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Jueves, 19 de marzo de 2015

PAUL BANKS Y LA TRASTIENDA DE EL PINTOR

Le dije yo a Interpol, píntame la carita

El anagrama se corresponde con el reacomodamiento del clan post punk que se convirtió en sinónimo de Nueva York.

 Por Yumber Vera Rojas

Si en el video de All The Rage Back Home, primer corte de El pintor, Paul Banks reflejaba su incipiente pasión por el surf, en el de Everything Is Wrong, reciente simple del nuevo disco de Interpol, el frontman del grupo neoyorquino confirma su rapto hiphopero. Lo que sorprendió a todos cuando lanzó en 2013 el mixtape Everybody on My Dick Like They Supposed to Be. No obstante, si en algo coinciden sendas canciones, además de formar parte del quinto álbum del ahora trío y de sugerir la amplitud de gustos del músico de 36 años, es que recurren al metadiscurso del rock para reflexionar sobre la supervivencia de estos indie Rat Pack en la última década y media.

“Saber que somos un grupo establecido es un honor, al igual que que nos asocien con Nueva York”, asegura Banks por teléfono, desde la megalópolis estadounidense. “Si una banda sigue por un rato, y continúa sacando buenos discos, eso cambia las perspectivas de la gente. Así que nos sentimos afortunados de estar acá todavía, y de que las cosas vayan bien.”

Interpol regresó a las bateas en 2014, a cuatro años de la aparición de su álbum homónimo, con El pintor, publicado acá por Ultrapop: un trabajo que despertó el entusiasmo entre sus seguidores porque se remonta al post punk oscuro y raudo de sus inicios. “No me preocupo por las expectativas, me preocupo por escribir canciones”, despacha el líder de la agrupación que, en su tercera incursión en el país, participará en Lollapalooza Argentina 2015.

“Si bien cuando termino un álbum no tengo más control de lo que pasa con él, no estoy de acuerdo cuando la gente dice que éste se parece al primero. En lo que sí se asemeja El pintor a Turn on The Bright Lights es en que no teníamos la menor idea de cómo íbamos a hacer las canciones o el disco. Ese entusiasmo o esa urgencia por no saber lo que va a pasar se notan en este repertorio.” Ese tupé se debió en parte a que, tras la salida del bajista Carlos Dengler, para los integrantes de la banda fue toda una novedad componer a seis manos: “Digan lo que digan, estoy contento”, sentencia Banks.

Aparte de surfear y de dedicarse a la cocina, y como si ya no le bastara con su rol de vocalista y violero, en los últimos dos años Paul se convirtió en el nuevo bajista de Interpol. “Eso fue interesante. Al momento de comenzar a pensar en el disco, nuestra gran pregunta era cómo lo íbamos a hacer sin Carlos”, repasa el artista que pela el alter ego de DJ Fancypants cuando el hip hop lo abduce.

“Me reuní con Daniel (Kessler) para que me mostrara la música que escribió. Una vez que intenté tocar las canciones con la guitarra, no pude. Ahí fue que me di cuenta de que no sabía interpretar las canciones sin el bajo. Al día siguiente lo llevé al ensayo, y la composición fluyó. No fue que me lo propuse, sino que probamos a ver qué sucedía. Lo tomé por pragmatismo, y porque fue un proceso orgánico.”

Parte de esa confianza se la debe a su obra solista, que ya cuenta con dos álbumes: Julian Plenti Is... Skyscraper (2009) y Banks (2012). “Nada de esto hubiese sucedido si no hubiera hecho esos discos. Ahora tengo más experiencia, y eso me dio más relajación con Interpol”, sentencia.

Si bien el desarrollo de una carrera unipersonal le permitió mantenerse en forma para volver al estudio junto a la agrupación que completa el baterista Sam Fogarino, este referente del indie –cuyas comparaciones con Ian Curtis, cabecilla de Joy Division, quedaron atrás– es un escritor de pulso instantáneo o, mejor aún, contemporáneo. “No guardo letras y las saco luego para un disco mío o de la banda”, deja en claro Banks. “En Interpol, la propuesta la trae a Daniel, y yo reacciono en función a ella, y escribo. Pero siempre viene la música antes.”

Aunque, al mismo tiempo, el frontman reconoce que ostenta una línea argumentativa. “Saco a relucir aspectos de mi personalidad y de mis pensamientos cuando respondo a la música. Hay muchas letras que tratan acerca del escapismo, de empezar algo nuevo, de viajar o del amor que no se decide. También tienen que ver con relaciones: con una pareja, con el mundo o con el pasado. Pese a que son temas a los que suelo acudir, situaciones que exploro, no sé cómo explicarlas fuera de ese contexto.”

A Banks siempre le tentó componer en castellano, pues aprendió a hablarlo de chico mientras vivió en España y México (de hecho, atiende las entrevistas en un español con un dejo mexicano), pero lo más cercano que estuvo de hacerlo fue en el disco anterior, cuando soltó algunas pocas frases. “No me sale, pensé que podría”, reconoce. “Quizá lo mejor sea traducir alguna canción que ya haya grabado en inglés.”

Sin embargo, el uso del idioma es un tema cada vez más recurrente en este artista que se decidió por la música luego de descubrir Nirvana, al punto de que el título El pintor es anagrama de la banda. “Creo que tiene un significado que aplica al grupo, que es como una reorganización o reinterpretación de lo que éramos. Ahora somos algo nuevo”, apunta. “También me gusta lo que representa la idea de ‘El Pintor’, el que crea cosas, el inventor, alguien divino, ‘El Gran Creador’. Para mí aplica al proceso de creatividad de este disco. Y es que lo más importante sucede cuando estamos componiendo.”

* Sábado 22 en el Main Stage 1 de Lollapalooza Argentina 2015. A las 16.45.

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