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Vigilia

La madrugada del 29 será larga en su prosecución de un 28 sin fin.

El monopolio de medios monta su desinformación con amañados "Ultimo momento" o interpretaciones tendenciosas con el objetivo de erizar la ya sensible epidermis social.

Nos inundan mails convocando a pretendidos cacerolazos, ya desde el viernes 26, indicando lugares y horarios que incluyen corte de rutas.

Con irresponsabilidad destituyente, dirigentes principales de la oposición hablan de fraude y votos truchos que "la muchachada K" introducirá en las urnas o entregará a los electores.

El senador santafesino del yonofui habla de aparatos exocet que apuntan a su frágil figura en una sucia campaña, que él transitó por las mullidas alfombras de la Sociedad Rural y los despachos de Monsanto.

Las demostraciones rayanas en odio irracional que se ostentan en estos días esconden un secreto deseo no publicable de debilitamiento y ruptura del orden institucional.

Nunca se vivió, desde 1951, una orquestada campaña de deslegitimización al veredicto de las urnas como la que se intentará en la vigilia del 28 de junio.

Es preocupante saber que expertos de la medialuna boliviana asesoren algunos bunker. Unirán alguna idea a los importados venezolanos instalados desde hace meses.

Pudimos oponer proyectos y modelos sinceros y claros de cara a la sociedad. No obstante nada se escuchó de profundidad por parte de la oposición, sólo el expreso ataque a lo que ellos denominan "la pareja presidencial". Personalizándolo, pretenden confundir en esa estudiada simplificación el plan de retrotraer a los 90 todo lo positivo que se concretó con memoria, esfuerzo y sacrificio de millones de argentinos.

Sólo la cordura y la calma de oficialistas y opositores responsables impedirá caer en una retahila tramposa que durará días y semanas subsiguientes. Ante todo está la defensa de la voluntad popular y las instituciones que la representan, estemos o no de acuerdo.

Horacio Baster