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Martes, 17 de marzo de 2009

CULTURA / ESPECTáCULOS › SE EXHIBE EN EL CEC LA MUESTRA TORMENTAS BY RECHEN, DE ROBERTO ECHEN

Autorretrato del artista y gestor

El director del museo Castagnino+Macro es el autor de una impactante y oportuna pero magra muestra, donde -aunque de modo cifrado- aparecen también las cuitas del gestor cultural. El texto del catálogo pertenece al propio Fernando Farina.

 Por Beatriz Vignoli

Las tormentas están de moda. Quien, en lo que resta del verano, se asome al remozado galpón del Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC, Sargento Cabral y el río; martes a domingos de 17 a 21), verá tres videos en pantallas monumentales: una tormenta, una secuencia de lenguajes de programación y un "autorretrato al modo del protector de pantalla" (2000). El autor no es otro que el director artístico del Castagnino+Macro y docente en Bellas Artes de la UNR Roberto Echen (Rosario, 1957). La impactante y oportuna pero magra muestra lleva el título de "tormentas by rechen". La acompaña un texto del actual subsecretario de Cultura y ex director ejecutivo del Castagnino + Macro, Fernando Farina, quien además es el curador por Argentina de la edición en curso de la Bienal del Fin del Mundo, cuya consigna es "Intemperies y el fin del tiempo". Esta coincidencia temática (global) admite una lectura metafórica (local), porque aquella colaboración artística no disimula una gestión tormentosa. Es como si Luis Bonaparte hubiera escrito su propio 18 de Brumario. "Quien siembra vientos...".

"Para vivir las tormentas hay que dejarse llevar por el viento", empieza Fernando Farina su alegórico texto de catálogo, donde el artista se reconoce. En distendida conversación con la cronista de Rosario/12, junto al Paraná, bajo un cielo que pintaba tormentoso pero donde luego asoma un sol traidor que boicotea la foto al tono, Echen admite que el texto es casi una declaración de amor. "En ocasiones son contagiosas pero, para seguirlas, hay que permitirse ser atravesados". ("Sexo no tuvimos nunca, ¿eh?", aclara Echen, riendo.) "Me gusta encontrármelas desde el lugar de la incertidumbre, desde el no saber qué va a pasar, qué van a proponer, por dónde van a seguir, cuáles serán sus estrategias y sus trampas, que siempre arman, por naturaleza. Pienso, porque las conozco, en ese construir desde la pregunta, buscando algo que no se sabe qué es... Las tormentas tienen una frecuencia desconocida, avanzan silenciosas y desparraman, en ocasiones con furia, otro mundo, agua que vienen de lugares desconocidos, aires que traen perfumes extraños, mezclas infames y adorables. Tienen su lógica. Pueden ser apacibles pero también brutales... Me resultan desconcertantes...".

-De alguna manera es como si Fernando te estuviera retratando a través de la metáfora sostenida de la tormenta, ¿no?

-Yo creo que en realidad él usó mi obra o mi planteo de muestra para pensar la tormenta para volver a pensarme a mí. Es casi una declaración de amor.

-¿Pero a Echen como artista, a Echen como gestor, a ambos...? ¿O al Echen amigo, el Echen persona? ¿A qué Echen ama Fernando Farina?

-Yo creo que hay en el texto una mezcla de varios, incluso del que él conoce desde hace mucho tiempo, de cuando fuimos compañeros en la Facultad de Ingeniería.

- "Dije desconcierto, aunque creo que en las tormentas siempre hay una autorreferencia. En realidad hablan de ellas mismas. Son geniales, amigables, esquivas, tímidas, indefensas. Dan todo a ver. Son obscenas.

-Me gusta mucho cuando dice que las tormentas son obscenas, porque yo creo que ese "dar todo a ver" nunca es cierto, nunca es del todo. Lo que pasa es que cuando se da a ver más de lo que se supone que se puede llegar a ver, aparece lo obsceno.

-¿Ese "dar todo a ver" es una referencia velada a tu video "Home stripper"?

-Supongo que él pensaba además en cosas que tengo en mi sitio web [http://www.rechen.com]. En ese video me gustó jugar con el hecho de que supuestamente era un strip tease, y en realidad nunca se ve nada; lo que me interesa es que justamente lo que se vea sea el contexto y el entorno. Lo que yo me planteo siempre es cuál es el límite entre lo que es de la esfera íntima, o privada, y lo público. Y hasta dónde ese corrimiento puede tener un efecto en el arte. O desde el arte.

-Ahora, vos mencionás lo público, y vos estás muy atravesado por lo público en cuanto funcionario público. ¿Cómo juega en tus autorretratos, si podemos pensar esta muestra como autorretrato, esta imagen tuya de funcionario?

-Es una pregunta interesante, porque si bien el autorretrato es algo recurrente en mi producción artística, mi lugar como gestor evidentemente me da una imagen pública desde otro lugar, y es indudable que eso aparece, y la obra, o el mostrarse, se modifica. A "Home stripper" no es lo mismo que la haga siendo un gestor cultural o siendo solamente un artista, a quien le está permitido. Creo que lo que hace eso es reforzar cierto lugar que para algunos sería el de la provocación.

-¿Y cómo hiciste el autorretrato animado de esta muestra?

-En realidad la animación es programación. Es un uplet, que es una aplicación en lenguaje Java. Yo trabajo mucho en lenguaje Java, porque permite unas animaciones atípicas. Viste que había unos protectores de pantalla que chocaban contra los bordes, tac, tac, tac. Lo que me interesó de eso era el recorrido, y Java es un lenguaje de programación que te permite hacerlo con un movimiento muy suave, que lo podés armar y controlar muy bien. Yo empecé con mi autorretrato y en el sitio lo que tengo ahora es ampliado a retrato. Tomando cualquier imagen como la mía, mi carita, en un gif, yo hacía ese mismo movimiento con cualquier imagen. Entonces lo que hice fue tirar el programa a Internet y que me mandaran imágenes. Y me mandaron imágenes de todo el mundo. Tengo más de 80 imágenes cargadas que vos clicás en una y hace este trabajo como con mi autorretrato, pero con cualquier imagen que está cargada.

-La voz del ¡ay! ¿De dónde sale?

-Es mía. Yo me grabé. Hice ¡ay!, grabé eso y lo programé para que hiciera ese sonido cada vez que llega a cierto punto, que es cuando llega a los bordes; parece que estuviera chocando.

- ¿Los movimientos son azarosos, son random?

- Sí. En realidad cicla. Cada 2000 movimientos se produce otra vez un random. Entonces el gif sale disparado para cualquier otro lugar. Y cada 8000, el programa limpia la pantalla y empieza de nuevo. Pero sí, es random, es al azar.

-Y el dolor de chocar contra los bordes, ¿tiene que ver con eso?

-Sí, y por eso lo quise incluir en esta muestra. Porque lo tormentoso en realidad tiene que ver con el pensamiento de uno. Esa cabecita chocando por todos lados tiene que ver con el movimiento y con el azar, con esa cosa randomizada del tipo que está como dando vueltas en una cosa que, no sabe por qué, quedó ahí.

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Roberto Echen se pregunta sobre el límite entre lo que es de la esfera privada, y lo público.
 
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