DEPORTES › BOCA PERDIO POR PENALES ANTE EL CIENCIANO

Es la tienda de los milagros

Ganaba con cierta justicia cuando, faltando dos minutos, los peruanos empataron, y se quedaron luego con la Recopa en la definición.

Faltaban dos minutos, sus hinchas, que eran mayoría en el estadio Lockhart de Fort Lauderdale, celebraban por anticipado la victoria y el equipo se relajaba ante lo que consideraba era una victoria segura. Pero una distracción en una de las últimas jugadas del partido le robó la victoria a Boca, que unos minutos más tarde, en la instancia de los penales, volvió a perder un título sudamericano, como había ocurrido dos meses atrás con el Once Caldas en la final de la Copa Libertadores. Esta vez fue el Cienciano, el modesto equipo de Perú que le había ganado la Copa Sudamericana a River, conquistando el derecho a jugar esta final, el que sometió al equipo de la Ribera en la fatídica ronda de los 12 pasos y se quedó con la Recopa, un engendro televisivo que no alcanzó a ser un buen partido.
Pese a la escasa sensación térmica del juego en la bochornosa noche, el desarrollo del partido justificaba una supremacía boquense, a partir de la creación de las situaciones de gol más claras. Que no fueron demasiadas ni tan contundentes, pero que alcanzaron para subrayar una ligera diferencia, que un descuido rifó en el final.
Iba media hora del primer tiempo, cuando Guglielminpietro, uno de los mejores hombres de Boca, capturó la pelota en la izquierda, apenas pasada la línea del mediocampo, y encarando en diagonal sacó el pelotazo largo, bajo y profundo, al corazón de la medialuna, donde porfiaba Palermo con los zagueros peruanos Acasiete y Arboleda, mientras a su izquierda se filtraba el filtrado (de cansancio) Tevez.
El centrodelantero, entonces, tocó dos veces la pelota, con extrema exquisitez: la pisó para desairar a la marca y se dio vuelta; de espaldas al arco sacó el tacazo que dejó pagando a los zagueros, buscando la habilitación de Tevez. El arquero Ibáñez fue al piso y llegaba antes que el delantero, pero no aseguró la pelota, y el futbolista de Boca alcanzó a robársela. Cuando Ibáñez se recuperó y tapó el primer palo, Tevez la metió como enhebrando una aguja, entre el arquero y el palo. Un golazo, lo más atractivo de la noche.
Cienciano nunca encontró la manera de inquietar a Abbondanzieri hasta que entraron Saraz y Lobatón y le dieron unos minutos de fantasía a su equipo. Boca sumaba situaciones: habían llegado un remate de Traverso que pegó en un defensor y otro de Cagna que dio en el travesaño. Tevez hacía slalom entre la defensa rival y Palermo cabeceaba en las dos áreas.
Pero faltando dos minutos para terminar el partido, un tiro libre de Gamarra fue peinado por Saraz en la poblada área boquense y sorprendió a la defensa del equipo argentino.
Luego vino la ronda, algunos jugadores –como Tevez– acusaron un lógico cansancio, y la suerte quedó malamente sellada.

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Carlos Tevez se lleva la pelota ante Arbolera.
 
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