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Sábado, 31 de mayo de 2014

La vuelta de Fuentes

El diseñador chileno Juan Pablo Fuentes vuelve al ruedo con sus propuestas Colorín, Abaco y Pulida. Una búsqueda del codiseño.

Después de estudiar en la Universidad Diego Portales, fundar la primera tienda de diseño chilena junto a Christian Erdmann y dirigir de 2010 a principios de este año la carrera de Diseño de la Universidad de las Américas (UDLA), Juan Pablo volvió a las fuentes. Al tiempo dedicado a la gestión, docencia y promoción del diseño ajeno, le sigue hoy ocuparse del propio. Para eso, hace dos semanas orquestó en la prestigiosa tienda Interdesign el lanzamiento de Líneas, Fragmentos y Secciones, tres colecciones que lo tienen como protagonista. Y que también son una apuesta por la cocreación y participación del usuario. Una vuelta al ruedo del diseño de autor en un proceso con el que materializó en mármol, acrílico torneado, cobre y madera bocetos atesorados en los últimos tiempos.

“Muebles y objetos que tienen como hilo conductor la búsqueda de un diseño lúdico, que pueda mutar, cambiar y ser cocreado con los clientes, dando cabida a una experiencia de diseño colectivo, que hace partícipe al usuario. En Líneas, Fragmentos y Secciones la invitación es a interactuar y dialogar con cada pieza, ya que éstos permiten que el cliente pueda modificar sus partes y también decidir, antes de su entrega, las materialidades, colores y formas. Los muebles vienen en ediciones seriadas y ediciones limitadas, todos con certificado de autenticidad, que explica su origen, quiénes trabajaron y las horas utilizadas para su fabricación. Pero lo principal es que la gente pueda divertirse y ser parte”, detalla a su paso, la semana última, por Buenos Aires.

–¿Tres líneas en una?

–Reuní todo lo diseñado por mí en los últimos años que de algún modo por otras obligaciones venía relegando. Por ejemplo, Colorín es del 2007. Parte de un desecho de acrílico que ordeno, compongo y después mando a tornear como se tornean las patas de campo en el sur de Chile. Lo corto de 9 x 9 cm, hago las torres según el diseño que desee y después se tornea.

Su desarrollo formal nace de la observación del trompo, juguete de madera típico de Chile, desarrollado con la técnica tornera, oficio que se destaca en el hacer productivo nacional. Asimismo, y desde esta perspectiva, se reconoce el tratamiento del acrílico, como generador de desechos, originados en las etapas de corte y dimensionado del material y que actualmente no se reutiliza y sólo se almacena, generando costos asociados. Las convergencias de dichas observaciones dan paso a esta línea de mobiliario que considera la técnica del torneado para piezas que aprovechan los descartes acrílicos, conformando sus patas o bases, y es aquí donde los artesanos, hoy desplazados por el progreso, con una maquinaria en obsolescencia, toman protagonismo gracias a su talento y oficio. El proceso finaliza con el pulido y brillo. Esta colección se compone de estanterías, mesas auxiliares y de centro. Muebles ideales para clientes arriesgados y que buscan la diferenciación de su hogar.

Mientras que Pulida nace de un encuentro en una vieja fábrica de repujado en metal donde descubro cientos de moldes. Es como un juego de legos en cobre y bronce con el que configuro mesas y bibliotecas. Un producto inteligente, comercial y muy de moda. De tendencia. Esta fábrica ha ido recopilando y almacenando cientos de matrices durante décadas. Es precisamente este medio de producción y el rescate y selección de las matrices lo que se convirtió en una fuente de inspiración y principal insumo para esta nueva colección, que las rescata para otorgarles una nueva vida. Cada una de estas matrices ha sido trabajada en metales de alto brillo, como lo son el bronce y el cobre, otorgándoles un cuidadoso proceso de pulido y brillo, que da carácter y fuerza al mueble. De hecho las patas o bases actúan como soporte de una cubierta mínima para que no compitan visualmente. Esta colección se compone, en su inicio, también de estanterías, mesas auxiliares y de centro. Ahora, si me preguntas de cuál estoy más orgulloso, es de Abaco. Una línea que se origina a partir de la observación del antiguo y visionario instrumento para efectuar manualmente cálculos aritméticos y es precisamente su estructura funcional la que determina el uso y experiencia del usuario con el mobiliario. Al igual que un ábaco, cada ficha o parte del mueble fue pensada en un material distinto, donde el mármol, la madera y piezas de acrílicos son los protagonistas. Abaco, de nuevo, es una línea de muebles que invita a jugar, a cambiar y mover sus piezas, a componer según gusto o estado de ánimo. La composición de las fichas en su altura regula la distancia entre estanterías, según las necesidades de cada usuario. A ella agrego floreros y lámparas.

–Además sumás la mesa del coleccionista...

–Sí, un diseño simple, que tiene como principal característica que permite contener en su interior objetos o revistas, dentro de su cuerpo, ya que la cubierta de vidrio se puede levantar por medio de un orificio. Fabricada en MDF, con interior de chapa de madera y recubierta de pintura. Tecla –así la apodé al principio– presenta una forma contemporánea ideal para hogares jóvenes que tienen poco espacio.

–¿Es un buen momento para el diseño chileno?

–El mejor momento para el de-sarrollo de muebles y objetos. Lo que nos falta es una clase media que crezca y que sea más arriesgada. Hoy esas personas invierten en comida y ropa, pero nos falta una clase media aspiracional. Que desee comprar también diseño. Hoy no te diferencias por la ropa que compras, sino por tu casa. La casa tiene que contar una historia y ahí entramos nosotros, los diseñadores.

–Sos todo un personaje del diseño en un país poco amigo de las estridencias.

–Mi mamá hace poco me decía que ella misma no sabía de dónde había salido. Quién era mi padre. Yo soy de Chillán, un pueblo al sur de Chile. Nací en el campo, nadie me cree que tenía dos cuadras de tierra hasta la carretera, a la que llegaba con zapatos de cuero que de tanto lustrarlo convertía en charol. Cuando mis amigos jugaban pelota, yo leía el diario. Viví mucho bullying de chico en la escuela por hacer cosas que para ellos eran muy femeninas, hasta que me cambié a un colegio público y después me mudé a estudiar diseño a Santiago. Ahí comenzó a cambiar mi perspectiva. Santiago para mí fue un paraíso porque ahí nadie te habla. Después con el tiempo la prensa sobre todo me hizo darme cuenta de que era un tipo distinto por eso de destacar el uso de colores en mi vestimenta. Es que yo entiendo al diseñador como un todo y siempre me pienso más allá de mis fronteras; entonces trato de comunicar lo que hago como lo hacen en el mundo. Sin prejuicios.

http://www.fuentesmas.cl/

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