La caja de mapas
Uno de los misterios mejor guardados de Buenos Aires acaba de ser oficialmente aclarado: mal que le pese a Alberto Castillo, el gobierno porteño dice que la ciudad tiene 50 y no 100 barrios. Es que cincuenta es el número de mapas patrimoniales que abarcan la ciudad y que esta semana fueron presentados en una “mapiteca”, una caja feliz que encierra una buena tajada de historia, costumbres e instituciones espontáneas de cada región urbana.
La Secretaría de Cultura porteña comenzó a editar los mapas a medida que se iban produciendo. Cada uno es producto de un trabajo con la comunidad, las escuelas y las asociaciones barriales. Así, de lo más interesante es lo que no constituye patrimonio convencional –lugares o edificios notables o históricos– sino instituciones o lugares vivos, que los vecinos valoran y destacan aunque no tengan un valor material en particular. Esto explica que el mix de barrios funcione y convivan lugares cargados de historia como San Telmo con barrios del oeste, más nuevos y aparentemente sin patrimonio.
Los mapas fueron concebidos además como una herramienta educativa y mezclan texto, fotos y dibujos realizados por arquitectos. Son un buen inicio para conocer el patrimonio porteño y, francamente, una fuente de sorpresas sobre barrios de los que no se esperaba demasiado.