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Jueves, 22 de julio de 2010

¿ALE SERGI ES MISS TACUAREMBó?

“Me fascina Natalia”

El cantante de la banda más gay friendly del barrio dice que la aprobación de la ley de matrimonio homosexual “se caía de maduro”.

 Por Federico Lisica

Ale Sergi levanta los hombros y las cejas como un metrónomo en perfecto funcionamiento. Su voz puede estar un tanto tomada por el trajín de entrevistas, flashes y fiestas gracias a Miss Tacuarembó. “Tampoco es tanto lo que tengo que hacer –aclara–. Me sumo en algunos compromisos, me gusta porque adopto como un papel más secundario, estoy más relajado. No soy la estrella.” El mate cocido apacigua y vuelve el compás corporal. Un ritmo y energía que se adecuan bien con el soundtrack de Miranda! El melodrama naïf e histriónico de una banda que hoy se imprime en figuritas y en mochilas, pero todavía contiene compartimentos ocultos. Ese Prince vernáculo en sus cuerdas vocales. Ok. Ale Sergi aún no manejó una moto extraterrestre como el de Minneapolis en Purple Rain, pero su “paleta sonora” ahora se despliega en el cine con la ópera prima de Martín Sastre.

Calidoscopio de una treintañera con sueños incumplidos, referencias almodovarianas, estrellas de telenovelas latinoamericanas, perfume Mujercitas, casetes de Parchís, brillantina y Flashdance. El pastiche nació de la novela homónima de Dani Umpi, Natalia Oreiro sumó encanto y “pop mainstream”, y el director la embadurnó de uruguayismo al palo. La estampa glitter del realizador (vale ver sus videos con Lady Di, cotonettes, Britney Spears, masturbaciones y pop de karaoke en www.martinsastre.com) tiene una vuelta de tuerca apta para todo público en el film. O como Sor Kitty, la misma que enamora a Ale Sergi en el clip “Lo que siento por ti”, dirigido por el mismo Sastre, enajena la manufactura pop de varios tentáculos. Algunos pueden parecer juguetones, pero cuando el pulpo baila, es “un desparpajo, te deja sin aliento”.

Quiérase o no, Miss Tacuarembó sale en sintonía con el tratamiento de ley de matrimonio igualitario. Y Miranda! ha sido definida más de una vez como una banda gay-friendly. Sergi saluda la ley aprobada: “Hubo demasiada bulla para una cosa que caía de maduro. No habría que haber hablado tanto del asunto. ¿Qué problema es éste? Realmente hay otros. Firmá lo que hay que firmar y dejate de hinchar. Para mí está muy bien”.

–¿Pensás que la película es como un cuadrado con cuatro lados muy marcados, la realización de Sastre, la novela de Umpi, la figura de Oreiro y vos sumando con la música?

–Lo primero que me sedujo fue el libro. Soy fan de Dani y de todo lo que él hace. Me llegó un mail diciéndome si quería estar en un musical basado en un trabajo suyo. Y dije que sí, de una. Me re interesó. Tuve una reunión con Martín, hasta ahí no conocía su trabajo, pero me interioricé y flasheé, me pareció genial, ya que coincidíamos en muchas cosas. Cuando me enteré de que la iba a protagonizar Natalia, sentí que sí, que iba a ser posible. A veces te enganchás con proyectos de muy difícil concreción. Pero que estuviese ella le daba como más seriedad al asunto. Y así fue.

–¿En qué sentís que coincidís con ellos?

–De Martín me atrae su imprudencia, lo mandado que es para hacer cosas y la poca preocupación por la claridad, de lo que puede ocurrir con eso. Su actitud desconcertante. De Dani, bueno, se aplica todo lo dicho para Martín. Me gusta cómo escribe, su performance, verlo en vivo, su costado teatral que tiene coincidencias con Miranda! Y con Natalia es lo más industrial. Si bien me atrae el tinte underground de Dani y Martín, me fascina el costado superpopular y grandioso que tiene Natalia. Con Miranda! tratamos de ser eso, estrellas pop, pero desde la Brandon Gay.

–¿Qué directivas te dio Sastre para componer?

–Antes de dar el sí definitivo le pedí el guión para saber si yo podía hacer algo así. Conocía la novela, pero la había leído hacía mucho, no la tenía tan fresca. De hecho la busqué en mi biblioteca, pero no estaba. La había perdido o una ex novia se la habrá llevado. Y me la había regalado Dani, un garrón. En el guión venían canciones de referencia para los momentos en los que había música. La mayoría eran de los ‘80: Faith de George Michael para la parte de la monja; cuando cantan los chicos True Colors de Cyndi Lauper; cuando aparece Mike Amigorena habían puesto Cream de Prince. Pero no eran pautas desde lo rítmico, empecé a componer desde la sensación de las canciones. Por eso pensé en un Cristo cachondo, sexy y seductor para la canción de Mike, algo bien de musical. True Colors para mí tiene que ver con la esperanza, lánguida y lenta, y así salió Canción de coreografía. Esa data ayudaba y no sólo las canciones: también el arte y la iconografía de época que estaba en la historia... los walkie-talkie, Hello Kitty.

–¿Mirabas musicales de chico?

–Soy medio un turista del cine. Voy poco a las salas, no tengo tele. Soy un caradura. Me gusta The Rocky Horror Show, La tiendita del horror, Grease fue una referencia importante. La historia de Sandy es un poco la de Natalia. Pero de esto hará diez años. De chico me encantó Kiss contra los fantasmas, y toda la serie de La carpa del amor, La discoteca del amor, que siempre tenían su momento de canción. Y también los musicales de Mecano y ABBA. Pero desde la música llego al cine y no al revés.

–¿Vas a seguir la línea de Pappo con Carola Casini?

–¡Yo haría de Carola! O de Carolo Casini que tiene un casino (risas).

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Imagen: CECILIA SALAS
 
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