satira

Una China al rojo vivo

Por Rudy

¿Cómo le va, lector, cómo anda? ¿Avanzando por el camino de la vida? ¿Se da cuenta de que ya estamos en marzo? ¡Todavía no terminó de recomponerse de todo lo que pasó en enero y febrero, y ya estamos en marzo! Es que así son los tiempos que corren, lector... ¡Corren cada vez más rápido! ¡Los tiempos están programados a la medida de los jóvenes entrenados, que sí son capaces de correr un minuto por minuto! A mí, en cambio, últimamente, correr un minuto me lleva casi una hora.

Y no soy tan viejo.... Tengo 58..., me dan 45..., lo que hace un total de 103. Bueno, claro, si 20 años no es nada, dentro de poco voy a cumplir el triple de nada. Estoy en la edad en la que el médico, antes de preguntarte el nombre, te indica un examen de próstata y una videocolonoscopía. Qué ganas de meterte cosas los médicos, ¿no?

Bueno, pero no hablemos de mí, que para eso ya lo tengo a mi analista. hablemos de los tiempos. De los cambios. De la tecnología que nos abruma, Cada vez los aparatos son más inteligentes... ¿O es uno que es más tonto? Creo que dentro de un tiempo, cuando compremos un electrodoméstico, además del Veraz nos van a tomar un Capaz, y por ahí uno califica para lavarropas pero no para heladera, o para smart TV.

¡Ojo lector, no se confunda. Un smart TV, o sea, un televisor inteligente, no es uno que solamente transmite programas para pensar, reflexivos, elaborados, hechos con ideas, originales, de esos que tanto le gusta a nuestra clase ilustrada para decirles a sus amigos que los ve. ¡Nonononononó!

Tampoco un smart TV es aquel que puede recomendar programas y decirle: “¡Pero no, lector, cómo va a mirar esa porquería, mire este otro canal, que es la posta, y coincide con sus ideas y gustos estéticos, tal como lo pude constatar en la instructiva tertulia que tuvimos ayer!”. ¡Nada de eso!

Un televisor inteligente, querido lector, es aquel que transmite las mismas cosas que el otro, buenas o malas, pero tiene más funciones, más instrucciones y, básicamente, ¡más botones!

Bueno, lector, le decía entonces que el mundo sigue andando, y a veces lo hace para adelante, o sea, desde mi punto de vista, para el progreso, o sea, desde mi punto de vista, para que haya más posibilidad de elegir, pensar, comer, trabajar, aprender.... para muchas más personas, de ser posible para todos, todas, todis y todes. Bueno, es lo que creo que creo que es el progreso, ¡No estoy seguro porque todavía no lo consulté con mi smart TV!

¡Pero estamos en tiempos de definiciones! Estamos cada vez más cerca de las elecciones, y la oposición se encuentra frente a un gran dilema. Sabe que dentro de unos meses no va a poder decir más “que se vaya Cristina” porque se termina el mandato presidencial, y hasta ahora es la única bandera más o menos estable que ha sabido conseguir.

Lo último que ha hecho la oposición es reconocerle al Gobierno un gran avance:

  • Asignación Universal por Hijo

  • Arsat

  • Aumentos jubilatorios

  • Matrimonio Igualitario

  • YPF nacional

  • PRO.CRE.AR

  • PROGRESAR

  • Enfrentar a los fondos buitre

  • Conectar Igualdad

  • TDA

  • Canal Encuentro

  • Juicios a los genocidas

Bueno, según algunos opositores, el Gobierno tiene una tecnología de avanzada taaaan desarrollada que es capaz que meter toda esa lista de cosas adentro de un choripán, y por ese choripán, y una coca (que demuestra la alianza del Gobierno con el imperialismo yanqui), la gente va a los actos oficiales.

La verdad es que como criterio es extraño, porque siguiendo esa lógica, podríamos decir que los opositores fueron a la marcha de febrero porque les prometieron un paraguas (importado de Taiwan), ¡por lo menos las fotos mostraban la marcha llena de paraguas!

Nosotros somos ingenuos, tal vez muuuuy ingenuos, y seguimos pensando que los argentinos no se dejan llevar ni por un chori ni por un paraguas. Que cada uno va, o no va, porque le parece adecuado apoyar o coincidir con tales o con cuales.

El lector tiene, a esta altura de la nota, derecho a reírse de nuestra ingenuidad, o bien a compartirla, o bien a decir “ajá” y seguir comiendo su chori bajo el paraguas.

Pero usted, nuestro lector, el que nos conoce desde hace más de 27 años, sabe que elegimos a favor de la ingenuidad porque nos amplía el panorama, nos permite investigar, y es más artesanal, que las ideas que ya vienen prefabricadas, cocinadas y frizadas, y cuando querés sentirles el sabor es siempre a plástico.

Y hablando de avances, de cambios, de opciones, bueno, parece que tenemos un nuevo socio o, por así decirlo, mil trescientos millones de socios. ¡China se avecina! Como decía una peli italiana de los ’60.

Hay un nuevo mercado, hay nuevas reglas, y el desafío es apasionante, misterioso, o todo eso junto, no lo sabemos. Y estos nuevos acuerdos, estas nuevas sociedades, hay a quien le gustan y a quien no. Hay quienes dicen que esto les va a quitar trabajo a los argentinos. Y a veces lo dice gente que se ha dedicado a quitarles trabajo a los argentinos, así que habría que escucharlos porque saben del tema.

Nosotros, como siempre, hacemos lo que podemos hacer con esta cuestión: chistes.

Y como siempre, queremos compartirlos con usted

Hasta la semana que viene, lector

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Sábado, 7 de marzo de 2015
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