Real Madrid lo hizo de nuevo. Volvió a ganar con épica, como si en los partidos decisivos no pudiera hacerlo de otra manera, y vuelve a ser finalista de la Champions League. El sábado 1ºde junio irá por el 15º título europeo de su historia cuando enfrente a Borussia Dortmund en el estadio de Wembley en Londres. Pero primero debió sufrir y luego gozar para poder llegar hasta allí. Mucho, muchísimo 

A los 42 minutos del segundo tiempo, perdía injustamente 1 a 0 contra el Bayern Munich y estaba quedando eliminado en su intimidante estadio Santiago Bernabeu. Hasta que otra vez, por una mezcla inefable de magia, historia y pasión y el peso de una camiseta impar, el Madrid dio vuelta el resultado en una ráfaga de cuatro minutos y se llevó la victoria por 2 a 1 con dos goles de Joselu, que siete minutos antes había reemplazado a Federico Valverde. 

En el primero, capitalizó un rebote tras una pelota sencilla que se le escapó a Manuel Neuer, el arquero alemán y con sus grandes atajadas, hasta allí el mas grande responsable del triunfo de su equipo. En el segundo y ya con el estadio prendido fuego, conectó un centro de Rudiger en una posición tan ajustada que debió ser corroborada por el VAR. El error increíble e inesperado de Neuer a tres minutos del cierre desarmó mentalmente a Bayern. Y el Madrid no lo perdonó. Fue por todo y se lo llevó.

Los técnicos también tuvieron que ver con la dramática resolución del partido. Luego del gol de Davies a los 22 minutos de la segunda etapa (un zurdazo cruzado al segundo palo luego de haberle ganado el mano a mano a Rudiger), el técnico del Bayern, Thomas Tuchel, a la media hora exacta sacó al extremo Leroy Sane y puso al coreano Kim Min Jae para defender con cinco en el fondo y a Mazraoui y a Davies como laterales bis. Tuchel tiró al equipo demasiado atrás demasiado pronto, apostó sólo al aguante y lo pagó con la derrota y la eliminación.

En cambio, y acaso porque no le quedaba más remedio, Carlo Ancelotti, el técnico multcampeón del Madrid, movió sus fichas con acierto: refrescó primero la media cancha con los ingresos de Luka Modric y Camavinga por Toni Kroos y Tchouameni y en los diez últimos minutos metió dos delanteros como Brahim Diaz (por Rodrygo) y Joselu (por Valverde) para potenciar al estupendo Vinicius, que cuando se volcó a la izquierda hizo lo quiso y resultó imparable para Kimmich. 

Grandote, optimista y rebotero, fue Joselu, que había entrado justo para eso, quien terminó dandole al Madrid otra victoria para todos los tiempos. Antesala de una nueva final de la Champions, un torneo que parece cortado a su medida y para nadie más.