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Jueves, 21 de enero de 2016

UN HOMBRE LLAMADO MATISYAHU

La tercera venida

Religión, Akeda y los diez años de Live at Stubb’s.

 Por Lucas Kuperman

Para muchos, el nombre de Matthew Paul Miller no resulta familiar. Era un joven que soñaba con ser una estrella de hockey, pero un viaje espiritual cambió el rumbo de su vida y comenzó a dedicarse al estudio de la Torá. Posteriormente se inició en el reggae y el hip-hop, y cambió su nombre por el de Matisyahu –derivado yídish de Matthew– para volcarse de lleno a la música cuando encontró una conexión con el reggae “en el Antiguo Testamento, en la fundación de la religión judía”.

En 1994 sacó su primer disco, Shake Off the Dust... Arise, pero fue un año después, con Live at Stubb’s, que cobró notoriedad. En el marco de la gira por los 10 años de ese disco en vivo, el músico nacido en Pensilvania está “muy emocionado” de visitar por tercera vez Argentina para también mostrar Akeda, el último álbum grabado junto a su banda. “Es el tipo de disco que un artista crea cuando no hay otra opción excepto mostrar lo que existe en su interior, desgarrándose por dentro y haciéndolo visible”, comenta el cantante. Y asegura que la idea es grabar nuevo material en primavera para tenerlo listo antes de que finalice el año.

Lo espiritual ha tenido gran importancia en tu vida y en tu música, aunque hace un tiempo abandonaste la tradición jasídica. ¿En cuánto influye ahora la religión en tus letras?

-Las palabras pueden tener muchos significados variados dependiendo del contexto. Trato de usarlas de modo en que puedan añadir a la experiencia individual de cada alma única que escucha mi música. Trato de no limitar mis palabras a cualquier experiencia o tema como la religión, por ejemplo.

En este sentido, ¿crees que el rol de la música en la sociedad es mero entretenimiento o debe poseer un sentido más amplio?

-Si bien no tengo grandes respuestas al respecto, su papel en mi vida ha sido como agente de curación.

¿Y puede ser un vehículo para la paz?

-Creo que la música puede ayudar a expandir la conciencia humana y la compasión que es necesaria para la paz.

Ibas a tocar en el festival Rototom Sunsplash de España pero se difundió una carta pidiendo que no lo hicieras.

-Sí. Me exigieron hacer algunas declaraciones políticas y me quisieron fuera del festival. Luego se disculparon y me preguntaron si quería volver a tocar.

Después de ese incidente tocaste en el Jerusalem Sacred Music, ¿cómo fue esa experiencia junto a músicos de todo el mundo?

-Fue maravilloso. Es importante también tocar para personas que son menos conscientes de la situación con Israel, lo que puede ayudar a eliminar cierta ignorancia al respecto.

Viernes 22 en Groove, Santa Fe 4389. A las 19.

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