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Jueves, 15 de septiembre de 2016

TOTOTOMáS POR EL LADO DE LA ELECTRóNICA

Hagamos la que sinte

El combo platense se redujo y se consolidó con un OP1 como base, sacó un nuevo disco y encaró una gira por España.

 Por José Totah

Con sus anteojos enormes, Evangelina Viscoitaliano parece una presentadora revirada de la RAI de los años ‘70. Tomás Agustín Casado, en cambio, da más como conductor alpino de Telematch, el programa de juegos germano-diabólicos que pasaban por la caja boba de los ‘80. Así de fácil de caracterizar es la dupla que canta en Tototomás, la banda de La Plata que va por su segundo disco y que esta semana se irá de gira a festivales en Barcelona y Madrid. El plan era despedirse anteayer en el ciclo Martes Indiegentes, con compañeros del sello Sonoamérica, pero Niceto Club fue suspendido, según representantes del boliche, “por el exceso de controles y la burocracia propia de esta época”. Dice Casado: “No nos sorprende, ya que las políticas del gobierno de Macri son una ofensiva para el desarrollo de espacios culturales alternativos. Hay un desconocimiento absoluto de los circuitos artísticos, no les importan, y quieren barrer con la movida emergente”.

El año pasado, Tototomás venía tocando su primer larga duración, Jau Jau, en el circuito platense y, de tanto en tanto, en capital. Les iba bien y podían haber seguido con ese disco un tiempo más, pero Casado paró la máquina y los metió a todos (once en ese momento) a grabar en una quinta de sus viejos en San Carlos, en las afueras de La Plata. Fue durante las vacaciones de invierno y de esa reclusión quincenal nació Bochorno, que presentaron oficialmente casi un año más tarde. “Fue como un Jau Jau pero con muchas capas y un grupo más consolidado. Disfrutamos mucho el proceso de grabación, pero teníamos un cronograma día por día, tampoco era cuestión de hippearla”, explica Casado, secundado para la foto por Eva y por Ignacio Pello.

Tototomás tiene una libertad compositiva muy amplia. La mayoría de las canciones son la versión germinada de la voz y guitarra criolla de Casado, autor de temas en los que se mechan tambores afro, vientos y coros de pibas en manada. El cantante tiene una forma de frasear que arrastra las palabras hasta la exasperación. No dice “Ay mujer, cuando vienes saltando” en el tema cinco de Bochorno. Dice “Oooay mujerrrr cuando vienes saltaaaaaando”, y atrás de su voz revolotean un montón más de voces y gritos que juegan con letras, acentos y onomatopeyas, las deshacen, las vuelven a armar para sacarles música.

Pero aquella formación de once se redujo a los cinco que viajaron en abril al Vive Latino, invitados por el festival mexicano, y a un concierto en la Universidad de Guadalajara. El nuevo formato tiene que ver con que Casado empezó a incursionar “por el lado de la electrónica” y se enamoró del sintetizador OP1, con el que graba pistas todo el tiempo. “Me da la libertad de hacer música, abrir el abanico de timbres e instrumentación desde casa”, dice. “Estoy aprendiendo, vengo de tocar en centros culturales, solito con la criolla”, avisa, levanta la guitarra del suelo y hace una bossa nova muy deforme, parte de la identidad tototomasiana. Mañana a la noche, él y Eva tocarán en el Mercat de la Música Viva de Barcelona para contar cómo funciona Tototomás solo con sintes, percu, pistas y criolla.

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Imagen: Cecilia Salas
 
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