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Viernes, 3 de abril de 2009

ENTREVISTA > Q. ALLAN BROCKA

Felices adentro

Rick and Steve, la pareja gay más feliz del mundo fue, a finales de los ’90, el trabajo práctico de un aspirante a director de cine que no conocía a nadie más que a sus muñecos legos. Pero la saludable incorrección política, el humor ácido y la construcción del más “gay entre los ghettos gays” pedían más, y a fines de 2007 el corto se hizo serie para televisión. Antes del estreno de la segunda temporada por I-Sat, Q. Allan Brocka, creador y guionista de estos legos animados, explica por qué eligió que, a pesar de los conflictos más estrafalarios, sus personajes siempre terminen juntos, “como una familia más”.

 Por Diego Trerotola

Este año, el corto que dio origen a la serie Rick & Steve cumple una década. ¿Cómo apareció la idea de crear una película de animación centrada en la comunidad queer con muñecos de plástico?

–Empezó como una tarea casera que me habían encargado para la universidad; la consigna era hacer un cortometraje sobre las relaciones humanas. Como no tenía amigos para que actúen, porque yo recién me había mudado acá, y tenía los muñequitos lego a mano, hice Rick & Steve con eso. Lo que quería realizar con esos muñecos era una especie de sitcom retorcida que retratara a un tipo de familia que fuese cercana para mí, pero que no se podía ver en televisión. Eso fue a finales de los ‘90 y recién comenzaban a aparecer personajes gays en televisión, como Will & Grace, pero nunca aparecían parejas gays, por eso el corto está protagonizado por una pareja.

Si bien el corto tuvo mucha aceptación en festivales de cine, tardó en convertirse en programa de televisión. ¿Cómo fue el proceso?

–Después de hacer el corto en 1999, pensado como una sitcom, quería empezar a hacerlo como un programa de televisión, y les ofrecí la idea a diferentes productoras. Entre ellas estaba la cadena MTV, a quienes realmente les gustó Rick & Steve, pero no sabían muy bien qué hacer con eso dentro de su programación. Algunos años después, MTV comenzó con Logo, un canal exclusivo para el mundo Glttbi que todavía producen, y fue allí que tomaron la decisión de incorporar el programa.

También estaba el antecedente de la familia Simpson, que reveló que una serie animada para la televisión podía ser popular sin tener que seguir ciertos patrones conservadores de lo que debe ser una familia ideal estadounidense. Aunque tu serie tiene que ver más con el humor incorrecto de South Park. ¿Ves muchas conexiones entre Rick & Steve y esas series animadas?

–Creo que hay muchas similitudes porque somos de la misma generación y tenemos las mismas influencias. Y hay un montón de posturas políticas que compartimos. Los Simpson es una influencia mayor en mi pensamiento y en mis guiones; cuando empezó, esa serie animada era muy radical y ahora nos acostumbramos a esa familia amarilla. En el caso de South Park creo que es una serie que empujó los límites de lo que puede ser una serie de animación para TV. Otra influencia muy importante para mí fueron las comedias de John Waters.

Como vos lo definiste, Rick & Steve es una sitcom retorcida, principalmente por el humor políticamente incorrecto, hay chistes con discapacitados, con la religión, con la maternidad y paternidad queer, que es el tema central de la serie. ¿Tuviste algún tipo de problemas con grupos de activistas Glttbi que no estuvieran de acuerdo con contenidos del programa?

–Sí, y tuve críticas desde diferentes posturas opuestas dentro de la comunidad Glttbi. Algunas veces, ciertas organizaciones sostienen que el programa es demasiado conservador porque represento a la comunidad queer principalmente como familias y que, de alguna manera, así trato de normalizar a la gente gay. Por otro lado, otras organizaciones se quejaban de que el programa era muy radical porque retrataba a los miembros de las familias como lunáticos y que me burlaba de cómo se manifestaba la gente gay. Yo creo que mientras las críticas vengan de ambos bandos es que estoy haciendo las cosas bien (risas).

De alguna manera, esa contradicción ideológica es la base del programa, porque por un lado el mundo de plástico estéticamente es muy brillante, pulcro y agradable, y se relaciona con algunos valores que una parte de la cultura gay ve como socialmente positivos. Pero ese mundo se contrasta con un costado más negro en las situaciones y el humor, un poco incorrecto políticamente, con las representaciones de la comunidad Glttbi.

–Yo encuentro en esto un cierto indicador de una característica de la misma comunidad gay, que trabaja muy duramente para mostrarse en la superficie como perfecta, reluciente, feliz, plástica y colorida, y se empeña para mantener siempre así su imagen pública. Y creo que lo hacen porque la gente gay para ser aceptada tiene que ser más perfecta que el resto de la gente. Y por esta razón se sigue manteniendo esta imagen de gente gay perfecta, como la que da la serie Will & Grace, que el gay nunca está en pareja y que tiene que ser mejor que los demás para ser aceptado. Y para retratar nuestras propias experiencias más cotidianas, menos perfectas, es que hice Rick & Steve.

Por eso, además de ser un programa humorístico, de gags, Rick & Steve también se propone ser una crítica al estilo de vida y representación de la cultura gay.

–Sí, ambas cosas. Definitivamente se hace una crítica a un montón de rasgos de la comunidad gay pero, al mismo tiempo, es una crítica hecha desde adentro de la comunidad. Con el programa nos reímos de un montón de cosas que hacemos y que nos parecen ridículas. Pero algo que también proponemos, que es lo más importante para mí pero que mucha gente no percibe realmente, es hacer de Rick & Steve un programa televisivo donde se muestra que las parejas o las familias gays son como cualquier otra familia, que no-sotros tenemos nuestros problemas, nuestras extrañas situaciones, pero que al final del día terminamos juntos, amándonos mutuamente, como cualquier familia, un poco como Los Simpson, que a pesar de todo los conflictos estrafalarios terminan juntos como una familia.

Una de las mayores críticas que se le puede hacer a la serie es que hay un retrato de la comunidad Glttbi muy encerrada en un mundo limitado, en ese lugar que se llama West Lahunga, y muchas veces la identidad de cada personaje parece estar relacionada con la del consumidor, de alguien que se define por consumir sólo cultura Glttbi, como si estuviese atrapada en un ghetto.

–Sí, en cierta manera, creo que el ghetto tiene cosas buenas y malas, y trato de mostrar ambos lados en el programa. Por ejemplo, hay un capítulo donde los personajes salen de ese ghetto y van al mundo heterosexual y ahí todo es en blanco y negro. Creo que es un contraste extremo esa representación del otro mundo, pero también hay una razón para hacerlo, porque fuera de ese ghetto los gays somos totalmente incomprendidxs, expulsadxs. Por ejemplo, cuando aparecen los padres de Steve, ellos se niegan incluso a reconocer que Rick es el amante de su hijo. Para la familia heterosexual, Rick & Steve son sólo compañeros que comparten un departamento.

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