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Jueves, 30 de abril de 2009

LOS PIOJOS QUEDAN EN STAND BY

Cosas de la civilización

La banda de Andrés Ciro se toma un descanso por tiempo indeterminado.

Tanto rumor de separación, tanto anuncio de pausa y tanta versión sobre diferencias llevó a que la banda que colocó a El Palomar en el mapa rockero argentino tomara el teclado por las astas y escribiera un cálido comunicado oficial, que ya desde su título revela que el destinatario es el mercado interno: Carta de Los Piojos a los piojosos. Con un cuidado hacia sus fans que da –y revela– ternura, y bien lejos del protocolo escandaloso a lo Spinal Tap para la disolución de bandas de rock, el documento anuncia un descanso por tiempo indeterminado y admite que la dinámica interior de la banda sintió el impacto de dos décadas de rocanrol.

El show del próximo 14 de mayo en el Club Ciudad será, entonces, y al menos hasta que una nueva epístola a los piojosos diga lo contrario, su último concierto. “La banda entrará en un parate”, informa el texto. Y sigue: “Después de veinte años de carrera y constante crecimiento, algunos pesares y muchas grandes alegrías, giras mágicas y esforzados discos, un intenso desgaste nos obliga a parar nuevamente (como en 2005)”. La referencia de paréntesis adentro alude al descanso previo al disco Civilización, y parece quitar dramatismo a la pausa. Aunque inmediatamente después aclara: “Esta impasse no tiene plazos ni condiciones. Los Piojos no se separan. Tampoco sabemos cuándo volverán a reunirse”.

Luego resalta la valentía –o los argumentos– de la decisión tomada: “La banda se encuentra en el punto más alto a nivel artístico y de popularidad de toda su historia. Cualquiera puede decir que es una locura tomar distancia ahora, frenar... Nosotros no queremos ‘vivir a Los Piojos’, sería triste fingir espontaneidad donde no la hubiera. No nos gustaría llegar a una saturación definitiva. Que no se malentienda: no es en los shows, o en la relación hirviente con el público, o en el afecto en la calle con los fans en donde reside o nace el cansancio. Es el trajín de veinte años de convivencia lo que pide un descanso”.

Los párrafos finales incluyen lo más parecido a un “gracias totales” de la banda: “El espíritu piojoso seguirá vivo. Eso ustedes quizá lo sepan mejor que nosotros. Cada tatuaje seguirá llevándonos adonde vaya”.

La carta oficial, metida en el buzón apenas unos meses después del alejamiento del guitarrista Piti Fernández (hoy con nueva banda, La Franela), lleva la firma de Los Piojos, lo que no necesariamente es una obviedad, pero sí es una forma de subrayar la idea de un comunicado orgánico y de común acuerdo. O sea, ritual el 14, apretón de manos y, como dice la carta: “Quizá volvamos a tocar en seis meses, dos años, ocho. No lo sabemos”. Ellos no lo saben y, desde lejos, no se ve.

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Imagen: Carolina Camps
 
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