José de San Martín es, sin duda, el ladrillo más firme de la argentinidad. En el país de las grietas múltiples, es unánime el respeto a su figura.
La derecha apuntó contra el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, quien dos días antes dijo que su país debía asumir la responsabilidad por los daños que supuso la colonización para otros países.
Los sobrevivientes exigen que el inmueble, que era un taller clandestino, sea expropiado y convertido en sitio de memoria.
Matías Bagnato perdió a sus padres, sus dos hermanos y un amigo de ellos cuando Fructuoso Álvarez González roció la casa familiar con nafta, el 17 de febrero de 1994.