“Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé; en el 506 y en el 2000 también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos...” Pero este siglo XXI es un despliegue de maldad insolente, y ya no sólo “no hay quien lo niegue” sino que a mucha gente le parece muy bien, muy cool, muy fashion. Muy “europeo” que si sos inmigrante ilegal te puedan tener un año y medio preso, y cosillas semejantes. Están muy bien así como están, en Europa. No necesitan que vaya nadie sin papeles a molestarlos, o a laburar, o a lo que sea. Apoyan a los países musulmanes, siempre que se queden en sus países y no se les ocurra querer vivir mejor en el paraíso europeo. Ni siquiera se dan cuenta de que de esta manera mantienen viva la fantasía del paraíso europeo, fantasía que para los que ya viven allá no tiene tan buena prensa.

Pero no solamente en Europa se cuecen habas, claro que no. Estados Unidos no se iba a quedar atrás; y bueno, parece que es muy legal, muy okay, el portar armas. La mismísima Corte lo ha aprobado, así que “¡Aux armes, citoyens!”, como decía La Marsellesa, nada más que en aquel entonces era para destronar a la monarquía absolutista, y ahora... no.

Entre unos que no te dejan entrar, o si entrás te meten preso; y otros que te matan como quien se toma un café, el Hemisferio Norte se ha transformado en un sitio hostil, al menos para los que nos acordamos de que nuestros abuelos vinieron acá con una mano atrás y otra adelante, a veces sin papeles, y acá estamos.

Esperamos que hacer chistes no sea considerado delito “encarcelable” en Europa, o “matable” en Estados Unidos, porque es lo que nos gusta hacer.

Hasta la semana que viene, lector.