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Martes, 28 de abril de 2015

CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. MUNDOS IMPRESOS. GRABADORES MODERNOS EN ROSARIO.

Estampas que hablan del mundo

Hasta el 14 de junio puede recorrerse en Osde una exposición que reúne trabajos de Santiago Minturn Zerva, Ricardo Warecki, Pedro Barrera, Rubén de la Colina y Rosa Aragone. La curaduría estuvo a cargo de Elisabet Velicek y Esther Finkelstein.

 Por Beatriz Vignoli

Hasta el 14 de junio puede visitarse en el Espacio de Arte de la Fundación Osde (Oroño 973, 4to y 5to piso) la muestra Mundos Impresos. Grabadores modernos en Rosario. Con curadurías de Elisabet Velicek y Esther Finkelstein, los grabados en madera que se exponen pertenecen a colecciones particulares locales y fueron realizados por cinco artistas: Santiago Minturn Zerva, Ricardo Warecki, Pedro Barrera, Rubén de la Colina y Rosa Aragone. Estos son sólo algunos de entre quienes "desde inicios del siglo XX" adoptaron en Rosario este medio artístico, para "expresarse por fuera de las instituciones culturales tradicionales", como escriben las curadoras en el catálogo.

Las estampas proceden de colecciones particulares: Ricardo Truffer prestó las de Ricardo Warecki (1911 1922), Arnoldo Gualino las de Santiago Minturn Zerva (1895 1964), Florencia de la Colina las de su padre, Rubén de la Colina (1926 2007), Rosa Aragone (n. 1929) la propia obra y una "colección particular" la de Pedro Barrera (1921 1989). La muestra se podrá recorrer de lunes a viernes, de 12 a 20, y sábados, domingos y feriados de 17 a 20. Las recorridas cuentan con el acompañamiento de guías didácticas (para agendar visitas guiadas con grupos, hay que llamar al 0810 555 6733). Y además, el 20 de mayo, de 17 a 19, habrá un encuentro con las curadoras de la muestra que permitirá la participación del público con preguntas y comentarios.

Elisabet Veliscek y Esther Finkelstein son egresadas y docentes de la Universidad Nacional de Rosario, donde forman parte del Ciaal, el Centro de Investigaciones del Arte Argentino y Latinoamericano, cuyo director, Guillermo Fantoni, viene desde hace años formando con Adriana Armando a un grupo de investigadores jóvenes muy dedicados al arte de Rosario.

La labor del Ciaal se centra en valorar y difundir el modernismo en un medio local donde la vanguardia se ha establecido como canon. A diferencia de los vanguardistas, que necesitan crear su propio público, o de los clásicos, que producían para un público selecto, estos artistas modernos del grabado rosarino capitalizan la herencia artística en que se formaron para lograr una síntesis formal lo más expresiva y clara posible. La estética de la concisión y precisión en el lenguaje cumple así una función cívica en consonancia con los ideales democráticos: un arte para todos. Aunque amplio no significa masivo, y son pequeñas las series del grabado (cuya cantidad de ejemplares se indica mediante el número a la derecha de la barra, escrito en lápiz por el propio artista al pie de la estampa), la gráfica es una sola. Es posible, así, hallar vasos comunicantes con los mejores historietistas: ¿cómo no pensar en Eduardo Risso, en Alberto Breccia o en Frank Miller ante los blancos y negros netos que estampaba Ricardo Warecki en 1945? Además, Pedro Barrera dialoga con la pintura (con influencias de Van Gogh, Franz Marc y Siqueiros), y Rubén de la Colina con la música y el arte sacro, mientras que los retratos de Rosa Aragone exploran el lenguaje anímico del rostro con una elegante concisión digna de la estampa japonesa, y los paisajes urbanos de Minturn geometrizan una urbe en incipiente crecimiento.

El procedimiento técnico de las piezas que aquí se exponen, y que se denomina xilografía, requiere la paciente incisión de la imagen en negativo en tacos de madera. Estos también son expuestos en vitrinas: una buena idea para la visita en familia sería jugar con los chicos a adivinar de qué taco salió cada estampa. También se incluyen algunos grabados al linóleo, más blando y veloz que la madera.

El virtuosismo máximo de la xilografía (que Warecki dominaba, como lo demuestra su magnífico paisaje industrial de 1944 titulado Usina) consiste en el uso del buril: una gubia muy fina y por esto capaz de abrir en la madera trazos similares a los de un plumín. Una vez entintado el taco, se lo estampa en el papel ejerciendo presión con una prensa manual. La prensa de grabado y la fuerza muscular del artista o sus asistentes hacen por la imagen grabada lo que la industria de la historieta hace por la imagen dibujada: serie. No es casual que, teniendo en mente esta posibilidad de multiplicar la obra y considerando el gran esfuerzo físico de producirla, los grabadores (como estos cinco) suelan ser artistas con algo potente para decir.

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Pedro Barrera, De la caza y de la pesca (xilografía, 1979)
 
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