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Jueves, 2 de octubre de 2014

SEGUNDA TEMPORADA DE CUMBIA NINJA

EL DORADO NO PASA DE MODA

 Por Federico Lisica

“Con el nombre sabíamos que íbamos a generar ruido: Cumbia Ninja. Lo amás o lo odiás. No hay término medio, pero te resuena como la sirena de una ambulancia en la puerta de un hospital”, graficó el guionista y productor Andrés Gelós durante la presentación de la serie que este jueves a las 22 estrena su segunda temporada por FOX. Ficción que mezcla varios géneros, pero en la que casi no hay cumbia y en realidad tampoco demasiados ninjas. Sí canciones de hip hop pegajoso..., reggaetón, bah. La fórmula –televisiva y musical– se volvió una de las más exitosas en la historia de la señal para la región, sólo superada por The Walking Dead, programa al que emulará en formato esta temporada: al igual que la serie de zombies, habrá dos arcos de ocho capítulos cada uno.

Cumbia Ninja se trata de la historia de amor –casi imposible– entre Juana (Brenda Asnicar) y Hache (Ricardo Abarca). Ella, una ex niña rica que debe refugiarse en una zona humilde y cambiar su identidad porque un tío se despachó a toda su familia. El, un rapero y suerte de líder vecinal que debe cuidar el gran secreto que se esconde en su barrio, que se revela en el primer episodio de esta temporada: el mismísimo El Dorado. A la mítica ciudad de oro precolombina la resguardan un templo oriental con su viejo sabio y un dragón. Todo acontece en esa villa miseria, favela o rancho. Los términos son intercambiables ya que, pese a que el rodaje fue en Bogotá, no se especifica el lugar. “Puede ser en cualquier lugar de Latinoamérica”, dice Gelós.

El elenco está compuesto por actores de toda la Patria Grande, en los que resuenan los “güey” en una tonada neutra. Y podría irse hasta “Puelto Lico”, ya que Abarca dice que tomó como referencia a René de Calle 13 para componer su personaje. No son las únicas influencias, están las obvias como el componente épico de Cris Morena, la telenovela panamericana (¿alguien dijo Avenida Brasil?) y hay escenas que parecieran tomadas de Los Goonies y La Historia Sin Fin. “Sí, es todo eso –concede Gelós– pero desde una visión nuestra. Generacionalmente todos los que hacemos esto fuimos ‘spielbergizados’, pero acá lo aplicamos a lo que se vive en esta parte del mundo. Tenemos una mitología más grosa que la de Tolkien con sus elfos, el punto es que nunca se había encarado con una producción de este tipo”, afirma el realizador. Y no, no se había hecho nada así hasta ahora.

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