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Viernes, 18 de septiembre de 2009

LUX VA A “LLAMALE H”

Noches charrúas

Lux viajó a la capital de Uruguay para disfrutar de la oscuridad de las salas del Tercer Festival de Cine de Diversidad Sexual, codearse con los invitados internacionales, disfrutar de los aires de igualdad legal que el gobierno uruguayo está dando y, por qué no, encontrar el amor del otro lado del charco.

Mientras sacaba angustiosamente la ropa sucia de la valija y recordaba los olores y sabores de los garotos de Ipanema, sonó el teléfono: era Damián Gatto, dueño de la empresa de viajes gay Duques del Plata que, confiando ciegamente en mi sentido de la responsabilidad, me pedía que acompañara a su sobrina a la casa de su madrina uruguaya, a Montevideo. Y vamos, dije, tensándome esa materia pendiente de la paternidad-maternidad que cada tanto me tira la ciática. Pero resultó que la tal sobrina—ahijada era la inquieta Pepona Argentina y su madrina, la gran conductora trans Collette Richard. Estas se cuidan solas, me dije yo; y así una vez puesto mi taco aguja en tierra oriental me colé en el Tercer Festival de Diversidad Sexual llamado “Llamale H” en carácter de cronista estrella. ¿Quién no soñó al menos dos veces por semana con andar sobre la alfombra de un festival internacional de cine, con invitados extranjeros y salas oscuras llenas de diversidad, salir otra vez del país, estar en contacto con la sangre charrúa? A mí se me cumplió. Luego de atravesar el Río de la Plata, llegamos al puerto de Montevideo, taxista refinado y amante de las artes mediante, nos dirigimos a una charla que el festival organizó con chicas trans de Chile, Argentina y Uruguay. Fue a pura emoción compartir las experiencias de vida y activismo de Karin Loreto Avaria Pardo, de Santiago; Ariana Cano, de Buenos Aires; Gloria Alvez, de 66 años, presidenta de ATRU (Asociación Travestis del Uruguay); la diseñadora Joulien de la Buaville, Paola Braccio y la diva máxima Collette Richard. No te voy a decir que me vi todo: más que mirar estuve tanteando celuloides. Pero no te voy a negar que ya en el cierre del festival me distrajo de lo mío la proyección que obtuvo el primer premio en documental: She is a Boy I Know (Ella es un chico que conocí), de la canadiense Gwen Haworth. La directora se tomó el trabajito de entrevistar a sus padres, hermanos y señora, mientras registra su cambio de sexo.

La vida del festival estaba fuera de las salas. Siempre guiados dulcemente por el productor “bombón” del “Llamale H”, el joven Llamandú Lasa, integrantes internacionales del jurado, invitados especiales, colaboradores, y representantes de los gobiernos nacionales y municipales, recorrimos peatonales, plazas y la rambla, que es la gran atracción y orgullo de los montevideanos. Por las noches, seguíamos en grupete descubriendo el circuito gay, que tiene ofertas para todxs los gustos. Voy a destacar lo directos y libres que son los uruguayos a la hora del amor. Sólo basta una mirada, un “hola” para terminar en las playitas de la ciudad, intercambiando pasiones rioplatenses bajo la complicidad del cielo oriental y la indiferencia de los montevideanos. ¡Y doy fe que así es!

www.llamaleh.org

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