Cultura Pasajera es un proyecto artístico cultural que incluye desde arte hasta diseño, poesía y acciones de todo tipo. Hace ya varios años que viene desarrollando, en su local de Córdoba 954, innumerables actividades que dan vida a la más vieja galería que poseemos en la ciudad. Espacio Ribuar es el actual organizador de los eventos a partir de la ausencia de Flor Balestra, que ocupa actualmente el cargo de subsecretaria de Cultura de la Municipalidad de Rosario.

Las actividades que se desarrollan en el Pasaje Pam siempre generaron una alternativa privada a la cultura oficial rosarina, innumerables artistas de diversas localizaciones del país transitaron, se mostraron, e hicieron en los espacios del Pasaje. El pasado jueves 27 de noviembre, en su última muestra del año, se sucedieron diversas inauguraciones paralelas, por un lado el pintor y artista digital Sebastián Pincirolli con una obra inédita titulada Amityville, construyendo mundos de pictoricidad digitalizada en La Vitrina. En el espacio titulado El cubo, el famoso diseñador y vidrierista Hugo Salguero reaparece en la escena de arte local con una instalación titulada Rosario's cow parade en donde muchas vaquitas inflables observan a un perchero cibernético del que penden más vaquitas, pero esta vez bidimensionales. En el texto que le escribió Alberto Saravalli se desliza la siguiente idea: La vidriera como cuadro y el cuadro como vidriera, recordando a Salguero como el prestigioso escenógrafo y diseñador de escaparates además de deslizar que él consigue ser un "astuto vendedor agazapado detrás del arte".

En el mismísimo espacio Ribuar la obra del joven Ariel Torti -que no posee vinculación de parentesco con el famoso pintor del mismo apellido﷓ demuestra su interés por el arte abstracto, ascético y conceptual. Su producción, de gran belleza y despojamiento, señala una gran sutileza en la elección de técnica y soporte. De la serie Adhesivos, estas obras relacionan directamente color con material industrial.

En un espacio totalmente nuevo, la Vitrina XS, la conocida artista Emma Zelicovich presenta un díptico de acrílico negro y blanco con pequeñas lámparas leds de color azul. Después de un tiempito sin exponer, Zelicovich manifiesta que los distanciamientos que toman muchas veces los artistas son espacios de aprendizaje del silencio necesario para la futura producción; como el aquietamiento antes de la tormenta. Su obra titulada Happy hour construye frescura y esparcimiento en formato abstracto y mínimo al mismo tiempo que cuestiona el hacer del artista.

Además del caluroso día que acompaño la inauguración, también lo hizo el Reventón de la Trastienda, que intenta seguir bregando por la comercialización de obra rosarina contemporánea. La difícil situación que produjo este año el lockout de las entidades agrarias no acobarda a los organizadores de Cultura Pasajera, que a pesar de la notoria falta de la gestión de Balestra, han podido zanjar el traspié volviendo a la feliz idea de las inauguraciones conjuntas. Estas aúnan esfuerzos y dan un paneo general mensual de qué se puede hacer con buenas ideas y buenas obras.