Jóvenes maloneros y mujeres sabias de Jujuy, de manos curtidas y mirada estoica alzaron las whipalas de los pueblo originarios por las calles de Buenos Aires, este miércoles por la tarde, acompañados por movimientos sociales --entre ellos el Evita y la CCC--, y organizaciones de trabajadores como la CTA Autónoma y la UTEP. Sellaban así el puente entre el reclamo del Tercer Malón de la Paz –contra la reforma constitucional de Gerardo Morales-- y el pasado heroico del histórico Éxodo jujeño de 1812.

Frente al Congreso de la Nación, los integrantes del Tercer Malón en Buenos Aires se expresaron por la “intervención a la provincia de Jujuy”, el cese de la represión en la provincia y por una ley de propiedad comunitaria de las tierras. Fue en un acto en el que también participaron los diputados nacionales Hugo Yasky (CTA), Mónica Macha y Juan Marino (Frente de Todos), y el dirigente Esteban “Gringo” Castro de la UTEP, quienes junto a jóvenes maloneros explicaron los fundamentos de una actividad en la que confluía la defensa de la soberanía nacional, desde la historia y en la actualidad. 

“Dicen que los jujeños somos callados, pero cuando nos mienten ¡nos levantamos!”, cantaba la columna al avanzar por la Avenida de Mayo hacia el Congreso. Este miércoles 23 de agosto, en un nuevo aniversario del Exodo Jujeño, donde “nuestro pueblo decidió quemar sus chozas y abandonar sus tierras para seguir a Manuel Belgrano en defensa de la patria”, explicó Erika, una joven malonera cuando comenzó el acto, desde el escenario. La defensa de la tierra, de los recursos naturales y del modo de vida de las comunidades, se inscribía así en la fría geografía de la ciudad. 

Desde el palco, poco después, la actualidad política se conjugaba con la historia de la independencia. Esteban Castro fue el primero en mencionar que, como antaño, el pueblo jujeño “hoy pone lo común sobre lo individual, por eso estamos acompañando, porque tenemos enemigos comunes”. Para señalar que “hoy, quienes quieren llevarse el litio son quienes mueven los saqueos”.

Hugo Yasky se refirió al cinismo “de quienes hablan de seguridad jurídica y en la práctica no la respetan”. Recordó la Carpa Blanca –docente-- que en los ’90, en “esta misma plaza, mantuvo la lucha por tres años”. Y trajo el recuerdo de Hebe de Bonafini “quien nos enseñó que la única lucha que se pierde es la que se abandona”, sentenció. 

Mónica Macha destacó la necesidad “de articular los distintos procesos políticos que nos convocan, para saldar la deuda histórica que el Estado tiene con los pueblos originarios”. Se refería “al Estado plurinacional que nos debemos, porque el primer genocidio de este país fue sobre estos pueblos”, sostuvo. Marino, a su vez, definió el perfil político "de (Patricia) Bullrich y (Javier) Milei, porque desprecian a los pueblos originarios y los llaman terroristas”, para desconocer su reclamo. Y entregó a los representantes maloneros, el documento firmado por 52 legisladores nacionales apoyando sus peticiones. 

Pocos antes, el Malón había enviado sus representantes al recinto, donde fueron recibidos por Yasky, Macha y Marino en representación de los legisladores que con su firma adhieren a las consignas que los caminantes mantienen desde que el 1° de agosto llegaron a Buenos Aires. Que se declare inconstitucional la reforma provincial de Morales, que cese la represión a quienes expresan su derecho a la protesta en la provincia, y se dicte una ley de propiedad comunitaria de las tierras que habitan ancestralmente.

Las consignas

“¡Intervención a la provincia de Jujuy!” fue la consigna que unificó los reclamos. La coreaban los jujeños frente a las puertas del Congreso, acompañados por los movimientos sociales. Las banderas de la CCC, del Polo Obrero, del Frente Darío Santillán, Barrios de Pie y el Movimiento Evita, junto con las de la CTA Autónoma y la UTEP, y de grupos ecologistas en defensa del agua y contra el extractivismo minero; se definían entre las whipalas que coloreaban las calles.


Foto: Guadalupe Lombardo



La marcha se concretaba en homenaje “a los ancestros indígenas”, que participaron de la gesta de 1812, a la que hoy denominan de "independencia para pocos y dependencia para muchos”. Entre los muchos, se alzaba lo que hoy es una de las grandes referencias de “los pueblos originarios del Abya Yala” –el continente americano--, los maloneros.

“Exigimos que los legisladores se pongan del lado del pueblo –había explicado a Página/12 Néstor Jerez, del pueblo Ocloya, uno de los líderes de la protesta, antes de ingresar al recinto--. Los hermanos y hermanas de Jujuy junto con las organizaciones sociales, estamos pidiendo al Congreso y a la Corte Suprema de Justicia que atienda este reclamo”. Y añadió: “Porque luego de 211 años de aquella gesta, mantenemos la misma lucha, estamos defendiendo los derechos del pueblo y nuestra soberanía”. La reforma responde a “los poderes concentrados y a las transnacionales mineras, y esto le da continuidad al genocidio sobre los pueblos indígenas”, agregó Jerez. Por eso, llegaron hasta aquí, insistió. “Y buscamos justicia en los poderes del Estado nacional”, sostuvo.

Mientras tanto, en Jujuy “hoy mismo Gerardo Morales está haciendo un acto, casi como una caricatura, hay que decirlo –refirió Raúl Choquevilca, otro referente malonero—, y justamente lo hizo en Alto Comedero, lo cual es toda una afrenta a las organizaciones sociales. Y les pagó a varios grupos de gauchos jujeños para que vayan a acompañarlo”, lamentó. “¡Se compró a los gauchos, para que desfilen!”, aclaró Choquevilca, para que no quedaran dudas de las maniobras del gobernador de Jujuy.

La voces jujeñas 

Una mujer saumaba el paso del Malón y sus acompañantes citadinos “con yuyitos del campo, con palo santo, molle, laurel, tabaco, yerba mate, lo que producimos y lo que nos da la Pachamama”, explicó. “Porque la Pacha nos da de comer, y el tata Inti nos da la luz para que la vida transcurra en armonía, y eso nos falta ahora, nos han cortado esa posibilidad”, argumentaba, mientras el grupo se acercaba al escenario.

Las voces jujeñas se imponían ante el vacío de respuestas institucionales en la provincia. Otro representante malonero, Jorge Angulo, afirmó la necesidad de sostener la unidad con las organizaciones sociales “porque el Malón hace política y no es un movimiento terrorista ni piquetero. Queremos ser parte de la construcción de una nueva Argentina, y para eso es necesaria la unidad con el resto de las organizaciones sociales”.


Foto: Guadalupe Lombardo


El malonero Olmos, otro joven jujeño sostuvo, también desde el escenario, la defensa de la soberanía en la trama política: “Nosotros descendemos del linaje que ha fundado este país. Y seguimos con ganas de defender la libertad. Que no se arroguen esa palabra los políticos que pretenden gobernar” apuntando directo hacia La Libertad Avanza. “Por el Estado de derecho, que quede claro, este Palacio es del pueblo, es nuestro”, enfatizó señalando al Congreso. 

“Gerardo Morales nos hacía callar –explicó luego Jorge, otro joven de la Puna--, y por ocho años se lo toleró. Pero este pueblo dijo basta. Por eso pedimos derogar la reforma, intervención de la provincia, una ley de tierras comunitarias, y el cese de la represión”, enumeró antes de que comience el festival de música andina con el que concluyó el acto.