DEPORTES › EN UN CLASICO EMOTIVO, RIVER LO DEFINIO POR PENALES

Fonseca, el que ríe último

Boca sacó ventajas con gol de Riquelme, la figura, y no supo definirlo. Fonseca empató sobre el final y River ganó en los penales.

No defraudó, para nada. Fue un clásico interesante, caliente (con dos expulsiones) lleno de emociones, con algunas actuaciones memorables –como lo de Riquelme– otras que ni soñadas por lo auspiciosas –el debut de Fonseca: golazo del empate sobre la hora y último penal de la definición– y muchas situaciones de gol. Además tuvo el plus de la definición desde los doce pasos y, finalmente, la satisfacción demorada para un River que lo gozó como debe ser: rió último y mejor.
El primer tiempo fue raro porque el gol tempranero de Boca planteó una manera de pararse de ambos que acaso no fuera la prevista originalmente. La cuestión es que antes que se terminaran de acomodar, con una fórmula no frecuente antes y sorpresiva en la gestión Tabárez –Delgado asistiendo a Riquelme–, el Diez recibió el notable pase del Chelo entrando al área, hizo pasar de largo a Garcé enganchando hacia su izquierda y remató de zurda abajo a la derecha de Comizzo. Golazo.
A partir de allí, River tuvo la pelota y atacó con insistencia a partir de su mejor presencia en el media y su superioridad por los costados –la derecha de la defensa de Boca, una vez más, fue muy frágil– y hasta el cuarto de hora tuvo sus mejores momentos y pudo empatar: un derechazo de Cambiasso en el travesaño, un derechazo de afuera de D’Alessandro que apenitas desvió Burdisso y alguna más. Sin embargo, ese mayor control de pelota por parte de River no se traducía en claridad en la zona de definición porque se abusaba del centro para un trabajador Juan Esnáider, que nunca tuvo una pelota franca aunque se movió hacia atrás y a su izquierda.
Tras esos primeros quince de ida y vuelta con posibilidades mayores para los de Ramón, fue Boca el que predominó con un expediente muy simple: apretar muy arriba a los defensores rivales en la salida –los tres solos se confundían– y a partir de esos “robos” llegar a posición de gol sin desgaste. Así, Guillermo, de gran primer tiempo, y Delgado –que hizo todo bien menos resolver con criterio sus tres oportunidades netas– apuraban en tres cuartos de cancha y creaban oportunidades claras.
En resumen, si se suman las chances, de contra Boca tuvo mejores oportunidades aunque River dispuso más de la pelota. Riquelme apareció en posición más adelantada que lo habitual e hizo sentir su gambeta en la zona de definición, con resultados espectaculares.
En el segundo, el trámite se mantuvo dentro de las mismas características, con River atacando y Boca parado de contra. La posición se agudizó cuando fue justamente expulsado Guillermo tras golpear a Lequi. Y River, ahora con Fonseca en lugar de Esnáider, siguió atacando pero con ciertas defecciones individuales –caso Ortega y Cambiasso– mientrasD’Alessandro, ya fuera de enganche o atacando por izquierda, siempre obligó. Boca creó y desperdició tres oportunidades de gol clarísimas y River terminó empatándole con un tiro libre a colocar de Fonseca en el último minuto. Después llegaron los penales, todos muy bien ejecutados.

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Ariel Ortega intenta escapar a la marca de Cristian Traverso.
River festejó en el final y con los penales, aunque el Burrito no jugó bien.
 
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