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Viernes, 17 de agosto de 2007

CULTURA / ESPECTáCULOS › COMPAÑIA ARGENTINO-ESPAÑOLA

Proyecto de fusión de humor y música

Ron Lalá es un colectivo artístico que debuta hoy, con entrada gratuita, en el Centro Cultural Parque de España.

 Por Edgardo Pérez Castillo

En un gran porcentaje, las entrevistas grupales suelen caer en un caos colectivo que tiene como resultado la pérdida de todo rasgo personal, haciendo de los entrevistados una masa confusa. Sin embargo, no es ése el caso de los miembros de Ron Lalá, la compañía argentino-española que esta noche actuará por primera vez en la ciudad, y que se ofreció en pleno a las preguntas de Rosario/12. Y es seguramente el orden y la coexistencia que rigen a la estructura creativa del grupo la que se traduce también en las coordinadas respuestas de sus componentes, a saber: los actores-músicos (pero además poetas, filósofos, filólogos, entre otros estudios) Juan Cañas, Miguel Magdalena, Iñigo Echeverría, Daniel Rovalher y Alvaro Tato, y los argentinos Yayo Cáceres (dirección), Florencia Saraví (asistencia técnica, entrenamiento y jefe de producción) y Rodrigo Alonso (jefe técnico).

Generadora de "un imaginario interesante", según el correntino Cáceres, la combinación de nacionalidades es sólo una de las múltiples combinaciones de un grupo nacido a mediados de los 90 con la intención de fusionar música y poesía. Luego de su paso por Chile, y adelantándose a las cuatro funciones que este fin de semana y el próximo brindarán en el Teatro de la Comedia de Capital Federal, la Ron Lalá actuará a las 21 en el Centro Cultural Parque de España, ofreciendo una única función --gratuita-- de su segundo espectáculo: Mi misterio del interior.

Integrante fundador del proyecto, es Tato quien sintetiza el origen de la compañía, abriendo así el diálogo grupal: "Ron Lalá surge como un proyecto de fusión de poesía y música para ámbitos pequeños. Así empezó la andadura y seguimos durante años hasta que en 2001 apareció en nuestras vidas Yayo Cáceres, que nos ha formado en común. Ahí saltamos a la segunda etapa de la compañía, y empezamos a diseñar los espectáculos con un formato básicamente teatral en el que se funde la música con el teatro de humor y con la palabra. Trabajar el humor de una manera diferente, de una manera propia".

-Yayo, considerando que ya llevaba unos años funcionando, ¿cuál era la visión que tenía del grupo cuando los conoció y qué decidió potenciar?

-Cuando me mostraron lo que hacían fundamentalmente ví muchísimo talento. Con un nivel de inteligencia considerable, sobre todo en cómo encarar las propuestas, la poesía, la música. También ví que faltaba que todo eso se transformara en un suceso desde el punto de vista teatral. Era un espectáculo quieto, entonces un poco la primer intuición fue poner de pie el espectáculo, quitarle todo tipo de cosa estática para que cobrase una dimensión diferente. Cuando la palabra se mete en el cuerpo y cobra una tercera dimensión me parece que se vuelve más interesante. Además hay un grado de complicidad y de respeto por el trabajo del otro, que me parece que es el gran capital de la compañía. Eso hace que las cosas funcionen bien, tenemos un espectáculo que es muy potente, dinámico, donde, sobre todo en estos tiempos, el buen uso y la defensa de la palabra me parecen muy interesante, porque es una cosa que tiende a desaparecer.

-En ese sentido ustedes vienen de distintas ramas, donde si bien lo teatral y la música están un poco presente en todos, también aparecen la filosofía y la poesía.

-Miguel Magdalena: Aquí hay varias cosas. Es verdad que somos gente que venimos de distintos campos, y en el punto en el que uno está dispuesto a ofrecer lo que tiene para recibir también lo que el otro le da, es fácil entenderse. Es algo que, cuando funciona, es muy potente. Luego el tema de las disciplinas que cada uno maneja en mayor o menor medida, es una cuestión de complementariedad. La música es fácilmente conjugable con el teatro y la palabra.

-Leyendo algunas referencias del grupo aparecen nombres como Monty Python y Les Luthiers. ¿Fueron realmente referentes para el grupo o son asociaciones de la prensa?

-Daniel Rovalher: Creemos que es más una cosa exterior que la gente ve en nosotros. Por supuesto que nos hace sentir orgullosos tener esa comparación latente de dos grupos con esa importancia, pero tenemos claro que tenemos nuestro estilo propio. Que exteriormente puedan haber lazos que te lleven a pensar en Monty Python o Les Luthiers no nos enfada (risas), pero tenemos nuestro estilo propio y diferenciado.

-Y.C.: Tanto Monty Python como Les Luthiers han sido un referente casi universal del humor, pero de todas maneras creo que hay algo en el humor de Ron Lalá que me parece muy interesante, y es que empieza a aparecer un humor con una agudeza en el sentido de ir y pisar el callo, una cosa que durante un tiempo se ha perdido en el contexto del humor.

-En ese marco, ¿cuáles son los elementos que aparecen en Mi misterio del interior?

-Iñigo Echeverría: Sobre todo se trata de meter el dedo en todo lo que nos rodea, estemos en España, Argentina, Chile o Rusia. Se habla de la vivienda, del dinero, de las prohibiciones en general, de los conflictos de identidad, de las relaciones humanas en general. Preguntas que se hace todo el mundo desde esa perspectiva más ácida, cabrona.

-A.T.: También hay un componente grande de absurdo, que completa nuestra paleta de colores. Probablemente la mezcla de meter el alfiler en la llaga con un toque más surreal por ahí produce la chispa que estamos buscando. No somos una compañía de corte político, es una mezcla de cosas.

-I.E.: Y con muchas dosis de autoironía, de reírnos de nosotros mismos.

-A.T.: Es maravilloso hacer un espectáculo en el que hasta puedes reírte del director (risas).

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Los actores-músicos españoles y argentinos son comparados con Monty Python y Les Luthiers.
 
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