El diputado del Frente para la Victoria (FpV) Axel Kicillof sostuvo que la decisión del Gobierno de colocar bonos de deuda a cien años no fue una medida soberana sino “una imposición” de los mismos “prestamistas” externos que luego le negaron a la Argentina la calificación de “mercado emergente”. Por su parte, la ex ministra de Economía bonaerense Silvina Batakis vaticinó que el interés del 8 por ciento con que se pagará esa deuda “va a ser muy difícil de bajar” y “condicionará a los próximos 26 gobiernos”.

El cuestionamiento de Kicillof a la operación financiera que fue dada a conocer el lunes pasado se centró no solo en la cantidad de años que el Estado argentino arrastrará el pago de esos títulos sino también en las condiciones que fueron tomados. Según dijo, la toma de deuda por un siglo es una operación “que muy pocos países han realizado”, y cuando la concretaron lo hicieron “en un momento en que las tasas de interés era especialmente bajas” Sin embargo, “lo que hizo Macri al tomar deuda con un 7,9 por ciento de interés fue un “error”.

Lejos de aceptar las críticas, el Gobierno salió a defender el endeudamiento. El ministro de Finanzas, Luis Caputo, consideró hoy que fue “un gran logro” que se haya conseguido un crédito de ese tipo. Dijo, además, que “del lado de los especialistas” las repercusiones “fueron buenísimas”. En diálogo con Infobae aseveró que no se tomó deuda en un plazo más corto para no superponer lo pagos del crédito.

Para Batakis, “este tipo de medidas neoliberales se van colar en decisiones futuras que no van a poder tomar los próximos 26 gobiernos”. La ex ministra de Hacienda bonaerense explicó que la medida del Poder Ejecutivo a cargo de Cambiemos fue “tomar 2.750 millones de dólares, de los cuales 24 mil millones vamos a tener que pagar en intereses”.

“Uno no entiende por qué se hizo esto. No era necesario. Deja una tasa de interés del 7,9 por ciento en un siglo y va a ser muy difícil de bajarla”, añadió Batakis.

Kicillof concluyó que “lo que hizo Macri” fue tomar una deuda de ese tipo en el marco de “una situación financiera muy mala”, lo cual “puede ser como una condena bíblica”. “Y lo que hizo fue prometerle a los mercados financieros todo lo que querían escuchar. Han hecho 500 desastres para que le den una calificación que no le dan”, concluyó en alusión a la decisión de Morgan Stanley de negarle a la Argentina su ascenso a “mercado emergente”.