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Jueves, 19 de enero de 2006

FLOR, UN HALLAZGO Y DOS ESTETICAS

Pop en Toppers

 Por R.C.

Aunque en la tapa del disco figure su nombre y esté su foto, aunque haya sido coproducida por Gustavo Santaolalla y Pablo Romero (cantante de Arbol y productor de Miranda!), aunque haya abierto el último show de Juanes y esté a punto de tocar en Gesell Rock y Cosquín Rock, Flor todavía no se cree mucho eso de que ella sea una cantante. “Nunca se me había ocurrido que ésta podía ser mi vida, pero ahora siento que es lo que tengo ganas de hacer para siempre, más allá de que haya otras cosas que me gusten”, dice ella, Florencia Caserta, 21 años, menudita, con jeans y Topper rojas, y una mosca tatuada en el hombro izquierdo.

La casualidad tuvo bastante que ver para que Flor haya llegado hasta este presente. Aunque es de El Palomar, iba al colegio en Haedo y tomaba clases de guitarra con el violero de Guillermina. “Una tarde estábamos ensayando, porque me habían invitado a cantar en un lugar, y le pedí a él que me acompañara, y apareció Pablito (Romero) aplaudiendo... ¡Me puse re colorada!”, recuerda Flor. “Esa misma tarde fuimos a la sala de Guillermina, con Pablo en la batería, mi profesor en la viola y su hermano en el bajo, y tocamos un tema de Rosana, uno de La Renga y uno de Jewel, que iba a cantar.” A Romero le gustó la voz de la niña –¡todavía iba al secundario!– y le propuso grabar una versión de Mañana en el Abasto para un disco de covers. Pero el tema de Sumo, en realidad, fue el comienzo del debut epónimo de Flor. “Estuvimos dos años grabándolo. Pablo fue muy inteligente para grabar, sin presionarme, porque yo nunca había estudiado canto ni nada, y que de repente alguien confiara en mí fue muy fuerte. Con el tiempo armamos una buena relación y tenía voz y voto en el disco. El disco también es mío, estuve en el proceso y me gustó participar.”

–De hecho, lleva tu nombre, por más que lo haya producido él...

–Claro, pero podría no haber temas míos o que yo no hubiera participado en la grabación. Al contrario, tomábamos las decisiones juntos.

Flor descubrió la composición gracias a Romero. Y también por él llegó a estar con Santaolalla. “Vino a ver a Arbol cuando hicieron el primer Cemento”, recuerda la cantante. “El había escuchado el demo, le había gustado mucho y quiso conocerme. Lo vi unos días antes del show de Arbol, me fui toda vestidita, con una pollera, súper incómoda. Pero cuando me vio en Cemento, yo estaba re rolinga. Entonces me dijo: ‘Así quería verte’. Y como le gustó lo que estábamos haciendo, se re metió en el disco. No puedo estar más agradecida. Sé que soy principiante.”

Una principiante sin referentes, además, porque no escuchaba a otras cantantes pop sino a los Redondos, Divididos y La Renga. “El disco es pop, pero en vivo sonamos más rockeros”, ataja. “Pablo tuvo que luchar, porque cada uno tiene sus gustos y yo pensaba: ‘¿Qué pop? Yo estoy con el pañuelito y las Topper, chabón’.” No ve la hora de que llegue la mudanza familiar a Haedo, al fin con habitación propia (hasta ahora la compartía con su hermano). Mientras tanto, Flor sueña con un futuro en el que hará “discos variados”. “Sé que tengo gente con la que puedo contar. No sé cuán grande será lo que pase, pero sí sé que será algo bueno.”

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