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Martes, 8 de abril de 2014

CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. EXPOSICIóN SOBRE BERNI Y LA MUTUALIDAD EN OSDE

Realismo revolucionario

El curador Guillermo Fantoni revisa críticamente y localiza el relato que plantea a la década de 1930 como la del retorno al realismo, en una magnífica muestra que reúne lo mejor del arte realista producido en Rosario en ese período.

 Por Beatriz Vignoli

En el arte mundial, la década de 1930 representó, según algunos historiadores, un "retorno al orden" del realismo, "abandonando" las audaces propuestas de vanguardia de las décadas anteriores del siglo XX. El curador Guillermo Fantoni revisa críticamente y localiza este relato, en una magnífica muestra de tesis que reúne lo mejor del arte realista producido en Rosario en ese período: El realismo como vanguardia. Berni y la Mutualidad en los 30, en las tres salas del Espacio de Arte de la Fundación OSDE (Oroño 973, pisos 4, 5 y 6).

La Mutualidad de Artistas Plásticos de Rosario surgió en 1934. Al cumplirse ochenta años del llamamiento inicial a la fundación de su escuela taller, aquella obra tiene más vigencia que nunca. Para celebrarlos, Fantoni organizó una muestra de sus pinturas y dibujos, grabados y esculturas a los que se agregan fotografías, documentos y piezas gráficas. El investigador reunió estas obras y documentos de autores fallecidos, a través de una búsqueda por colecciones privadas y públicas de la ciudad. "La Mutualidad fue un espacio en el que estos artistas comprometidos y modernos desarrollaron una doble militancia a favor de la renovación estética y de la revolución que conduciría hacia un 'hombre nuevo' y una nueva sociedad", escribe Fantoni.

El ojo entrenado podrá reconocer aquí cómo el realismo de la Mutualidad incorporó aquellos lenguajes vanguardistas (surrealismo, cubofuturismo, pintura metafísica) aprendidos en París o en Italia. La urgencia del arte de denuncia, el trabajo político de registrar las condiciones de los oprimidos en los márgenes del sistema, no eximía de deleitarse en una experimentación formal renovadora inculcada en los centros del arte. Según los artistas de la Mutualidad, contenido y forma (como dijo a esta cronista el fotógrafo Norberto Puzzolo en un tramo inédito de una entrevista, transmitiendo una enseñanza de Anselmo Piccoli, miembro del grupo) tenían igual importancia.

Para el espectador actual, las fábricas cubofuturistas y los arrabales metafísicos pintados por Antonio Berni, Juan Berlengieri o Leónidas Gambartes (entre otros) irradian un encanto melancólico y contagian un saber del oficio. El público de hoy no dejará de ver estos lugares periféricos como peligrosos: lo que fue una figura solitaria en el paisaje se carga de identificación. Nada queda de aquel insulto entre dientes ("panfletarias!") con que fueron (mal) recibidas estas obras que retrataban los rostros que las élites no querían (ni quieren) ver. Los críticos de entonces sobrevaloraban la forma al igual que los de ahora, formados en el conceptualismo, sobrevaloran el contenido. El equilibrio logrado en esta muestra desafía a todos. Es de increíble actualidad, y polemiza con ciertas representaciones negativas de clase que cunden en la opinión pública, la dignidad con que Ricardo Sívori pinta en claroscuros al temple las facciones de un linyera o Aldo Magnani (en los '50, influido por la Mutualidad) resume en trazos neogóticos la belleza de una muchacha criolla. Ya entrados los '50 y los '70, Alberto Mántica (fallecido en 2005) se perfila como un asombroso Edward Hopper rosarino, lamentablemente mucho menos conocido que su par estadounidense. (No es gratuita la comparación, ya que el realismo de la Chicago argentina guarda notables semejanzas con el de la Escuela de Chicago).

Los de la Mutualidad eran artistas jóvenes, en busca de su propia identidad, y así se ve (entre otros) a Juan Grela mirándose a los ojos, pincel en mano, en un honesto intento de construir su imagen de autor. Un detalle: entre varios dibujos tomados en una de las fotos de grupo del sexto piso, aparece uno de los autorretratos del cuarto. Exponen además, de la Mutualidad: Cayetano Aquilino, Andrés Calabrese, Aldo Cartegni, Domingo Garrone, Pedro Gianzone, Juan Tortá, el mencionado Piccoli, Medardo Pantoja y los hermanos Guillermo y Godofredo Paino; afines a ella, Amadeo López Armesto y Luis Ouvrard.

Cuenta Fantoni que "la Mutualidad también involucraba intelectuales igualmente politizados que provenían de diversas disciplinas como los médicos Artemio y Lelio Zeno, el psicoanalista Emilio Pizarro Crespo, el filósofo Sigfrido Maza y los escritores Arturo Fruttero y Roger Pla". Todo empezó, resume el investigador, con "el encuentro de los nuevos artistas con Antonio Berni en unos cursos de dibujo en el Museo Municipal de Bellas Artes" y "la reunión con otros creadores en la heterogénea Agrupación de Artistas Plásticos Refugio, en agosto de 1932. Luego, la tensa convivencia desembocó en un cisma precipitado por la llegada a Rosario, en julio de 1933, del polémico muralista David Alfaro Siqueiros" y en varios manifiestos.

Guillermo Fantoni es Doctor en Humanidades y Artes con mención en Historia, miembro de la Carrera del Investigador Científico del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario y profesor titular de Arte Argentino en la Facultad de Humanidades y Arte de la UNR, cuyo Centro de Investigaciones del Arte Argentino y Latinoamericano dirige, además de editar la revista Separata. Este jueves 24, a las 18, dialogará con el público. La muestra puede visitarse hasta el 18 de mayo, de lunes a viernes de 12 a 20 y los sábados, domingos y feriados de 17 a 20, con entrada libre y gratuita. Se pueden solicitar visitas guiadas para grupos al 08105556733.

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Pintura realizada en 1952 por Alberto Mántica, con técnica de óleo sobre cartón
 
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