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Jueves, 30 de junio de 2005

FLAVIO ETCHETO, EX MANO DERECHA DE CERATI (¡LA QUE MANEJA EL MOUSE!)

Doble click de sensaciones

Después de haber sido acompañante, el músico presenta su disco Conjunción, que por primera vez firma como Flavius E. Toca trompeta y guitarra, pero está más cómodo haciendo “música con software”. De paso da cañazo contra los festivales electrónicos: “Las ofertas para los artistas nacionales son despreciativas”, acusa.

 Por Roque Casciero


Flavio Etcheto parece ser uno de esos músicos a los que no les gustan las ataduras de género: ha hecho noise rock y luego intelligent techno como parte de Resonantes, ha entregado house bien bailable bajo el alias de Trineo y les ha puesto sonidos electrónicos a las melodías de Gustavo Cerati. Según Etcheto –que toca trompeta y guitarra, pero se siente más cómodo haciendo “música con software”–, los saltos estilísticos se deben a su gusto por escuchar músicas diversas. “No siento la necesidad de encerrarme en una sola cosa; prefiero la variedad y me parece enriquecedor mostrarlo”, dice. Y ahora que entrega Conjunción, su primer material en solitario en cinco años y también el primero que firma como Flavius E., ha descubierto una etiqueta para ese conjunto de diez tracks: pop house. “Estoy muy influido por el pop, por tantos años trabajando con Gustavo y con Daniel Melero”, explica. “Tengo una visión de la canción por haber compuesto canciones e incluso letras para Gustavo. Aunque las voces en el disco son principalmente balbuceos, eso me liga al pop. Como mezclo una melodía de voz y los beats del house, fue un poco obvio llegar a decir: ‘Esto es pop house’.”

Si se pudiera dibujar la trayectoria de los temas del disco, se parecería bastante a las curvas del sonido, tal como se pueden ver en programas como el protools: la línea comienza en el medio, con un par de tracks climáticos, sube el pulso con beats house y termina más abajo que al comienzo. “Tiene que ver con la dinámica de las cosas desde mi percepción”, reconoce Etcheto. “Por ejemplo, me gusta ir a los eventos de música electrónica desde que empiezan hasta que terminan. Llego cuando hay dos o tres personas y, si está bueno, me quedo hasta el final. Y eso tiene un dibujo parecido al del disco. Se dio como algo natural. Tal vez, en el modo del armado del disco, me pongo más en oyente que en compositor, porque la parte compositiva ya la hice. Y como me planteé cómo me gustaría escuchar el material, llegué a esta forma.”

La aparición de Conjunción también marca un final: ya no se verá la calva de Flavius sobre los escenarios en los que toque Cerati. “Aunque estoy invitado para tocar en su nuevo álbum y estoy dispuesto a colaborar, en este momento estoy sacando mi disco y él está empezando a componer el suyo...”, suelta. “No estamos peleados ni nada, somos amigos, pero creo que los tiempos no van a dar para que estemos juntos en este momento. Tengo muchas ganas de desarrollar lo mío, hace mucho tiempo que no lo hago y me siento fuerte como para encararlo. Gustavo y yo hablamos todo el tiempo, incluso me ayudó a mezclar mi disco. Su banda está cambiando y yo no voy a poder acompañarlo, pero no descarto que participe en el disco ni que en el futuro hagamos cosas. Pero quiero ahondar un poco en lo mío, creo que es importante que lo haga.”

–¿Es sólo una cuestión de tiempos o están fuera de sintonía musical?

–Creo que no nos salimos de sintonía. Pero tengo que reconocer que mi palo es la electrónica. Es lo que me identifica y con lo que me siento cómodo. No es una cuestión de decir que no me gusta lo que hace Gustavo, para nada. Pero bueno, no estamos casados, no es un divorcio ni nada de eso (risas).

–Bueno, pero fuiste su mano derecha durante seis años.

–No sé, eso de mano derecha... Nunca tuve ese título de parte de él. Gustavo es un genio, y para mí es un orgullo estar con él y apoyarlo en lo que necesite. De todas maneras, mantenemos Roken (el trío de laptops que conforman Cerati, Etcheto y Leandro Fresco) y creo que vamos a hacer un disco, porque hay un material buenísimo que hemos grabado y que tiene que aprovecharse.

Etcheto habla de amistad cuando describe la relación con los dueños del sello que publicó Conjunción, pero casi habría que ponerle el rótulo de gran familia electrónica: Casa del Puente Discos es de Pedro Moscuza y Cecilia Amenábar, baterista y ex esposa de Cerati, respectivamente. Sin embargo, Flavius aclara que no hay una “amistad íntima” entre todos losmúsicos del sello, pero que sí saben que tienen algo en común: “Trabajamos en algo que representa lo que está pasando hoy”, afirma. “O sea, no somos nostálgicos, no nos caracterizamos por revitalizar cosas que ya pasaron... El rock se ha puesto muy clásico. Por ahí se utilizan ritmos novedosos, pero la parte fundamental de la canción sigue siendo clásica. No estoy en contra de eso, pero no es lo que hacemos nosotros.”

–¿La electrónica representa lo que pasa hoy? ¿No era que estaba muerta?

–La parte de la música electrónica que está trillada es la de los megafestivales, que por lo general es donde la gente se encuentra, pero hay una gran cantidad de personas que no consume ese tipo de arte fuera del festival. Y fuera de ese modo, que tal vez sea el más popular, hay muchísima música que tiene un nivel increíble y que representa lo que nos pasa. Los artistas nacionales siempre somos underground, pero no por elección. Algunas veces me han preguntado si somos elitistas y mi respuesta es que el arte tiene que ser para todos. No tiene que haber una elite y no me siento parte de ninguna. Pero no existe un aparato de difusión de la música electrónica tan preparado como para el rock, entonces pasamos a ser considerados elitistas. No es así, simplemente nos faltan recursos para llegar a más gente.

–Pero los festivales de electrónica suelen tener sponsors poderosos.

–Sí, pero las ofertas que reciben los artistas nacionales para actuar en festivales grandes son prácticamente despreciativas. Y te mandan a tocar a una carpa en el fondo a las 12 de la noche, porque el horario central siempre lo ocupa otro. De esa manera, es muy difícil que se pueda desarrollar la producción musical desde la Argentina. La imagen nuestra en el exterior es de DJs argentinos que pasan música extranjera. Hasta ahora, los DJs no se han aliado con los productores nacionales para hacer algo.

–¿Creés que hay nivel en los productores como para interesar a los DJs?

–Totalmente. Y a los DJs les haría bien que un productor esté cerca de ellos y que quizá produzca música bajo su dirección. Puede lograrse, pero no es lo que se ha practicado, por eso no veo una escena argentina. En México, por ejemplo, donde la electrónica ha crecido mucho, el peso de los compositores es fortísimo. La onda que se ha hecho con los festivales es, más que nada, porque los músicos y los DJs han hecho colectivos y tienen una presencia activa. Me encantaría que algo así sucediera acá. Estoy charlando sobre eso con gente del sello para hacer un ciclo que nos permita unirnos. Y no es por una cuestión de sacarle provecho económico sino porque estamos demasiado tímidos: tendríamos que juntarnos y hacer un poco de ruido.

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FOTO: NORA LEZANO
 
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