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Lunes, 3 de diciembre de 2012

CULTURA / ESPECTáCULOS › SIETE PSICóPATAS DEL IRLANDéS MARTIN MC DONAGH CON COLIN FARRELL Y WOODY HARRELSON.

Una buena manera de contar un thriller

Lo que propone el film es un juego de espejos en un espacio de construcción de ficciones, en Santa Mónica donde se desarrolla la historia que incluye secuestros de animales con pedidos de recompensas y enredos con mafiosos poderosísimos.

 Por Emilio A. Bellon

De manera inusual, el estreno en nuestro país de Siete psicópatas tiene lugar sobre el cierre del Festival de Sitges, cuando aún no se ha presentado en las principales ciudades europeas en las carteleras comerciales; y una de las cronistas, Eulalia Iglesias, en las páginas de las revista de crítica "El caiman", editada en Madrid, en su último número, señala que este segundo film del realizador irlandés Martin Mc Donagh "gira y gira en espiral para contar cómo se cuenta un thriller , en un jubiloso y siniestro juego de personajes".

Recordará el lector, si es que ha visto el primer film de este joven director, que en Escondidos en Brujas sobre la matriz del mismo género se iba diseñando un particular vínculo entre esos dos asesinos a sueldo que están esperando la llamada y el mandato de un superior. En esa ciudad, que se nos muestra desde su perspectiva fantasmagórica y mítica, poco a poco la tragedia asume un ropaje carnavalesco desde la grotesca mueca de sus protagonistas; dos anónimos antihéroes, dos olvidadas marionetas, interpretadas notablemente por Colin Farrell y Brendan Gleeson, vigilados por una voz del otro lado del teléfono, cuyo rostro lleva el nombre de Ralph Fiennes.

Es nuevamente ahora Colin Farrell quien toma el rol protagónico y, tal vez, quien recoge las inquietudes del mismo guionista y director, ya que el actor de los films de "El sueño de Casandra" y "El imaginario mundo del Dr Parnassus", entre otras, cubre el rol de un escritor que está abocado a la tarea de su próximo proyecto, que lleva por título el mismo del film. Su nombre es Marty, con la misma M. del mismo nombre del realizador y en el momento del inicio del relato lo vemos angustiado por padecer un sintomático bloqueo creativo.

Lo que tal vez nos propone el film, más aún si seguimos de cerca las palabras de la cronista del Festival de Sitges, es este juego de espejos en un espacio de la construcción de las ficciones; allí, reconocemos la presencia de un film como "El ladrón de orquídeas " de Spike Jonze y desde aquí vamos siguiendo un itinerario de citas cinéfilas, en las que el acto de narrar pasa a primer plano. Y estimo que al estar en Hollywood, rodar allí, en Santa Mónica y en los centros de California, Martín Mc Donagh debió hacerse cargo, por decisión propia o mandato de los productores, de una modalidad que pendula entre la modalidad de los Coen de "Sin lugar para los débiles" y la de los films seriales, de los que yo reniego particularmente, de Quentin Tarantino.

Y es desde este sello, desde este anclaje que el film Siete psicópatas abre, indicando al espectador que este, quizá, sea uno de los carriles por donde va a transitar en esta historia de una escritura que se resiste, de un amigo que le alcanza relatos a este guionistas (algunas de ellas, para este crítico, felizmente logradas), de historia de secuestros de animales con pedidos de recompensas, que llega, con espuma en la boca, a afectar la vida de un poderosísimo jefe de la mafia.

Con altas notas de humor y explosivas y poco tolerables situaciones de repetida y cínica violencia, el film de Martin Mc Donagh da cuenta de lo que significa filmar para los grandes estudios, de lo que representa, pese a ideas originales, no perder de vista, las exigencias del mercado. Y si bien se respira ese clima de "Comedia Negra", por momentos, la insolente prepotencia del cine de fórmulas hace de las suyas, arrinconando, en parte la propuesta original.

O por lo menos, atendiendo a su primer film, y a lo que se desliza en este, creo reconocer.

Las historias que Billy, rol que cumple Sam Rockwell, este actor desocupado le hace llegar sinceramente a su amigo Marty, con miras a liberarlo de esa obstrucción en su escritura, nos colocan en el orden de reanimar al Charles Laughton de "La noche del cazador", particularmente por la composición que logra un admirable Harry Dean Stanton, como ese vigía insomne, pesadillesco, vengador eterno, que levanta de la tumba al mismo Robert Mitchum, esperando, paciente, bajo la luz de un farol. Escenas nocturnas se escenifican desde una voz en off que crea, desde mi punto de vista, lo mejor del film; junto a la otra, que despierta junto a un conejo y su amo, personaje que asume un espectral personaje de voz cavernosa , compuesto porTom Waits.

Ambos remiten al cine de Wim Wenders y Robert Altman, a los espacios desolados de la pintura de Edward Hopper, a los textos de Sam Sheppard y al Viejo Oeste de Ford y Bogdanovich.

Carreteras desiertas, amenazas. Y la noche. Las armas que se desenfundan en las manos firmes de los que buscan vaya a saber qué. Algunos ríen. Otros ven cómo estallan sus propias cabezas. El espectador tiene ante sí un revisitar el género desde un cruce de fórmulas seriales y allí es, desde mi parecer, donde el film se interna en las honduras de los grandes contratos y descubre el sabor de la taquilla y olvida, tal vez, entre otras cuestiones, que el siete, ese número cabalístico, mágico, talismánico y filosófico por excelencia, alquímico y portavoz de notas musicales y calendarios vecinos, alguna vez ofreció, en el espacio transformador del cine, títulos como: "Las siete ocasiones" de Buster Keaton" "El séptimo cielo" de Frank Borzage, "La séptima víctima" de Mark Robson, "La séptima cruz" de Fred Zinnemann, "El séptimo velo" de Compton Bennet, "Los siete samurais" de Akira Kurosawa, "Siete novias para siete hermanos" de Stanley Donen, "Las siete caras del Dr Lao" de George Pal, "Siete veces mujer" de Vittorio De Sica, "La comezón del séptimo año" de Billy Wilder, "El séptimo sello" de Ingmar Bergman, y la lista continúa...

Siete psicópatas. Puntos: 7 (siete).

"Seven psychopaths). EEUU., 2012.

Guión y dirección: Martin Mc Donagh

Dirección de fotografía: Ben Davis

Música: Carter Burwell

Intérpretes: Colin Farrell, Sam Rockwell, Michael Pitt, Abbie Cornish, Christopher Walken, Woody Harrelson y numerosos invitados.

Duración: 110 minutos.

Salas de estreno: Monumental, Showcase, Sunstar y Village.

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El film tiene altas notas de humor y explosivas situaciones de repetida y cínica violencia.
 
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