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Jueves, 30 de mayo de 2013

LOS GRANDES DANESES DE VOLBEAT

Forajidos de siempre

Definidos por el cantante de Metallica como la piedra fundacional del Elvis Metal, publican su quinto disco: Outlaw Gentlemen & Shady Ladies.

 Por Leonardo Ferri

¿Qué sería del rock sin las etiquetas? Los daneses Volbeat saben bastante de eso, un poco por el pecado propio de hacer un rock con algún toque de novedad y otro tanto porque –ante la amplísima oferta de música de esta gran disquería que es Internet– se vuelve imperioso decir “a qué suena” tal o cual banda. Entonces, si no queda otra, Volbeat es una mezcla de Elvis Presley, Social Distortion y Metallica nacida en la tierra de Mercyful Fate. El propio James Hetfield acuñó un género para describirlos: Elvis Metal. “Por suerte, desde hace un tiempo venimos haciendo más o menos lo de siempre y la gente nos conoce, así que eso ya no es un problema”, minimiza Jon Larsen, danés con apellido sueco que después de la charla con el NO irá a probar sonido a un club neoyorquino, donde la banda presentará el flamante Outlaw Gentlemen & Shady Ladies, que fue publicado en Argentina por Universal. “Ante la salida de un nuevo álbum, uno se siente como un chico en el primer día de clases: no sabe cómo comportarse, hay ansiedad y expectativa”, compara.

“Cuando empezamos con la banda no sabíamos qué íbamos a ser capaces de hacer juntos”, admite Larsen, con los rótulos bien puestos como para listar entre sus influencias a Johnny Cash, Slayer y, claro, a Elvis Presley. “Podría estar todo el día respondiendo eso y nunca terminaría... De hecho, mis bateristas favoritos son Dave Lombardo, de Slayer, Nico McBrain, de Iron Maiden, Ringo Starr, de Los Beatles y Keith Moon, de The Who, bastante distintos entre sí. Fue una coincidencia, nunca nos propusimos hacer una canción heavy o country o punk. Michael (N. d. R.: Poulsen, cantante y guitarrista) me mostró un montón de ideas que tenía, y algunas me gustaban porque sonaban a Black Sabbath y otras porque se parecían a Misfits o a The Offspring. ‘Están buenas, nosotros podemos hacer eso’, le dije. Algunas tenían un toque de Metallica y dije: ‘Ok, eso es un poco más raro, pero también podemos hacerlo’. Y así es básicamente como empezamos.”

Parte de ese estilo (sumar elementos para un sonido propio) se refleja también en los nombres de sus discos (The Strength/The Sound/The Songs, Rock the Rebel/Metal the Devil, Beyond Hell/Above Heaven) que, dice Larsen, son otros accidentes. “¡Ja! Es verdad, no me había dado cuenta. En todos los casos fueron cosas que le daban vueltas a Michael en la cabeza y no sé de dónde las sacó, pero un día vino y dijo que ya tenía el nombre para el álbum. La verdad es que ni siquiera yo lo sé, voy a preguntárselo...”

Con cinco discos, la fórmula de Volbeat todavía parece ser distorsionar canciones folk, agregarle algún slide sureño y acompañarlas con letras sensibleras, como la de Cape of Our Hero, el primer corte, que tiene un video de los que anudan la garganta. Eso y su actitud cojonuda (y al mismo tiempo entretenida) hicieron de Volbeat la banda más popular de su país desde los tiempos en que King Diamond asustaba. Y ser material de exportación de una tierra en la que abunda el rock no es poca cosa: “Realmente existe una escena de rock en nuestro país, pero siempre a todos nos resultó muy difícil darnos a conocer, por algún motivo que desconozco no terminamos de explotar. Quizás el rock sueco, noruego o finlandés tenga otro tipo de fórmula que desconocemos”, estipula. Mientras tanto, los Volbeat son felices con su público amplio, que durante varias noches los obligó a colgar el cartelito de Sold Out en su muro de Facebook, en el que (justamente) las etiquetas abundan.

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