El concepto de identidad de género hace no mucho tiempo era desconocido incluso hasta para les propixs trans, que muchas veces no encontraban palabras para autodefinirse.

Hoy por hoy, esta realidad es totalmente diferente, de hecho la identidad de género está llegando en todas sus formas a los medios de comunicación, a las casas de familia, y también, como ha ocurrido con la identidad gay, comienza a jugar como moneda de cambio en una lógica de consumo y capitalismo.

La marca de indumentaria argentina Ona Saez lanzó para la temporada otoño/invierno 2014 la campaña #IDENTIDAD, que, como adelantaron representantes de la empresa, "busca concientizar al consumidor sobre diferentes temáticas con las que convivimos socialmente, en este caso, sobre género e identidad".

Este tipo de cruzadas publicitarias son características de la empresa liderada por Santiago Sáenz. Anteriormente han lanzado otras similares, como por ejemplo, contra el cáncer de mama. Lo extraño aquí (o no tanto), es que los creativos de la marca no encontraron otra manera de difundir el mensaje que la cita explícita de la ley en cada vidriera de sus locales. Mas allá de la belleza y la contundencia de este magnífico texto en sí, es una clara demostración de las dificultades que tenemos aún para corrernos de lo jurídico y celebrar o decir abiertamente que las identidades trans también existen y son hermosas. Pero si algo llama poderosamente la atención, es que entre lxs modelos elegidxs para la ocasión se haya apelado a una estética andrógina y no se haya pensado en contratar a ningunx modelo trans.