Sáb 29.01.2011
satira

Hoy Sátira hoy

› Por  Rudy

¿A usted le parece, lector, prohibir el uso de celulares en los bancos? Y si le parece, ¿le parece bien o le parece mal? Y si le parece bien, ¿es porque cree que de verdad es una medida de seguridad, o es porque cree que cualquier cosa que se haga es mejor que no hacer nada? Y si cree que de verdad es una medida de seguridad, ¿supone que la gente lo va a respetar, o no le va a dar ni cinco de bolilla? Y si supone que la gente lo va a respetar, ¿cree que los chorros también lo van a respetar, o que van a eludir la medida? Y si cree que los chorros lo van a respetar, ¿piensa que entonces va a haber menos afanos a los bancos, o que eso no va a cambiar el número de afanos? Y si piensa que va a haber menos afanos a los bancos, ¿cree que los chorros se van a dedicar a afanar otras cosas o que los chorros van a afanar menos? Y su piensa que los chorros van a afanar de otra manera, ¿la otra manera será más terrible o menos terrible que la actual? Y si opina que la otra manera que elijan los chorros va a ser más terrible que la actual, ¿a usted le parece prohibir el uso de celulares en los bancos?

Lector, por supuesto que estoy, estamos, todos, de acuerdo con que lo mejor sería que hubiera menos afanos, que nos gusta sentirnos seguros, tanto en lo que hace a nuestras personas, nuestros allegados, la gente en general, y a nuestras diversas pertenencias. Lo que pasa es que, por ejemplo, no faltó quien preguntase si el hecho de tener que dejar los celulares a la entrada del banco no iba a facilitar el aumento de robo, hurto o ni siquiera eso, la simple confusión de celulares, lo que implica que usted va a estar contento porque no le robaron la plata, pero va a putear en arameo porque ahora su celular lo tiene... ¿quién podrá tenerlo, quién podrá tenerlo?

No sabemos cómo hacer para que la gente se sienta segura. Recuerdo que una vez, hace casi 50 años, de pronto los jubilados se despertaron un día y vieron que durante la noche un extraño brujo malvado había convertido su dinero en “Bonos del empréstito Nueve de Julio” ¡y en esos tiempos nadie tenía celular! Y hace unos 20 años, cuando casi no había celulares, un hechicero, posiblemente discípulo del anterior, convirtió el dinero de mucho argentinos en... ¡Bonex! Y más cerca, hace casi nueve años, un hechicero calvo, que no quería a los anteriores, pero pensaba parecido, cual ogro de Pulgarcito o bruja de Hansel y Gretel, ¡¡encerró a nuestra plata en un corralito y no la dejaba salir de los bancos!! ¡¡¡Capaz que eso lo hizo con una llamada a través de un celular!!! ¡Ah, si fuera así, estaría muy bien que se prohíba usarlos!

Nos vemos la semana que viene, lector.

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