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Lunes, 2 de enero de 2012

CULTURA / ESPECTáCULOS › LOS FILMS MáS IMPORTANTES QUE SE ESTRENARON EN ROSARIO DURANTE 2011

Lo que vimos con gusto a lo largo de este año

Woody Allen, Nani Moretti, Abbas Kiarostami, Pedro Almodovar, Mike Leigh, Manoel de Oliveira, Carlos Sorín y Wim Wenders, entre otros. Los directores que mostraron sus últimos materiales a lo largo del año que pasó. Es para destacar el papel que siguen cumpliendo las salas alternativas de la ciudad.

 Por Emilio A. Bellon

De los momentos del año, en relación con los que competen a los escritos sobre las críticas, el del llamado balance anual es, tal vez, el que más incertidumbres provoca. En primer lugar seleccionar implica, en un recortado espacio, tratar de hacer convivir vivencias y valoraciones que llegan al lector como una proyección de otros escritos, comentarios y reflexiones anteriores a manera de síntesis y que, por otra parte, para el crítico, guardan para sí el recorrido de experiencias de vida que a veces se reconocen en ciertos subrayados, exclamaciones, elección de ciertos vocablos desde un presente, hoy, desde el cual se miran ciertos momentos de un pasado inmediato. Y, por otra parte, somos conscientes de que a la hora de elegir, y esto lo notamos, quizá, días después, cuántos nombres quedaron en el olvido. Término que particularmente me resulta ajeno y para nada pertinente, el de balance, en este campo; vocablo que voy a sustituir por otro, el de preferencias, aunque la acepción no sea la misma. En este caso, ya en horas de la tarde de este sábado 31 me dispongo a recordar aquellos films, títulos, rostros, nombres, salas, que, desde mi punto de vista, definen, adquieren un nombre particular en este año que está a punto de partir. Si algún fenómeno inusual caracterizó el 2011, en esta materia, este fue sin duda el que corresponde al estreno, a lo largo del año, de los últimos tres films del siempre sorprendente Woody Allen. La gran respuesta por parte del público ante "Conoceras al hombre de tus sueños", historia que abre desde este tono augural a un juego de cruces de singularidades marcadas por la ternura, la ironía, el cinismo y una cierta esperanza, llevó a que, finalmente, los distribuidores decidieran estrenar su film del 2009, "Si la cosa funciona", en la cual su personaje central compone al que podría ser el más logrado alter ego de su filmografía, quien desde su declarada misantropía y ante la presencia de una joven recién llegada comenzará a experimentar un gran giro en su vida. No sólo él, sino tantos otros. Film que ya nos va acercando, como tantos otros, a la órbita de experiencias de aquello que se desea y que se sueña; como lo que lo que acontece en su obra más aplaudida de la temporada: "Medianoche en París", en la que la bohemia de los años veinte despierta al son de las doce campanadas en este capítulo de la vida del guionista hollywoodense Gil Pender, quien ahora, ha viajado allí, con su prometida y la familia de esta, serviles representantes de la ideología republicana y del "american way of life".

Creo, que, desde el punto de vista conceptual y como espacio de reflexión en ese lugar de diálogo que abre el arte entre individuo y sociedad, el film de Nanni Moretti, "Habemus Papam" define el gran lugar de interrogación sobre los límites de la voluntad de poder, la figura de la autoridad, las representaciones simbólicas y los entredichos de los mandatos, mediando el subyugante texto dramático de Anton Chejov "La gaviota". De igual manera, un film como "De dioses y hombres", desde otra perspectiva, de Xavier Beauvois, partiendo de un hecho histórico nos permitía escuchar las diferentes voces que se potenciaban dramáticamente en el interior de un monasterio ubicado en tierra argelina, atravesado por la violencia de una guerra civil.Desde otras consideraciones temáticas, dos films franceses nos siguen planteando algunos cuestionamientos, que se ubican en otros espacios, en donde podemos escuchar a los personajes de otra manera: "La mentira" de Xavier Gianoli y "La quise tanto" de Z. Britman. Numerosos premios internacionales permitieron que pudiésemos conocer "Copia certificada", de Abbas Kiarostami, rodado en la Toscana, film en el que entran en un juego de simulaciones aspectos de las diferentes maneras de pensar la realidad, relato que reescribe desde algunas hipótesis del campo del arte ciertas observaciones que nos alcanzan en otros òrdenes; esas otras realidades, que se capturan, que se adueñan de uno, que conviven en nosotros, como la que la que habita en el personaje del surreal y mágico film de Manoel de Oliveira, "El extraño caso de Angélica". Cuatro estaciones en la vida de una pareja, ya entrada en años, la llegada de esa amiga, querida y al mismo tiempo, desconcertante, en el entrañable film de Mike Leigh, "Un año más", tan conmovedora como "Secretos y mentiras". Y si nos referimos a estados emocionales, pensemos en la mirada de Gerard Depardieu, desde su primitiva figura , desde su querible torpeza, descubrir en las palabras, en la lectura de esa anciana, esa tarde en la plaza, la visión de un mundo nuevo en el tan intimista relato "Mis tardes con Margueritte" de Jean Becker. Si de aprendizaje hablamos, me vienen a la memoria los encuentros entre el rey y su maestro, en la manera en que el primero va poco a poco superando su tan marcada tartamudez, en esos años tan críticos, en esa situación tan límite, a través de los roles que componen magistralmente Colin Firth y Geoffrey Rush, en un mismo nivel, pese a la Academia. Las diversidades, en el orden de la sexualidad, de los géneros, encontraron en numerosos films particulares interrogantes que rebatieron todo tipo de estereotipos. Al respecto basta señalar films como "Mia", actualmente en cartelera, opera prima del actor y realizador Javier Van De Couter, primer acercamiento del cine hacia el postergado y avasallado espacio de la Aldea Gay desde la perspectiva de Ale,una travesti cartonera quien, desde su actitud de comprensión trabará un sentido vínculo con una niña de otra clase social; "Tengo algo que decirles", sugestivo y cómplice título de un conmovedor y crítico relato, con notables notas de humor desde un retrato de familia, de nuestro admirado Ferzan Ozpetek, director italo-turco. Y en este mismo párrafo, destacamos "Morir como un hombre", un mundo de soledades en la noche lusitana, las caminatas en busca de un perdido amor, el vacío en la vida de Tonia, el transexual que en su andar errático se va internando en una irreversible tragedia. Relato de luz crepuscular firmado por Joao Pedro Rodrigues. Afortunadamente las salas alternativas siguen funcionando con su público habitual: Madre Cabrini, El Cairo, Arteón, El Rayo y la del Centro Cultural Bernardino Rivadavia. Los días martes, y ocasionalmente algunos domingos, Cine Club Rosario nos espera con sus preestrenos. De vez en cuando, tienen lugar algunas semanas especiales, muestras. Nuestra ciudad, goza, por lo tanto, de una cartelera atenta a diferentes gustos, inquietudes. Basta con seguir de cerca, día a día, la programación. El tan esperado film de Pedro Almódovar, "La piel que habito", que va más allá de sus laberínticas propuestas, no logró la aceptación esperada. Y es que el personaje que compone Antonio Banderas, en su regreso a este cine tras haber sido seducido por la ligereza de los grandes estudios, se puede pensar como símbolo y arquetipo de la maldad màs racional, manipuladora y científica, diagramada en el espacio de un asfixiante engranaje familiar. Pese a todo, el realizador de "La flor de mi secreto", nos reserva un epílogo risueño y esperanzador... Extraño mundo de sospechas y de intrigas es el que dibuja Carlos Sorin en un género, tal como el policial, ausente en el cine argentino, durante mucho tiempo, en la muy atractiva "El gato desaparece". Y de permanecer inquietos, expectantes, dispuestos a aceptar otro verosímil, descubramos la recreación del mito faústico que nos proponen los realizadores de "El hombre de al lado", en "Querida voy a comprar cigarrillos y vuelvo". Gran parte de los films nominados y premiados, en lo que a mí respecta, me han defraudado. Entre ellos la tan promocionada "El cisne negro", copia bizarra de aquella maravilla, en clave efectista, que es "Las zapatillas rojas" de Michael Powell, pensada ahora desde la estética industrial del cine de los años del nuevo siglo. En cambio, celebro, la tecnología 3D para un film como "Pina" de Wim Wenders que le otorga volumen, corporeidad, tangibilidad. Aún no he podido ver el último film del tan polémico Werner Herzog, "La cueva de los sueños olvidados". No comprendo los premios internacionales otorgados a "El hombre que podía recordar sus vidas pasadas" y mucho menos a "El árbol de la vida". Sí, en cambio, puedo igualar un término como sublime a la tan elogiada realización coreana, premiada por igual, "Poesia del alma" de Chang Dong, donde la mirada sobre la vejez se proyecta hacia el espacio de la perdurabilidad de la creación. Y en relación con la ancianidad, y en clave de comedia, con notas de identificable grotesco, cómo no tener presente "Un feriado particular" ("Pranzo di Ferragosto") di Gianni di Gregorio. También del cine peninsular, como si de una obra viscontiana se tratara, de tono operístico, que se abre en una Milán invernal, con relaciones que rozan lo prohibido, transgreden, violentan, nos ha llegado el drama en clave de gran tragedia "El amante" ("Io sono l`amore") de Luca Guadagnino. Desafiante y violenta desde los días de la Guerra Civil, el mundo de máscaras y rivalidades en el film de Alex de la Iglesia, "Balada triste de trompeta" nos acerca un cruel y sangriento retrato en negro a través de varias décadas desde dos caracteres en pugna. Y en el límite, en ese camino de cornisa, es el espacio en el que elige vivir Carlos, el personaje fuera de la ley, que combate desde el extremismo, en situación mercenaria, desde una visión múltiple, fragmentaria, contradictoria, a lo largo de tres horas, dirigida por Oliver Assayas. Otro retrato singular, diferente, apasionado, transgresor: el que el realizador chileno nos ofrece de la cantante Violeta Parra en "Violeta que estas en los cielos". Entre otros aciertos del cine argentino, un joven realizador Pablo Giorgelli nos acercó otra de las tantas historias mínimas. Y en este caso, en el film que aún permanece en cartelera "Las Acacias" se nos narra un viaje, un cruce de frontera. Y son tres los personajes. Muy cerca de nosotros: quien conduce un camión, una joven mujer y su beba que necesitan llegar a Buenos Aires. Así, de simple Y tanta emoción contenida. Aún en el silencio. Como en "La mujer sin piano" de Javier Rebollo, historia de una mujer que sostiene no solo su zumbido en el oído sino su tedio, su rutina, para quien la noche está a punto de abrirse. A principios de año recibimos la triste noticia. Más aún para los de mi generación y para los que tienen muchos años más. Los diarios informaban en primera plana, destacando su rostro, sobre su fallecimiento. Nos dejaba Elizabeth Taylor. Había nacido en 1931 y en los últimos años había luchado contra numerosas enfermedades que la habían postrado y al mismo llevaba adelante su fundación de investigaciones en su lucha contra el SIDA. La recuerdo particularmente por sus actuaciones memorables, sensibles, en "Un Gato sobre el tejado de zinc caliente" de Richard Brooks, "De repente en el verano" de Joseph L. Mankiewicz, "Quién le teme a Virginia Woolf", de Mike Nichols, "Reflejos en un ojo dorado" de John Huston, "Almas en conflicto" de Vincente Minnelli y "Ambiciones que matan" junto al talentosísimo y olvidado Monty Clift. Y por sus ojos de matices violáceos.

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La entrañable "Medianoche en París", del gran Woody Allen.
 
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