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Jueves, 28 de enero de 2016

NEUKöLLN, EL PARAíSO HIPSTER BERLINéS

La espuma en la barba

Una recorrida por el barrio proletario que se convirtió en epicentro ondero.

 Por Yumber Vera Rojas

Desde Berlín

Aunque durante sus años en Berlín lo acogió Schöneberg, el único barrio de la capital alemana al que David Bowie tributó fue Neukölln. Si bien se trata de un instrumental, el Duque Blanco intentó captar en ese tema incluido en el disco Heroes el desarraigo de los inmigrantes turcos asentados allí, los cuales comprenden buena porción de su población. Pese a que décadas más tarde sigue formando parte de su folclore, la comunidad turca, al igual que el resto de los vecinos del distrito, nunca imaginó que lo que alguna vez fue un territorio proletario y de expatriados hoy sería el paraíso hipster de la ciudad.

El bajo costo de los alquileres de los departamentos y el cierre en 2008 del aeropuerto de Tempelhof para convertirlo en un parque –ahí se realizó el Lollapalooza local en 2015– provocaron un cambio de identidad radical en la zona, lo que atrajo a estudiantes, artistas y bohemios adinerados de todo el mundo para establecerse y probar suerte.

Uno de los que no lo pensó dos veces al momento de poner sus fichas en Neukölln fue Barry Burns, guitarrista del grupo escocés Mogwai, quien junto a su esposa abrió Das Gift. Además de esa versión sofisticada de un kenipe (la típica taberna alemana), sobresalen bares como Sameheads, Café Futuro, Savo o el gay SilverFuture, cuyas propuestas –apoyadas por la refinación de una disquería del calibre de Bass Cadet, de la galería Cell 63 o de la residencia creativa Agora Collective– contrastan con ese viaje en el tiempo que evidencian los rincones del barrio.

Pero este distrito del sureste de Berlín, que tiene el 60 por ciento de su población compuesta por personas de entre 18 y 45 años, alberga también el núcleo histórico Rixdorf, el Palacio Britz, el Museo y la Opera de Neukölln, la pileta abierta Stadtbad Neukölln y la urbanización con forma de herradura Hufeisensiedlung.

Apodado el “Estambul Pequeño”, este paraje donde se cruzan el aroma de la comida turca con el de las narguilas y la marihuana –es uno de los distritos más permisivos en el consumo de cannabis– comenzó a padecer, tras su boom entre 2003 y 2004, la especulación inmobiliaria. Al punto de que la zona en la que limita con Kreuzberg, el suburbio más popular de Berlín, un espacio difuso entre las calles Kottbusserdamm, Sonnenallee, Maybachufer/ Landwehrkanal, Wildenbruchstrasse y Kiehlufer, recibió la chapa de “Kreuzkölln”. Y eso llevó a los vecinos de Neukölln a delimitar a capa y espada su territorio.

No obstante, si bien en invierno todo sucede puertas adentro –ahora se viene, en paralelo a la Berlinale, la Boodinale: muestra de videojuegos y cine underground–, en el verano, con el mercado turco de Maybachufer y el festival 48 Stunden Neukölln a manera de bastiones, la gente asalta la vía pública para transformar al barrio no sólo en una fiesta, sino en la diva de Berlín. Imposible no entregarse.

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