DEPORTES › BOCA VOLVIO A MOSTRAR SU JERARQUIA INTERNACIONAL Y ELIMINO A CRUZEIRO EN EL MINEIRAO

Brasil, otra vez la tierra prometida

El equipo de Ischia se impuso 2-1 y avanzó a los cuartos de final, con una actuación sobresaliente y con goles de Palacio y Palermo. Los brasileños descontaron con Wagner, pero nunca lo pusieron en apuros. En la próxima instancia jugará con Atlas.

Boca dio una nueva muestra de su jerarquía internacional y de su carácter. Con una actuación sobresaliente, el actual campeón de América volvió a imponerse en una cancha brasileña, casi sin pasar sobresaltos, para avanzar a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Esta vez la víctima de turno fue el Cruzeiro, que en el imponente Mineirao terminó rendido ante la superioridad del conjunto de Carlos Ischia. El 2-1 final, igual que en la ida, jugada una semana atrás en la Bombonera, marcó la real diferencia entre los dos equipos. Ahora Boca recibirá la semana que viene al Atlas mexicano, equipo que le posibilitó acceder a la segunda ronda con un gol de Diego Colotto ante Colo Colo en Chile.

Hace tiempo que Boca dio muestras de saber cómo se juega en la Copa Libertadores, en especial en las gigantes canchas brasileñas. Cambia piezas, reemplaza soldados, incorpora juveniles, pero la solidez y la eficacia no las negocia. Sabe la fórmula y la repite con asombroso éxito. Ayer, ante el Cruzeiro, fue una muestra gratis de una maquinaria que funciona perfecto.

Imagen: AFP

La premisa inicial que tenía que cumplir Boca era apagar el fuego que pretendía imponer Cruzeiro. Recién después de eso, podía pensar en atacar. Y con su habitual paciencia, lo hizo. Bien parado en el fondo, cerca de Caranta, pero sin meterse excesivamente atrás, con Battaglia como pieza fundamental y con los centrales muy afirmados, el conjunto argentino pasó sin grandes sofocones esos primeros quince minutos en los que Cruzeiro intentó presionar y forzar el ritmo. Por el contrario, Boca opuso una defensa segura y, de a poco, metió en juego a Riquelme.

Controlado Cruzeiro, el segundo paso fue empezar a tomar aire con la pelota, para evitar quedar expuesto a algún error o un tiro libre cerca del área. Entonces, a la inteligencia de Riquelme para pensar, se le sumó la dinámica de Dátolo y la velocidad de Palacio para ejecutar. Un pase maestro del Diez para Palacio fue el anticipo de que Boca podía lastimar si se animaba, pero el delantero falló en el mano a mano. Claro que en la siguiente, el ex jugador de Banfield se olvidó de sus problemas en la definición y sacó un derechazo inolvidable para conseguir el necesario gol como visitante.

Cruzeiro sintió el impacto y se derrumbó, al tiempo que Boca seguía controlando todos los aspectos del juego. Por eso, no sorprendió el segundo tanto, que llegó con un excelente cabezazo de Palermo tras un buen desborde de Dátolo. Con ese tanto, Cruzeiro estaba obligado a convertir cuatro para lograr la hazaña de dar vuelta la serie.

Perdido por perdido, los brasileños salieron a jugarse enteros. Y parecieron recobrar vida con el tanto de Wagner, que aprovechó una mala salida de Caranta para meter el descuento con una tijera espectacular. Cuando promediaba el segundo tiempo, hubo un cabezazo de Moreno que se estrelló en el palo. Y en él se estrellaron las ilusiones de Cruzeiro. Porque Boca, a medida que transcurrían los minutos, fue recuperando la compostura, hasta tornarse de nuevo en el dominador absoluto de la situación. Así llegó a un final tranquilo, con la pelota en su poder y hasta con algunas ocasiones para aumentar el marcador. No le hizo falta, el trabajo ya estaba perfectamente ejecutado.

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Battaglia, Cáceres y Palermo celebran el segundo tanto.
Imagen: EFE
 

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