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Jueves, 28 de febrero de 2002

Nuestros días infelices

El 20 de diciembre (y no el 21) comenzó un verano ardiente que no tiene que ver con el tiempo –enero y febrero, dentro de todo, fueron curiosamente frescos– sino porque esto se quema, y porque brota la sensación de que todo puede pasar. ¿Hace falta repasarlo?: los bancos se rajan con la guita de todos, las cacerolas salen de la cocina, la policía mata chicos en Plaza de Mayo, caen –huyen– De la Rúa y Cavallo, se habla de la palabra “default”, Rodríguez Saá y otros dos NN que juegan al juego de las sillas (sillón presidencial, en este caso), la política que se repliega y resucita a Duhalde como presidente, confusas grescas entre confusos militantes en el Centro, fin de la convertibilidad, especulaciones y escaseces sospechosas, señoras que rompen vidrios en la City, desaparición de los políticos mediáticos, foros internacionales que hablan de “revolución argentina”, esquinas que se llenan de asambleas, piquetes que penetran la barrera de la General Paz, escraches, inflación, pesificación, lobbies, dólar libre, amnistía para los grandes deudores... Un verano convulsionado, sí, pero tan unánimemente convulsionado que incluso el rock –arena en la que tradicionalmente se escucharon voces contestatarias, disconformes y románticas, o al menos eso se llega a creer– pareció curiosamente alejado del lugar de los hechos. No abundaron los recitales solidarios, las declaraciones al respecto, así como tampoco las presencias espontáneas en lugares clave (asambleas, piquetes, cacerolazos). O si las hubo, pasaron bastante desapercibidas, salvo alguna la declaración de Erica García en Cosquín Rock sobre el valor simbólico de golpear una cacerola (“el instrumento musical más importante de la época”), la versión de “Mr. Jones” dedicada a los De la Rúa que Charly García y Pipo Cipollatti presentaron en el programa de Jorge Rial, o el texto alusivo que leyó Fito Páez en Obras. También hubo algunas opiniones. A lo largo de estos dos meses, varios de los artistas que aparecieron en las páginas de este suplemento (Kapanga, Turf, Pol Medina, Reynols...) se refirieron al respecto, muchas veces luego de haber sido consultados específicamente sobre el tema. Por eso, mientras en toda la Argentina chocan como nunca el escepticismo con la esperanza, el No les formuló expresamente a diez músicos argentinos algunas de las preguntas que todos los argentinos se cruzan desde el 20 de diciembre: ¿Qué pensás de todo esto? ¿Vas a los cacerolazos? ¿Cambió algo en tu vida cotidiana? ¿Te agarró el corralito?

Sergio Pángaro, de Baccarat
Escéptico y paranoico

- Fue a todos los cacerolazos, en el Congreso. Y cuando la TV no los mostraba, iba igual porque se enteraba hablando con los vecinos.
- Baccarat tocó todos los sábados “porque no tiene infraestructura, sólo necesita un bar, clubcito o restaurante”.
- Brindó conciertos gratuitos, como en el Jardín Japonés.
- Cuando los contratan, les pagan “con lo que sea: cheques, patacones... Antes era cash”.

“No puedo pensar en esta crisis sin conectarla con lo de las Torres Gemelas. Detrás de esto hay un plan coordinado desde hace años por la potencia mundial norteamericana: dictaduras, represión, muerte, pobreza, vaciamiento cultural, hambre, bases nucleares...”
“Todos los amigos que hacen cosas se van a Europa, abrumados. Yo estoy más escéptico y paranoico que nunca. Es que tenemos que darnos la vacuna de la suspicacia y desconfiar de las opiniones públicas, tanto de funcionarios como de los medios. Hay que pensar por uno mismo. En nuestrosshows noté que la gente quiere participar; hay mucha conversación con el público, como si fuera un cacerolazo.”
“No entiendo a la policía. Si les hablás un día cualquiera, son educados caballeros. Pero cuando están detrás de una valla no parecen argentinos, se convierten en gurkas de película, a algunos habría que lincharlos. No se dan cuenta de que los reclamos y las conquistas de la gente también los favorecen a ellos.”

María Gabriela Epumer
Hay que ir por más

- Fue a los cacerolazos en el Cid Campeador.
- El 20 de diciembre iba a presentar su simple Pocket Pop... pero tuvo que suspender el show: “Al lado de lo que pasó, eso fue una pavada”.
- Enero lo pasó “guardada, sin poner mucha energía en nada, ahorrando esfuerzos”.
- Estuvo haciendo colas en bancos “pero con un libro y sin ataques de nervios”.

“Me parece bien que la gente no se quede callada, y que se agrupe espontáneamente. Todo esto es muy especial. Pero el cambio no es suficiente, hay que ir por más. Lo del corralito no es nuevo, ya lo habían hecho antes.”
“En lo personal, trato de no absorber la negatividad, esa idea de ‘no se puede hacer nada’, porque las cosas negativas te paralizan. La gente está con nubecitas negras en la cabeza, y creo que la música es justamente un refugio para salir a flote en la crisis, un bálsamo. En cuanto a trabajo, estoy planeando una gira de tres meses por España y Francia, pero ni pienso en quedarme allá. Acá siempre viví de la música, así que no me da decir ‘uy, en este país no se puede’.”

Andrés Giménez, de A.N.I.M.A.L.
Unidos podemos

- Gana 700 pesos por mes –alrededor de 200 por show–, si es que cada uno reúne mil personas, y si es que toca cuatro veces por mes.
- La crisis bajó sus ingresos más del 60 por ciento.
- Desde setiembre, no cobra en Sadaic.
- A su grupo se le cayeron varios proyectos, entre ellos la típica gira por la costa y una gira por varias provincias.

“El 20 de diciembre cambió la mentalidad de todos. La lucha por los derechos de cada uno ahora va ser mejor representada. Todos los argentinos nos dimos cuenta que uniendo fuerzas podemos concientizar a personas que se creen omnipotentes y se olvidan de que son seres humanos como cualquier otro. Ver gente que está cortando la ruta porque no tiene para comer y pasar con un micro para ir a tocar es como una burla. Preferimos tocar menos; no se puede hacer oídos sordos a la historia y salir de gira como si no pasara nada.”
“Antes, como cualquier trabajador, podía vivir y darme algún gustito, pero hoy vivo y nada más, los gustos los dejo para más adelante. Tengo que mantener mi casa y la de mis viejos. Mi papá no tiene jubilación y mi mamá, sólo gana 100 pesos.”
“La música que hago está dirigida a una clase social sufrida. El 70 por ciento de los chicos que nos vienen a ver son se clase media baja y eso se nota. El que cree que un músico de heavy metal gana mucha plata, no sabe dónde está viviendo.”

Gustavo Cordera,
de Bersuit Vergarabat
Los cacerolazos dan pena

- La convocatoria en los shows de la Bersuit mejoró. En enero, llenaron seis lugares en la costa. “Mucha convocatoria, mucho éxito, pero poco dinero.”
- Los diez integrantes del grupo ganan lo mismo. Son una cooperativa: “Si no fuera así, yo tendría más dinero. De esta manera, vivo de una manera modesta en una casa humilde de Dock Sud, y sólo tengo para comer.”
- Afirma que “una banda como la Bersuit en Estados Unidos sería millonaria. Somos de las seis bandas que más convocan en el país”.
- Llenaron dos Obras y recaudaron 124 mil pesos, pero cobraron 700 pesos cada uno: “El resto se va en publicidad, afiches, el 12 por ciento de Sadaic, seguridad, luces y el 30 por ciento que se lleva el lugar”.

“Cuando veo a la gente golpeando las cacerolas, me dan dos sensaciones: una la de cagarlos a trompadas a todos y otra de pena, porque todos esos se hicieron los boludos con los 30 mil desaparecidos, con la guerra de Malvinas, con el Punto Final y con las privatizaciones de Menem, que es la parte más horrible de los argentinos. Y da bronca que todos estemos bancando la invasión a Colombia, la guerra contra Afganistán y la posible intervención de los americanos en Venezuela o Brasil, si gana Lula. Te das cuenta por cómo Duhalde cambió el discurso en dos días.”
“Era de prever que los bancos le iban a robar la plata a la gente, como es de prever que dentro de 50 años te van a cobrar el aire. La esencia del poder es su voracidad y va a seguir alimentándose de la gente, hasta tanto ésta no se rebele. Hay una violencia no focalizada aún... En un fin de semana murieron 4 personas en las canchas de fútbol. Si hubiera conciencia, esa gente sabría a quién ir a buscar para matar. Te puedo asegurar que así cambiarían las cosas.”

Claudio O’Connor
Hermética lo había anunciado

- La crisis no le cambió la vida. No tiene cuentas en dólares y está acostumbrado a vivir con poca plata. Gana lo mismo que un trabajador de clase baja: “Lo mismo que un tornero”.
- No fue a las protestas del 19 y el 20 de diciembre.
lSólo suspendió un show durante el verano, y fue porque al guitarrista lo operaron. El resto de los proyectos se cumplieron.
- En el último recital, en Showcenter, metió el doble de gente que antes de la crisis en el mismo lugar.

“En los temas de Hermética, veníamos anunciando esto desde fines de los ‘80: hablábamos de la desintegración social y del genocidio generalizado, porque detrás de la debacle económica viene la desintegración social. No me sorprende lo que está pasando. Este quilombo de que no te alcanza la guita yo lo vivo desde hace mucho tiempo. Nunca tuve una buena posición, no soy de clase media. Y todo este quilombo que arma la clase media es simplemente porque ahora les tocaron el culo a ellos. A la clase trabajadora se lo vienen tocando hace por lo menos 30 años.”
“Esta crisis tiene su aspecto positivo: las asambleas populares y los clubes de trueque, en donde no necesitás dinero para conseguir cosas. Si los laburantes toman conciencia y se juntan, pueden provocar un cambio que niegue al Fondo Monetario y que nos lleve a ser un país independiente del dólar.”

Cabra, de Las Manos
de Filippi
Militar y organizarse

- Toca en la calle Florida de lunes a viernes y gana 100 pesos por semana, “más algún pucho que sacan Las Manos”.
- En una gira por el Sur, tuvieron que bajar las entradas de 5 a 3 pesos. Perdieron plata y su próximo show será para pagar lo que deben al micro. “Sin embargo iba la Bersuit con todo su aparato de difusión y la gente pagaba 12 pesos.”
- En su último tema, “Insurrección popular”, piden no pagar impuestos y llaman a huelga general.

“Como banda independiente, hace 10 años que estamos en crisis y el corralito nos atacó hace tiempo. Lo que sí me gusta es la situación política que se está viviendo: es el mejor momento para militar y organizarse contra este Estado que entregó todo. En los ‘90 era más jodido militar, porque toda la gente pedía que se privatizara el país, y creía en esta democracia. Ahora descubrieron el verso y tomaron los métodos piqueteros, que son los mejores. El tema es no aflojar. Hace tres años parecía imposible que un piquete llegara a la Capital, y hoy ya lo ven... hay piquete en todas partes.”
“La crisis la tienen los políticos, porque saben que la gente descubrió que las asambleas pueden moverles el piso.”

Korneta, de Los Gardelitos
Como los chinos

- Aprendió a vivir con “10 centavos” en el bolsillo. Camina más, usa la bicicleta y aprendió a cocinar arroz en ollas abolladas.
lSuspendieron una gira por la costa, pero no los shows en Capital y provincia.
l“Un juego de cuerdas ahora te sale el doble”, se queja.
lNo tiene nada en el corralito. Y participó de los cacerolazos desde el piso 16 del edificio en el que vive.

J“Prefiero privarme de ciertos placeres como un buen vino, y poder invertir en el proyecto artístico. Ganamos menos, pero seguimos con el mismo nivel artístico. Tratamos de mantener los bailarines de tango, las actrices y todo lo que proponemos en cada recital. Pero ya parecemos chinos: arroz y bicicleta. Lo importante es no caer en la depresión o el resentimiento. Ser más austeros es una de las formas de salir de la crisis. Si los chinos pudieron equilibrarse siendo 1200 millones, cómo no lo vamos a poder hacer nosotros. Pero no sé cuál es la solución... yo sólo escribo canciones.”



Cristian Aldana, de El Otro Yo
Exilio y afano

lBesótico, el sello de El Otro Yo, no remarca. Mantiene los discos a 12 pesos (15 para las disquerías).
lLas entradas a los shows conservan un promedio de 8 pesos.
lSu sueldo “se parece al de un socio de Pyme muy pequeña. Es como tener un kiosquito chiquito en el que, en vez de vender golosinas, vendés música”.

J“Fui a todos los cacerolazos, es importante apoyar las luchas. Este es nuestro país, el de nuestras familias y nuestros amigos y por eso hay que ponerle el hombro, quedarse acá y trabajar más que nunca para que las cosas cambien y para que los políticos no improvisen más. Son tan pocos los caminos que te meten entre el exilio y el afano. Es lamentable.”
J“Como El Otro Yo no depende de ninguna empresa grande, hicimos todo lo que habíamos planeado. En ese sentido, la crisis no nos perjudicó. Lo que sí se nota un montón es que la gente no tiene plata, y también lo sentís cuando vas a comprarle cuerdas a tu guitarra. Sería ideal que las cuerdas nacionales fuesen buenas como las extranjeras, pero no hay caso... Pero por suerte ahora, los que quieran coches importados van a tener que irse a Japón... ¡Que vuelvan los Torinos!”.

Leo García
Impermeable a la crisis

- No tiene un buen pasar económico: “No me afecta la falta de dinero, yo nunca tuve plata. Vivo en Moreno, en calle de tierra y sé muy bien lo que es vivir con lo justo. Jamás me fui de vacaciones con mi familia.”
- “El cambio más notorio está en la poca cantidad de shows.”
- “La escasa venta de discos está agravada por la cuestión de la piratería: todos tienen menos plata y más motivos para comprar discos truchos.”

“Las quejas de la gente entorpecen la situación, hacen una Argentina difícil para vivir. La rebelión, en este contexto, no soluciona nada. Para mí, la música es el nirvana, es la felicidad más grande. Yo escapo de la realidad gracias a ella. Y mi función es que la gente pueda escapar de la realidad escuchando mi música. Si bien puedo comprender lo que pasa viéndolo por televisión, uso la música como una manera de levantar el ánimo. Por todo eso soy impermeable a la crisis.”

Daniel Melero
Más piquetero que cacerolero

- El corralito no lo afectó porque no tiene plata en los bancos: “Me parezco más a un piquetero que a un cacerolero”.
- No tocó en vivo durante el verano porque “la gente no tiene espacio para escuchar música. Es normal, lógico y saludable”.
- Compuso mucho, aunque no sabe si tiene sentido editar un disco.
- No va a las asambleas barriales pero las valora: “Son interesantes”.

“El cambio es intrascendente y nada profundo, y no sorprende que así sea: el proceso de desculturización que vive el país desde fines de los ‘60 para acá fue tal que ya ni siquiera hacen falta los gobiernos militares para controlar a los países latinoamericanos.”
“Los primeros cacerolazos conmovieron, pero son una manifestación egoísta e histérica de la clase media pacata; tipos a los que les molestaban los piqueteros, y que votaron a Menem en el ‘95 para poder pagar el crédito: en lugar de hacerse cargo seriamente de las cosas a través de asociaciones civiles que marquen bases sobre las que trabajen los estadistas, buscan un líder. Lo positivo que veo dentro de lo horrible, es que hubo un enorme acercamiento a los afectos. Con el fin de la época predadora que fue el menemismo, la gente volvió a hablarse, a relacionarse, a quererse.”
“Yo nunca me moví igual que otros rockeros, ni toqué en los típicos lugares del circuito, siempre armé mi camino. Los que van a sufrirla son los chicos que se habían acostumbrado a que el rock fuera una carrera.”

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