turismo

Domingo, 8 de diciembre de 2002

ENTRE RIOS EN EL RíO URUGUAY, EL BALNEARIO DE ÑANDUBAYSAL

Vacaciones en el camping

A dos horas y media de Buenos Aires y a 12 kilómetros de Gualeguaychú, el balneario de Ñandubaysal ofrece una alternativa de vacaciones más accesible por su cercanía y por su costo. Un confortable camping para 1200 carpas, 15 dormis de madera, alquiler de casas rodantes y espaciosas cabañas. Buena pesca, deportes acuáticos y vida nocturna.

Por Julián Varsavsky

Por qué razón muchos porteños y bonaerenses eligen las playas entrerrianas del río Uruguay en vez de pasar sus vacaciones veraniegas frente al mar? En primer lugar, porque esas blancas arenas ribereñas están muy cerca de Buenos Aires y porque el alojamiento resulta bastante más económico. A lo cual se suma el atractivo del vibrante –y ya histórico– Carnaval de Gualeguaychú que se realiza en esa ciudad todos los fines de semana de febrero. Pero también porque en los tiempos que corren cada vez más gente opta por disfrutar del verano en un camping, y si de este tipo de vacaciones se trata, la provincia de Entre Ríos tiene mucho para ofrecer.

SOBRE LA PLAYA En la costa del río Uruguay, Turismo/12 visitó el balneario privado de Ñandubaysalen, a sólo 12 kilómetros de la ciudad de Gualeguaychú, donde hay un camping muy bien equipado para carpas y casas rodantes que también dispone de dormis de madera para cuatro personas. Además, cuenta con confortables cabañas para alquilar, ubicadas a pocos kilómetros de la playa y lejos del mundanal ruido.
Ñandubaysal dispone de dos playas de arena blanca a las que se llega caminando desde el camping. Allí está el Parador de Carlitos, donde se sirven deliciosos batidos de frutas y platos poco comunes como milanesa de ciervo ($ 6) y costillas de jabalí ($ 6), fruto de la caza en los alrededores del balneario. La playa mide unos 150 metros y tiene algunos sauces que rozan las aguas junto a la orilla. Justo al lado, separada por un pequeño médano cubierto de vegetación, hay otra playa mucho más extensa –unos 400 metros de largo–, y muy concurrida los fines de semana. En esta playa está el parador Skorpio, diseñado por el arquitecto Páez Vilaró en 1994, que es el centro de la actividad playera. En Skorpio la música suena a toda hora y la gente se acerca a comprar tragos o a comer en el restaurante. A partir de la medianoche se arman fiestas junto a la playa que atraen a los jóvenes del camping en busca de diversión. Por lo general, el parador contrata batucadas del carnaval de Gualeguaychú que ofrecen shows nocturnos sobre la arena.
Un dato importante de las playas de Ñandubaysal es que a pesar de estar sobre un río son totalmente seguras. Uno puede caminar 400 metros hacia adentro y el agua solo llega hasta la cintura. Es ideal para ir con los chicos porque pueden retozar en el agua a sus anchas sin peligro alguno. Además hay 4 guardavidas.
La entrada al balneario cuesta $ 2 y durante un buen fin de semana de enero o febrero puede llegar a haber hasta 8 mil personas en la playa (muchos van solamente a pasar el día).

EN EL CAMPING De lunes a viernes hay entre 200 y 300 carpas, una cifra que durante el fin de semana se puede elevar a mil. La zona del camping se convierte entonces en una verdadera ciudad turística, lo cual no debe preocupar al visitante porque Ñandubaysal cuenta con estructura y servicios bien organizados para recibir a tanta gente. Un equipo de 50 personas trabaja en el camping garantizando la limpieza y la atención al turista. El balneario dispone incluso de una pequeña comisaría y la policía recorre el camping las 24 horas del día. También hay una enfermería que funciona permanentemente.
El camping está dividido en 5 sectores que disponen de 8 módulos de baños (aparte del VIP) con duchas de agua caliente en un anexo aparte (entre 8 y 20 según el módulo). Un tema que importa mucho al turista es el aseo de los baños. En cada módulo se controla y se mantiene la limpieza durante todo el día e incluso por la noche, un equipo recorre los módulos para garantizar la higiene.
También hay un sector VIP con un límite para 150 carpas. Cada una dispone de luz eléctrica y de una parrilla. El área abarca dos hectáreas de bosques de ñandubay y espinillos en galería que garantizan una sombra absoluta a toda hora del día. Al fondo están los 12 dormis, unas cabañitasde madera que miden 4 por 4 metros con capacidad para cuatro personas (las camas son dos literas), muy sencillas, sin baño y con un ventilador de techo. El precio es de $ 40 por día y al igual que las carpas tienen su correspondiente parrilla y una mesa con bancos al aire libre.
Aparte del área VIP, está el camping común que mide 35 hectáreas donde pueden instalarse alrededor de 1000 carpas y también tiene un sector para casas rodantes. Las casas rodantes se alquilan por $ 55 por día y disponen de baño con desagote a una cloaca, agua corriente y una mesa con sillas.
Una última opción –quizás la más recomendable– son las cabañas, que no están dentro del área del balneario sino a la vera del camino que conduce hasta Ñandubaysal, a 4 kilómetros de la playa. La principal ventaja es la tranquilidad absoluta, lejos de toda aglomeración. Y además el precio de las cabañas es bastante accesible (alrededor de $ 13 por persona). Hay varios complejos de cabañas y uno recomendable es Los Aromos, que ofrece un alojamiento muy espacioso, equipado con heladera, cocina, vajilla y ventilador de techo. Las cabañas disponen de su respectiva parrilla y están rodeadas por un jardín arbolado con algunos juegos para chicos donde suele haber tortugas silvestres. Al estar a 15 minutos de la playa, lo más práctico es tener un vehículo propio, aunque de todas formas hay un colectivo de Gualeguaychú que pasa frente a las cabañas a cada hora y llega hasta Ñandubaysal.
Además de los paradores en la playa y el camping, en el balneario hay un centro comercial con una proveeduría donde se venden productos de supermercado, incluyendo carbón y carne para los asados. Además hay una heladería, un maxiquiosco y restaurantes que también ofrecen comidas para llevar a precios muy económicos.
Entre el río y el bosque, las vacaciones campamenteras se pueden matizar con actividades acuáticas (hay quienes practican kayak o moto-sky y además hay una escuela de windsurf), pesca y cabalgatas guiadas dentro del área del camping y alrededores, recorriendo los bosques por donde suelen verse antílopes y ñandúes ($ 8 la hora). O ir al centro de entretenimientos para distraerse con video juegos y pool.

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La verde arboleda garantiza una sombra absoluta a toda hora del día.
 
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