En marzo pasado se observó la mayor caída del empleo privado registrado desde el mismo mes de 2002. La situación laboral fue similar a la crisis económica internacional en 2009 y al comienzo de la pandemia. Así lo comunicó este martes el propio Ministerio de Trabajo a través de su encuesta de Indicadores Laborales (EIL). La principal razón es que las empresas no toman personal: sólo en marzo de 2001 y en marzo de 2020, en plena pandemia, se registraron menores números de contrataciones. Por ahora, los despidos de personal no se dispararon. Al mismo tiempo, sube el empleo de monotributistas y autónomos.

De acuerdo a la información que brinda la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) que elabora la cartera de Trabajo, el nivel de empleo privado registrado en empresas de más de 10 personas ocupadas presentó una baja de 0,5 por ciento en relación con el mes de febrero. Ya van cuatro meses consecutivos de caída neta del empleo, con lo cual se acumula entre noviembre de 2023 y marzo de 2024 una reducción de 1,4 por ciento. En términos interanuales, el nivel de empleo asalariado registrado decrece 0,6 por ciento.

A la cabeza del deterioro laboral está la industria de la construcción, aunque el resto no le pierde pisada: los datos oficiales marcan que todas las ramas de actividad están experimentando una contracción en la comparación mes a mes. En un contexto de enorme ajuste fiscal, deterioro del salario e inversiones congeladas, no se visualiza una salida a corto plazo de la depresión económica.

Razones

Un factor relevante para explicar el desempeño laboral es la marcha del sector de la construcción, que presenta la mayor caída mensual del empleo, con un 2,4 por ciento y acumula un 13,5 por ciento interanual. El resto de los sectores presentaron descensos mensuales más moderados y mantienen crecimiento interanual. La construcción viene especialmente afectada por la paralización de la obra pública y el habitual carácter procíclico de la actividad privada en el sector.

Según detalla la encuesta de Trabajo, "la tasa de incorporación de personal se mantuvo con relación al mes pasado en un valor que resulta muy bajo en términos históricos, sólo en marzo de 2001 y en marzo de 2020 por influencia de la pandemia, las incorporaciones tuvieron un nivel inferior al actual". En tanto, la tasa de desvinculaciones muestra una leve caída respecto del mismo mes del año pasado.

"El nivel de empleo se ajusta principalmente por el freno o reducción de las incorporaciones de personal y no son las desvinculaciones, ya sean decididas por las personas o por las empresas, el factor determinante de la caída", concluye el informe. Está claro que las empresas, antes de comenzar los despidos, dejan de incorporar trabajadores. Pero si la crisis continúa, como se espera, habrá más despidos. Particularmente en relación a los despidos, la tasa de 0,7 por ciento es la más alta desde 2019, aunque en términos históricos no representa un valor extraordinario.

El desagregado por provincias marca que el distrito más desfavorecido es Santa Fe, con una baja mensual del 1,1 por ciento y del 1,8 por ciento en la comparación anual. Mendoza registra una caída del 1,3 frente a febrero y 0,2 interanual.

SIPA

Por otro lado, se publicaron las estadísticas laborales del sistema de seguridad social, lo cual abarca al trabajo asalariado, los autónomos, monotributistas y trabajo doméstico. En febrero, ese global de trabajo registrado tuvo un alza de 0,3 por ciento mensual, luego de la caída de 0,3 en enero y en noviembre --en diciembre no se movió--.

Pero si se desagrega el resultado de febrero --esta medición tiene más rezago que la EIL-- se contabilizan 6,344 millones de personas con empleo asalariado en el sector privado, lo cual implica, en términos desestacionalizados, una caída mensual del 0,3 por ciento (20,7 mil personas). Esto no es nuevo, ya que el empleo asalariado viene cayendo desde septiembre.

En cambio, lo que creció es el "trabajo independiente". "Este resultado se explica principalmente a partir del crecimiento en el número de trabajadores autónomos (11,7 por ciento), mientras que en el segmento de los aportantes al monotributo se observó un aumento del 0,4 por ciento".