discurso oficial, no pretende imponer nada sino que se apoya en “visiones” particulares de temas diversos.

–¿Podés nombrarme algunos de tus favoritos y por qué?

–Todos son importantes, te nombro algunos a riesgo de dejarme varios fuera: Niño Rodríguez (grosso absoluto), Darío Adanti, Ralveroni, Pico, Ale Paul, Venancio, Camba, Langer, Bianki, Sara, Lima, América Sánchez, Chini, Parés. Y de afuera, Patrick Thomas, Casal, Jaso, Entrialgo, Juan Carlos Romero, del que en la expo están colgadas un par de obras tipográficas increíbles como Ahora somos todos negros.

–¿Con qué se enganchan los extranjeros, los que ven la muestra en Madrid?

–Con ver cosas que no tenían ni idea, y que se las contemos de una manera que es muy agradable, que no sea un plomo. Lo primero que pensás si te dicen 200 años es: “¡Uf, qué plomazo, historia y más historia!”. Pero lo interesante es que le hemos dado la vuelta al discurso y hemos montado una exposición que te cuenta una historia de manera entretenida. Hay skates, rampas, videos, audios, camisetas, imágenes 3D. Esto hace que a la historia la vayas asimilando desde una perspectiva nueva. Aquí nadie sabía que la Plaza de Mayo la habían bombardeado en el ‘55, hay data que estamos pasando que me parece fundamental para entendernos.


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