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Jueves, 28 de octubre de 2004

ESTRELLAS ALTERNATIVAS DE TODO CALIBRE Y PELAJE LLEGAN A BUENOS AIRES PARA EL “PERSONAL FEST”

Bienvenidos a la jungla

El cartel del mayor festival internacional de rock, pop y electrónica del año destella con los nombres de PJ Harvey, Morrissey, Blondie, Primal Scream, Mars Volta, Pet Shop Boys y otros tantos pesos medianos de la escena primermundista. En esta producción, un anticipo de lo que sucederá el próximo fin de semana.

 Por Roque Casciero

En la escena del CBGB de mediados de los ‘70, Blondie era la banda que parecía contar con menos posibilidades de triunfar: a pesar de que su cantante era una pin up punkie (antigua conejita de Playboy, sueño húmedo de una generación), el grupo nunca lograba sonar bien y sobre el escenario pasaba más tiempo tratando de salir adelante que interpretando sus canciones. Sin embargo, el instinto pop de Debbie Harry y Chris Stein (pareja artística y en la vida real en esa época) pudo más, y Blondie se convirtió en un suceso único e inesperado. Canciones como Rapture (la primera rapeada en llegar al número 1 de los charts), Heart of Glass (que en su etapa embrionaria se llamaba The Disco Song), Call me y Atomic dominaron los años iniciales de la new wave. El desgaste de las giras eternas y los contratos poco provechosos hicieron que la banda se resquebrajara, mientras Stein caía víctima de una enfermedad muy extraña que amenazaba con ser letal. Harry, mientras tanto, hizo a los tumbos una carrera como solista (entre otras cosas, cantó Strawberry Fields Forever con los Cadillacs para el disco Rey Azúcar, a quienes recuerda como “muy divertidos”) y actuó en cine. Pero a fines de la década pasada, Blondie volvió a la actividad, tuvo éxito con el single Maria del disco No Exit y este año publicó The Curse of Blondie, el que presentarán en Buenos Aires además de sus hits inoxidables. “La reunión de la banda se parece mucho a un nuevo comienzo”, le dijo al No Debbie Harry. “Es como haber empezado de cero, pero corrigiendo todo. No es muy común tener una segunda oportunidad en la vida. Por alguna razón nosotros la tuvimos y nos sentimos muy afortunados por eso.”
–Por lo general, cuando una banda se reúne después de un largo tiempo, lo que hace es ensayar un par de semanas y salir de gira.
Ustedes lo hicieron de otra manera. ¿Por qué?
–Cuando decidimos volver a formar Blondie nuestra filosofía fue no tocar sólo música vieja sino crear una nueva idea con un enfoque futurista. Por ese motivo nos tomamos nuestro tiempo: teníamos mucho trabajo por hacer en cuestiones de negocios y también queríamos empezar de nuevo creativamente. Simplemente nos parecía que era la mejor forma de hacer las cosas.
–¿Se sintieron presionados por lo glorioso de su pasado cuando se juntaron?
–Sí, por supuesto. Todos queríamos hacer las cosas lo mejor posible, por eso nos creamos nuestro propio estrés, nuestra propia presión. Mucha gente hubiera estado feliz si nosotros hubiéramos salido sólo a tocar el material viejo, cosa que podríamos haber hecho muy fácilmente. Pero queríamos sentirnos fuertes, no descansar en nuestro pasado y tener una razón para seguir adelante, para ser creativos. Eso es muy importante para gente como Chris o yo, que estamos muy interesados en la creatividad y en ser artistas. Hacer cosas nuevas es como alimento para la gente como nosotros.
–¿En qué cambió la dinámica de la banda con respecto al pasado?
–(Se ríe) Bueno, es como una familia, en algún punto es una cosa de amor-odio. Pero todos estamos contentos de estar trabajando y de tener esta experiencia, así que por lo general todo el mundo está de buen humor. A veces nuestro baterista es un poco loco, pero eso pasa siempre con los bateristas... (risas).
–En The Curse of Blondie hicieron una canción llamada Hello Joe sobre Joey Ramone. ¿Sabías que los Ramones llenaban estadios en la Argentina?
–Sí, lo sabía. De hecho, muchas veces charlé con Joey y con Johnny sobre sus viajes a la Argentina y de cuánto amaban viajar hacia allá. Siempre les decía que tenía muchas ganas de ir y ellos me alentaban. Me decían: “Sí, tenés que ir, el público argentino es uno de los mejores del mundo”.
–¿Eras amiga de los Ramones?
Porque se sabe que con Patti Smith y con Television no te
llevabas tan bien.
–Siempre nos llevamos bien con los Ramones, nos hicimos amigos desde el principio. Se tomaban muy relajadamente ser quienes eran. Sus egos y losnuestros no chocaban, se balanceaban, y ellos no se sentían amenazados por nosotros. Muy al principio, por algún motivo Patti Smith se sintió amenazada por Blondie. No sé por qué, porque para mí ella es increíble. Y los Television, por la relación entre Tom Verlaine y Patti Smith, tenían ciertas reservas sobre nuestra amistad. Pero siempre hablamos, nos saludamos, no era que nos tratábamos con frialdad o que intentábamos evitarnos mutuamente. Nuestra relación social era buena, aunque no éramos tan amigos como con los Ramones.

Death in Vegas
Fearless significa “sin temor”. Y es un buen apellido para el creador de Death in Vegas, una banda que se anima a mutar según el estado de ánimo de sus integrantes. Demasiado rockero para ser considerado tecno, demasiado electrónico para el rock’n’roll, el dúo que conforman Fearless y Tim Holmes ya lleva tres desprejuiciados álbumes publicados y está a punto de editar el cuarto. Si en los dos más famosos, The Contino Sessions y Scorpio Rising, un reparto estelar le ponía su voz a las canciones (Iggy Pop, Liam Gallagher, Bobby Gillespie), en Satan’s Circus todos los tracks son instrumentales. Y eso, precisamente, es lo que DIV presentará en Buenos Aires, según adelanta el protagonista. “No creo que toquemos las canciones viejas, estamos muy excitados por lo nuevo: creemos que es nuestro momento más creativo. Siento que todo este álbum es para los verdaderos fans de Death in Vegas y que vamos a perder a alguna gente a la que le gustaron los dos anteriores. Eso no me preocupa, porque suena realmente a Tim y a mí.”
–¿Por eso esta vez decidieron no usar vocalistas invitados?
–Scorpio Rising tenía música hermosa, pero eso quedó opacado porque la gente sólo hablaba de qué cantante famoso estaba en cada canción. Entonces nos dijimos: “Hagamos un disco en el que sólo se pueda hablar de la música”. Esa fue la razón. Pero, además, compusimos de otra manera: cuando escribís para un cantante, dejás mucho espacio libre para que tenga espacio para trabajar en las melodías; cuando no hay cantante, esa preocupación desaparece y todo es más inmediato. Es un álbum muy cinematográfico, te trae muchas imágenes a la mente.
–Entonces, ¿es psicodélico?
–Definitivamente. Es un álbum para fumadores de porro. Esa es la influencia. Bah, ésa es la influencia en toda nuestra música. Es lo que hacemos: componemos, fumamos porro, componemos...
–Suena al título de un disco de Spacemen 3: Take Drugs to Make Music to Take Drugs to.
–Bueno, sólo fumamos porro, no consumimos cualquier droga porque eso no conduce a hacer música. Para eso, todo el resto de las drogas es horrible, incluido el alcohol. Terminás componiendo pura mierda...
–Scorpio Rising era el título de una película de Kenneth Anger y el nuevo tiene a Satán en el título. ¿Te interesa el ocultismo?
–Sí, pero no tanto como para practicarlo. Soy un tremendo fan de cualquier cosa que sea rara. Cuando era más chico estaba obsesionado con la película Freaks y con los circos de freaks... Los artistas que me gustan, los fotógrafos como Diane Arbus, son gente fascinada por el lado oscuro de la vida. Una noche salí con 32 enanos... (risas). De verdad. Me gustan las películas de Kenneth Anger, el vudú. Son cosas interesantes para conocer, pero a la vez que me fascinan, me dan miedo. Es como cuando bajás la velocidad para ver un choque: es horrible, pero tenés que mirar. Y con la música me pasa algo parecido: crecí con The Stooges y Joy Division. Y es raro, porque la gente que me conoce sabe que soy casi lo opuesto a todo eso.
–El plan de los Oasis era que el próximo álbum lo produjera Death in Vegas. Pero ese proyecto naufragó. ¿Qué fue lo que salió mal?
–Nada, en realidad. Trabajamos durante un mes y grabamos todo un álbum, pero ni siquiera mezclamos una canción. Después de eso, ellos no estaban satisfechos con el modo en que habían tocado, querían hacerlo en su estudio, pero yo tenía que volver a la universidad en Estados Unidos. Mi background es de cine y artes plásticas. No fue que hubiera mala onda ni nada de eso. Al día de hoy no sé cómo explicar qué fue lo que pasó, porque había potencial para hacer algo fantástico.

Morrissey
Después de siete años de silencio discográfico y unas pocas giras –así vino a Buenos Aires en el 2000–, reapareció en buena forma con You Are the Quarry. Y la ausencia prolongada amplificó el efecto del álbum: a Moz, que ahora vive en Los Angeles, le llovieron ofertas desde su Inglaterra natal y finalmente volvió a tocar en el festival de Glastonbury, donde no se presentaba desde hacía veinte años. Luego se encargó de curar el Royal Festival Hall en Londres, para el que se dio el gusto de reunir a los sobrevivientes de sus adorados New York Dolls (acaba de editarse en DVD). Tranquilos, nostálgicos fans de Smiths: en este show está cantando Bigmouth Strikes Again.

Primal Scream
Hace un mes debieron parar la grabación de su próximo álbum debido al nacimiento del segundo hijo de Bobby Gillespie. Sin embargo, en una nota reciente, el bajista Gary Mani Mournfield anunció que el álbum estará listo para salir en marzo del 2005. Por lo tanto, el regreso a Sudamérica –tocaron en Buenos Aires en 1997, dos inolvidables shows en Museum– será la despedida para la gira que emprendieron tras la publicación de la recopilación Dirty Hits. La pegadiza versión de Some Velvet Morning incluida en ese disco, cantada a dúo por Gillespie y la modelo Kate Moss, se convirtió en un hit en Inglaterra y sonó en las radios dance del planeta, Argentina incluida.

PJ Harvey
El séptimo álbum de Polly, Uh Huh Her, apareció a mediados de año. Salvo la batería, a cargo de su viejo colaborador Rob Ellis, ella se hizo cargo de todos los instrumentos. Se trata de un disco más introspectivo y casero que el anterior, Stories from the City, Stories from the Sea (que ganó el prestigioso Mercury Prize en Inglaterra). Desde antes de la publicación, PJ está de gira para mostrar las nuevas canciones: ya anduvo por Europa, Japón y Estados Unidos (pasará por México para tocar el martes 2), y tras su primera visita a América del Sur viajará a Australia. Durante su período de silencio, escribió cinco de las diez canciones del flamante álbum de Marianne Faithfull, Before the Poison, participó en las Dessert Sessions que organiza Josh Homme (Queens of the Stone Age) y en el álbum Bubblegum, de Mark Lannegan.

Pet Shop Boys
El dúo Neil Tennant-Chris Lowe repasó su carrera en el recopilatorio doble PopArt - The Hits, aparecido el año anterior, y más recientemente publicó un DVD de su gira de 1991, Performance. Tennant le dijo a Página/12 que ya está trabajando en el nuevo material, que no saldría hasta el 2006. Antes, la dupla planea editar un disco con el material que tocó el 12 de septiembre en Trafalgar Square de Londres: ante 25 mil personas, interpretaron en vivo una nueva banda sonora para la película El acorazado Potemkin, del cineasta ruso Sergei Eisenstein. La última gira transcurrió por festivales europeos, en la que tocaron sus canciones más famosas junto a dos guitarristas, un percusionista y un programador: ésa será la formación (y la lista de temas) que llegará a Buenos Aires. Ah, antes de llegar pasaron por México y República Dominicana (!).

Mars Volta
Deloused in the Comatorium, el primer disco de The Mars Volta, fue como la explosión de una inesperada molotov compuesta de hardcore, música latina, improvisación de free jazz y estructuras de rock progresivo más letras nada complacientes. Después de casi dos años de gira para presentar ese disco, el grupo se refugió en un estudio para darle forma a Frances the Mute, su segundo trabajo, y abandonó por un rato sus impactantes shows en vivo. “Pero nos ofrecieron ir a Sudamérica y no pudimos negarnos: hace demasiado tiempo que estábamos intentando viajar hacia allá”, anuncia el guitarrista Omar Rodríguez en perfecto español (es puertorriqueño criado en Los Angeles). “El disco está casi terminado, pero recién saldrá el año próximo. Necesito tomarme vacaciones: al ser el productor y el líder de la banda, todo el mundo tuvo vacaciones salvo yo.” Es que Rodríguez y su compañero Cedric Bixler no han descansado desde que partieron en dos su banda anterior, At The Drive-In, justo cuando se había hecho muy exitosa. “Terminé con ATDI porque no me gusta hacer dos veces lo mismo y el último disco que publicamos era igual al anterior. Cuando armamos The Mars Volta, lo primero que le dije a Cedric fue que no quería que gritara tanto, porque sabía que podía cantar muy bien”, explica Rodríguez.
–En una entrevista con este suplemento, Cedric dijo que tu idea cuando se fueron de ATDI era armar una banda de salsa-metal.
–Eeeh... No, ahí hay un malentendido. Mi propósito no era hacer salsa-metal sino hacer salsa. Como puertorriqueño, escucho desde chico la música del Caribe y quería sentirme cerca de mis raíces. Pero luego la banda tomó otra dirección, porque se mezclaron las influencias.
–Ya que mencionás las influencias, en todas las críticas de Deloused... hablan de Santana. ¿Fue tan importante para ustedes?
–Respeto mucho a Santana y sus dos primeros discos me parecen grandiosos, pero que lo mencionen siempre tiene mucho que ver con lo poco que saben los críticos de Estados Unidos sobre la música latina. Cada vez que escuchan una timbaleta dicen “Santana” porque es lo único que conocen.
–¿Qué dirección musical tendrá el nuevo disco?
–Mirá, no te lo voy a decir... (se ríe). Queremos que lo descubran cuando salga y todavía falta mucho para eso. Pero es seguro que sonará más como banda, porque al haber estado de gira tanto tiempo la música fluyó mejor entre nosotros.

Andy Smith
Con Andy Smith no te guíes por la publicidad del festival: es cierto que fue el DJ oficial de Portishead, pero su set no tiene nada que ver con la oscuridad trip hop del grupo de Bristol. “Estar ligado a ellos ha sido fantástico, porque me ha permitido desarrollar mis propios proyectos y que la gente se interese en lo que hago”, reconoce Smith, a quien le gusta mezclar a James Brown con AC/DC. “Sin embargo, también es una carga que me conozcan como ‘el DJ de Portishead’, porque hay gente que viene a mis shows esperando una música más climática y se encuentra con otra cosa. La conexión con la banda vino porque Geoff Barrows me conoce desde hace mucho y sabe qué clase de discos tengo, entonces me ofreció unirme a ellos para las giras. Pero después de la última no volvimos a trabajar juntos. Sé que están haciendo un disco desde hace rato y al parecer tendría una dirección diferente de los anteriores, tal vez por eso no me llamaron. De todos modos, hasta ahora nadie conoce los resultados, ¿no?” Sin banda-famosa de por medio, Smith ha lanzado dos discos de sesiones, The Document y The Document II, en los que pone en la licuadora a Serge Gainsbourg, Jungle Brothers, Tom Jones, Peggy Lee y Grandmaster Flash. “Escucho muchos géneros musicales y me gusta mezclarlos. Pero mis sets son de puro hip hop”, asegura. Y antes de colgar repite la advertencia: “No soy Portishead, así que no vengan esperando eso. Vengan a pasarlo bien”.

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