No menos de cuatro personas vestidas como policías irrumpieron en la comisaría 8ª de San Jerónimo Sud, redujeron al personal, se llevaron un patrullero y asaltaron el Banco Macro de esa localidad. Según estimaron ayer fuentes judiciales que investigan el hecho, los ladrones se habrían alzado con más de 100 mil pesos de cajeros automáticos y de la caja chica de la sucursal; aunque desde la comisaría del lugar hablan de hasta 300 mil pesos.

San Jerónimo Sud está ubicado en el departamento San Lorenzo, a unos 30 kilómetros de Rosario. El hecho se produjo ayer, cerca de las 6.50 de la mañana, cuando un grupo de hombres disfrazados de personal de la fuerza ingresó a la seccional 8ª de esta comuna.

Según indicó a Rosario/12 el comisario Hugo Sánchez, uno de ellos ingresó vestido de civil a la comisaría y pidió utilizar el teléfono con la excusa de que se le había roto el camión en la ruta. Una vez en el interior fue acompañado hasta el teléfono por uno de los oficiales, lo apuntó y permitió que ingresara el resto de la banda armada. En minutos consiguieron reducir al personal, atarlos con alambres y llevarse uno de los autos. También se llevaron cuatro pistolas, una escopeta y una ametralladora.

Sánchez relató que los ladrones entraron a la seccional portando pistolas 9 milímetros, con el fin de reducir al personal que se encontraba en ese momento. Tras atarlos y encerrarlos, tomaron un móvil policial y se dirigieron a la sucursal del Banco Macro, ubicada a una cuadra y media de la seccional, donde engañaron al personal femenino de custodia, que esperaba el relevo en la sucursal que abre sus puertas al público a las 7 de la mañana. Los ladrones camuflados de policías se las arreglaron para lograr que la misma empleada les abriera las puertas de la entidad bancaria. "Le dijeron que volviera a la comisaría a firmar unos papeles y allí el resto de la banda la redujo también", señaló el jefe policial.

En diálogo con programas radiales, el jefe comunal de San Jerónimo Sud, Marcelo Cisana, indicó que ayer se trabajaba en la revisión de las cámaras de seguridad del pueblo, para detectar el vehículo en el que los sujetos ingresaron a la comuna de menos de tres mil habitantes. Para el funcionario, se trató de una banda de profesionales.

Una vez adentro del Macro, los falsos oficiales maniataron a algunos empleados y encerraron a otros en el baño. Antes de las 7.15, ya habían huido en el móvil policial con el botín: el monto de la caja chica y dinero de los cajeros automáticos que ronda entre 100 mil y 150 mil pesos, según precisaron fuentes de la causa. Sánchez habló de entre 200 y 300 mil pesos, según pudo saber de la gerencia de la sucursal.

Para Cisana, se trató de un golpe profesional con trabajo de inteligencia previo. Ahora la policía investiga el hecho y se dispone a analizar las imágenes captadas por las videocámaras dispuestas a la entrada del pueblo. Aunque aseguran que "no será tarea fácil" por la ubicación "estratégica" de la localidad, que conecta las rutas 34 y 9 con la autopista a Córdoba.