DEPORTES › TESTIMONIO ESCALOFRIANTE

El mapa del doping

El ex ciclista Jesús Manzano ofreció una detallada trama del doping sistemático en el deporte de las dos ruedas, en el marco del juicio que se sustancia por la Operación Puerto, la operación de doping generalizado descubierta en España en 2006. “¿Doparme voluntariamente? Estoy obligado a que me dopen. Se me obligaba a tomar esos medicamentos, si no seguía tomándolos automáticamente iba a la calle. No hago esto por venganza, lo hago por mí y para que haya un ciclismo limpio. Unos quieren limpiarlo y otros no”, afirmó.

Manzano detalló que se les subía artificialmente el hematocrito –nivel de viscosidad de la sangre para rendir mejor– con inyecciones de eritropoyetina (EPO), por vía intravenosa o subcutánea en tratamientos que duraban un mes, tras los que paraban doce días para eliminar restos.

A veces, la EPO se administraba durante las carreras, por lo que los médicos proporcionaban a los ciclistas unos “polvos blancos” que eliminaban las proteínas de la orina e impedían detectarla en los controles antidoping. “Si nos pinchaban en el brazo izquierdo, para el control ponías el derecho”, dijo. “El doctor Eufemiano Fuentes (el organizador del sistema de doping) me dio EPO en 2001, 2002 y 2003. Me dijo ‘te vamos a dar unas cositas para trucar el motor’. Después me enteré lo que era.”

El ex ciclista contó que ingirió productos como nandrolona, testosterona, cortisona, hormonas femeninas, hemoglobina y hasta sustancias de origen animal, y relató en detalle las dos autotransfusiones de sangre a las que se sometió, la segunda en Valencia, al cabo del Tour de Francia de 2003. “La bolsa (de sangre) había ido al tour y volvió.” La orden se la impartió el director de su equipo, el Kelme.

La primera había tenido lugar unos meses antes, efectuada directamente por Fuentes, el principal acusado. “Llegan con la bolsa (de sangre), con las siglas JMR, toman una cacerola y agua caliente, meten un termómetro, te pinchan, estás tapado con una toalla, la sangre va entrando... De vez en cuando pasa uno de los médicos, Eufemiano o (su hermana) Yolanda”, explicó. “Al entrar la sangre sentías presión en la cabeza y como hinchazón”, explicó el ex ciclista, que contó que cada autotransfusión duraba entre media hora y 45 minutos y que se les reinfundía medio litro, la mitad de los que se les sacaba en cada extracción.

“También le pasó a (el ciclista) Iván Parra en el tour y uno se podía quedar muerto en una habitación de hotel –declaró Manzano–. Desde el Tour 2003 no volví a ser la misma persona, ni entrenando ni por rendimiento. Las consecuencias de lo que tomé no las sé ni ahora mismo. Cuando Eufemiano Fuentes dijo que yo hacía todo esto por mi cuenta, salí del equipo.” Manzano hizo su denuncia en marzo de 2004, en una entrevista por la cual cobró 9 mil euros, y ahora se dedica a la jardinería.

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